El capitán del Liceo, David Torres, no podía ocultar su alegría al finalizar el partido contra el Reus. Junto a César Carballeira, cubierto por una bandera de Galicia, alzó la copa para cantar el “¡campeones, campeones!”. Era momento de celebrar. “Estoy muy feliz por el título, ha sido increíble. El equipo está tremendamente contento por la liga”, expresó, todavía en pista y con los patines puestos. La dedicatoria la llevaba en su camiseta: Vicen. Su padre, al que perdió el pasado mes de octubre, y que estuvo muy presente ayer.

“Ha habido un ambientazo”, dijo sobre el choque en la pista del Reus, el tercero y último de la final. No se olvidó de agradecer “a la afición por hacer tanto ruido”, lo que les sirvió de impulso para imponerse 2-5. “Esperamos que la gente en el Palacio estuviese como loca”, comentó. Para el capitán, la clave “no fue solo la segunda parte sino aguantar todo el partido”.

Un encuentro, calificó Jordi Burgaya, “increíble”. “Este equipo se lo merece. Hemos trabajado muchísimo. Hemos hecho cosas muy bien y es lo mejor que podía pasar”, analizó justo antes de recibir el trofeo que le acredita como campeón de la OK Liga, la octava del Liceo.

Burgaya también destacó el gran ambiente que se vivió en la pista. “Al final jugamos a hockey para jugar estos partidos. Hemos tenido la suerte de vivir este ambientazo en este pabellón. Esto llena mucho como jugador”, confesó.

Deja atrás un “año difícil de lesiones y problemas” en el equipo, pero en el que el grupo “supo cómo afrontarlo”. “Nos hemos juntado bien los jugadores y cuerpo técnico, ha sido la clave para conseguir esta victoria. Una ciudad como A Coruña se lo merece”, resumió.