El Viaxes Amarelle se quedó sin premio a un partido muy serio y competido contra el Poio Pescamar, uno de los equipos más reforzados y que se postula como favorito de la máxima categoría y al que dominaba por 2-0 al descanso. Las pontevedresas igualaron las fuerzas en la segunda parte y un gran gol de Luci Gómez, precisamente una jugadora coruñesa salida de la cantera naranja, decidió el choque en su tramo final. Segunda derrota seguida del conjunto dirigido por Jorge Basanta, que la próxima semana visitará al Rayo Majadahonda para intentar prolongar las buenas sensaciones, pero con mayor botín para su casillero.

El partido empezó con los dos equipos ejerciendo una presión alta de balón y aunque las visitantes tenían más posesión del balón, ambos llegaban con peligro pero sin poder sorprender a la portera contraria, por lo que el gol se resistía. Las locales estaban muy centradas en defensa dado el peligro ofensivo que supone el Poio. Ya habían comprobado en pretemporada lo letales que son sus jugadoras. Pero también se soltaban arriba. Y por ahí llegó la apertura del marcador.

Mediado el primer tiempo, Carol Agulla mandó un balón largo al área que Luci Gómez trató de despejar con la cabeza, pero el balón acabó en su propio fondo de la red para el 1-0 para el Viaxes Amarelle. El tanto provocó ciertos nervios en el Poio para buscar el empate, pero las naranjas no dieron concesiones y además se encontraron con el segundo en una jugada en la que no dieron por perdido el balón y al segundo rechace, Clàudia Lobo remató cuando quedaban menos de treinta segundos para el descanso.

En la reanudación, el Poio tuvo que meter una marcha más y consiguió recortar distancias a los dos minutos con una gran volea de Dani Sousa a la salida de un córner. Y apenas unos segundos más tarde Rocío marcó el 2-2 con un disparo cruzado desde la línea de área. Las pontevedresas igualaron la contienda y se fueron a por la victoria. El Amarelle se empleó en defensa, pero las ocasiones en contra se seguían sucediendo mientras que las de las locales eran más esporádicas. En este contexto, Luci Gómez se inventó un auténtico golazo, un disparo desde diez metros que se coló por toda la escuadra que puso por delante a las suyas, un tanto que a la postre ya fue definitivo en favor del Poio.

El partido, no obstante, siguió abierto, y el Amarelle intentó salvar un punto. Probó el juego de cinco en los últimos minutos, dispuso de un par de ocasiones. Pero ya no volvería a batir a la portera contraria y se le escapó sacar algo positivo de un gran partido. Después de ganar en la primera jornada, de perder en la segunda y de no poder jugar la tercera por el temporal en Canarias, llegó la segunda derrota.