María de Valdés se reafirmó ayer como una de las nadadoras top a nivel internacional en aguas abiertas al finalizar en décima posición la prueba de 10 kilómetros del Campeonato del Mundo que se está disputando en Budapest (Hungría). En las aguas del lago Lupa Beach, un resort a las afueras de la capital magiar, la andaluza, que vive y entrena en A Coruña, a las órdenes de Jesús de la Fuente en el CN Liceo, repitió la gran actuación del pasado lunes en los 5 kilómetros, en los que había sido quinta. Se mantuvo en todo el momento en cabeza y solo en la última vuelta, cuando empezó el acelerón final entre las favoritas para luchar por el podio, cedió algo de terreno para llegar a trece segundos del trío formado por la neerlandesa Sharon van Rouwendaal, la alemana Leonie Beck y la brasileña Ana Marcela Cunha, que se repartieron oro, plata y bronce.

La coruñesa de adopción sale reforzada de esta cita en una temporada que ella consideraba de transición tras el golpe duro de haberse quedado fuera de los Juegos de Tokio. Una vez más, De Valdés demostró que tiene la calidad suficiente para competir al más alto nivel y que solo un complicado sistema de clasificación, que finalmente permitió tener únicamente a una representante del país, le dejó fuera, por muy poco, detrás de la otra especialista española, su paisana Paula Ruiz. Esta se ha tomado este año sabático. Y era la intención de María, tocada en lo anímico. Pero a ella los golpes solo la hacen más fuerte. Siguió entrenando. En el Campeonato de España de piscina no obtuvo buenos resultados. Y siguió entrenando. Ya el Open de aguas abiertas fue la constatación de que las mejores sensaciones habían vuelto al proclamarse doble campeona. Y siguió entrenando. Como siempre, en A Coruña.

Durante el último mes estuvo concentrada en altura en Sierra Nevada. Llegó a Budapest sin quererse meter presión y diciendo que se conformaba con un top doce. Lo ha mejorado con creces al ser quinta en los 5 kilómetros y décima en los 10, la prueba olímpica —casi hubiese sido diploma—. Lástima la descalificación con el relevo española de 4x1.500 en la primera jornada. ¿Y ahora? A seguir entrenando. Todavía le queda el Europeo, que será en un mes y medio en Roma (Italia) y donde si, mantiene el nivel, será una de las favoritas.

De Valdés decidió nada más cumplir los 18 años que era el momento de abandonar su Fuengirola natal para apostar fuerte por la natación junto a Jesús de la Fuente. El entrenador del Liceo ya había tenido alguna nadadora olímpica antes de recalar en A Coruña, donde estaba destacando como técnico de su hija, Ane de la Fuente, dirigió los primeros años de Paula Otero, ahora en la elite, e incluso de Jacobo Garrido, a quien guió hasta el título mundial de natación adaptada. Ahora lleva a María de Valdés, que sigue persiguiendo su sueño olímpico, y una nueva promesa como Almudena Quereda, que intentará clasificarse para los Juegos Paralímpicos de París 2024.