El Benfica inscribió su nombre en el palmarés de la Golden Cup, una competición que dio sus primeros pasos durante esta semana en A Coruña y con la que los doce mejores equipos de Europa intentan relanzar la disciplina del hockey sobre patines con formatos más atractivos. El equipo de Lisboa, con el coruñés Eduard Lamas en sus filas y otros dos exjugadores verdiblancos —los argentinos Lucas Ordóñez y Pablo Álvarez—, se impuso ayer en la final al Barcelos por 5-1 para certificar que fue el mejor después de siete días y 19 partidos. El equipo del Gallo fue el último en meter su stick dentro de la Torre de Hércules de metacrilato que levantó hacia el cielo del Palacio de los Deportes de Riazor el capitán del Benfica mientras los más de 200 aficionados desplazados desde Barcelos, a los que se ubicó en una de las gradas en solitario, seguían animando a los suyos, como habían hecho durante los 50 minutos de juego y siguieron haciendo prácticamente hasta una hora después de la finalización del mismo.

En el duelo de aficiones portuguesas ganó el Barcelos. Apoyados en su aliento, los jugadores dirigidos por Rui Neto salieron enchufados y encontraron el gol en el minuto dos en una acción de genio de Danilo Rampulla. El argentino dejó señas de su calidad durante toda la semana. Y en la final no fue menos. Con el tanto a favor el Barcelos jugó más cómodo, defendiéndose y dejando toda la posesión de la bola al Benfica, que era el que tenía que arriesgar. Los lisboetas marcaron antes del descanso, pero los colegiados anularon el gol por patín. Los dos equipos se fueron al vestuario con la ventaja mínima para el Barcelos y con 25 minutos por delante para que todo se decidiera.

Y empezó a hacerlo a bola parada. En una directa señalada por los árbitros. Carlos Nicolía falló el tiro, pero en el rechace logró batir a Conti Acevedo. Parte del trabajo hecho. Y en apenas unos minutos llegaron las jugadas clave del duelo. Primero, una azul a Darío Giménez. El argentino del Barcelos había sido advertido por simulación. A la segunda, prácticamente seguidas ambas, el colegiado coruñés Rubén Fernández le mostró la azul. En el disparo, Lucas Ordóñez, ex del Liceo, puso por delante al Benfica.

El Barcelos también tuvo su ocasión a bola parada. Cuando el conjunto dirigido por Nuno Resende cometió la décima falta, el capitán Luis Querido —que también pasó por el Liceo, en categorías inferiores, mientras su padre, José Querido (ayer en la grada junto a Juan Copa), dirigía al primer equipo— se plantó en el punto de la falta directa. Su disparo se estrelló contra Pedro Henriques, ayer un muro. Y a la jugada siguiente, mientras los barcelenses reclamaban falta, Gonçalo Pinto remató a la contra. Los benfiquistas, por delante en el marcador, pusieron a Eduard Lamas como garantía de defensa, aunque el Barcelos aún tuvo otra ocasión con una directa que el especialista Darío Giménez no pudo transformar. Como antes, fue fallar una directa uno y el otro sentenciar a la contra ya que llegó el cuarto, de Pol Manrubia a asistencia de Diogo Rafael. Y aún hubo tiempo para que Manrubia devolviera el favor con una asistencia a Pablo Álvarez para el quinto. Efectividad pura.