Balonmano

Para siempre, con la P de Pablo Aguirregabiria

El OAR despide en un emotivo acto a su entrenador durante los últimos 24 años

Pablo Aguirregabiria era algo más que un entrenador de balonmano, mucho más que el entrenador del OAR. Era, aún cuesta decirlo en pasado, una figura imprescindible en la historia de las dos últimas décadas del deporte coruñés. Y este así se lo hizo saber ayer en su emotiva despedida en el pabellón de San Francisco Javier, donde la familia del técnico, fallecido hace dos semanas, fue arropada por la multitud que no se quiso perder su homenaje. Desde políticos a la prensa. Desde aficionados a exjugadores y a la actual plantilla. Desde presidentes a entrenadores y a un representante de la mayoría de los clubes de la ciudad y también del Santa Cruz, donde juega su hijo, que estuvieron acompañados por el futbolista Lucas Pérez.

“Tenemos una estrella desde ahora ahí arriba”, dijo Francesco Aragona, capitán del OAR, en el acto en el que también intervinieron Francisco Alejandre, presidente de la entidad, que anunció que las camisetas del equipo llevarán una P en su recuerdo; Bruno López, presidente de la Federación Gallega de Balonmano y Diana Sobral, concejal de Comercio, Mercados y Barrios como representante del Concello. Después se proyectó un vídeo con fotos e imágenes del técnico y Chus, una de sus ayudantes en el banquillo, le entregó un ramo de flores a su viuda, aferrada a dos camisetas que le acompañaron durante todo el homenaje.

Victoria con dedicatoria

Después de todas las emociones al OAR le tocó centrarse para salir a jugar contra el Redondela el partido más difícil de su historia. El primero sin su guía durante los últimos 24 años. Tras el saque de honor de Alonso, el hijo de Aguirregabiria, los coruñeses salieron concentrados y arrolladores, con una única misión entre ceja y ceja, dedicarle la victoria. A los quince minutos, el marcador ya lo decía todo: 11-3. Los locales mantuvieron la ventaja hasta el final para imponerse por 27-16, con 6 goles de Francesco Aragona. La clasificación para la fase de ascenso, el último gran legado de su entrenador, está más cerca, con dos puntos de ventaja sobre el tercero y un partido menos, que recuperará el miércoles en O Gatañal contra el Luceros. Y después solo quedarán tres jornadas.

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