La Opinión de A Coruña

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natación - Campeonato del Mundo

Mano a mano con el oro olímpico hacia Budapest

María de Valdés preparó la cita en una concentración en altura en Sierra Nevada junto a la brasileña Ana Marcela Cunha

María de Valdés, Alberto Martínez y Ana Marcela Cunha. La Opinión

María de Valdés iba a tomarse esta temporada con calma y aquí está, sin embargo, a las puertas de una nueva participación en un Campeonato del Mundo en aguas abiertas. El viernes viajará a Budapest y el sábado debutará en la prueba del relevo mixto de 4x1.500 metros junto al resto del equipo español (Alberto Martínez, Carlos Garach y Ángela Martínez). Después tendrá por delante los 5 y 10 kilómetros (lunes y miércoles). Dice que se conformaría con un top doce pero no se quiere meter presión. Aunque sí reconoce que después de un último mes de concentración en Sierra Nevada junto a los miembros de la selección brasileña, incluida la campeona olímpica Ana Marcela Cunha, las sensaciones son las mejores. La malagueña afincada en A Coruña solo tiene una pena. Su entrenador Jesús de la Fuente, del CN Liceo, no puede estar con ella. “Me dio mucha pena que, por las razones que sean, no le hayan seleccionado para venir. Por eso me gustaría dedicarle lo que haga en el Mundial a él”, asegura.

María de Valdés, en la concentración de Sierra Nevada. La Opinión

El equipo que forma con su técnico y con la psicóloga Andrea Cerrejón, con la que lleva desde la pandemia —además de familia y amigos—, ha superado momentos tan duros como haberse quedado fuera de los últimos Juegos Olímpicos y estar juntos en la adversidad les ha unido más. “No es algo de lo que te recuperes de un día para otro y todavía hay días que tengo que seguir lidiando con la decepción y que me sigo preguntando si todo esto merece la pena, pero espero que haya servido para hacerme más fuerte”, reconoce la andaluza. No haber acudido a Tokio 2020 también le hizo replantearse objetivos. Este iba a ser un año de transición para afrontar los dos últimos hacia París 2024, “que es el objetivo final”, con fuerzas físicas y psicológicas renovadas. El golpe lo acusó sobre todo en el Campeonato de España donde había en juego las plazas para Mundial y Europeo en piscina. Pero ella siempre sale a flote y en el Open de aguas abiertas se proclamó doble campeona de España y se clasificó para las dos citas internacionales del curso. “Fue un plus de motivación para seguir la temporada y terminarla de la mejor forma posible”, apunta, “me cambió la mentalidad”.

La natación es uno de los deportes más duros. Muchas horas de soledad en la piscina con la única compañía de la línea pintada en el fondo y que sirve para marcar el camino. Y cuando es el caso, como el de María de Valdés, de una fondista, los largos se multiplican unos tras otros en sesiones maratonianas sin fin. “Este mes en Sierra Nevada ha sido duro, espero que merezca la pena y que los resultados salgan”, dice. “Me gustaría hacer un top doce, que significaría estar ahí con las mejores”, especifica. Los entrenamientos en altura cree que le benefician. “Me da mucha confianza en mí misma porque sé que cuando bajo me siento más fuerte y tengo muy buenas sensaciones. Eso psicológicamente me viene bien para creérmelo más”, alega. Eso y el hecho de tener a su lado a una leyenda de las aguas abiertas como Ana Marcela Cunha: “Entrenar con ella es increíble, aprendes mucho en el día a día y es una chica que te ayuda en lo que necesites y al final se agradece mucho. Todo el grupo brasileño me ha acogido muy bien”.

El trabajo ya está hecho. “Ya estamos bajando los metros para llegar a Budapest en el mejor momento”, explica. El viaje desde Sierra Nevada hasta la capital magiar será el viernes y tendrá un día para aclimatarse al lago de Lupa Beach, donde se desarrollarán las pruebas de aguas abiertas. Sabe que las sensaciones son buenas. Incluso muy buenas. Casi con la boca pequeña, como para no gafarlo, afirma que son las mejores que ha tenido antes de un Campeonato del Mundo. “Pero no es el momento de presionarme”, insiste. Ya llegará en los dos próximos años, cuando reinicie la lucha olímpica. Ahora toca disfrutar. “Y hacerlo lo mejor posible para dejar el listón alto”, concluye.

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