24-27 | El OAR se estrella contra un muro

Pequeños detalles. En partidos que son finales, como con el que abrió ayer el OAR la fase de ascenso a División de Honor Plata frente al Soria, son esos momentos, esos intangibles que casi se escapan entre los dedos, los que marcan la diferencia y decantan la balanza. Y a los coruñeses les tocó cruz en un Barrio de las Flores entregado a la causa. Sobre todo después de que consiguiesen remontar cuatro goles en contra e igualasen la contienda cuando quedaban menos de cuatro minutos por jugar. Entonces surgieron de nuevo las paradas de Ibrahim Sambe Fall y la velocidad con la que los visitantes les habían machacado una y otra vez. Y en un suspiro, apenas diez segundos entre un gol y otro, se les escapó la victoria a los locales. Hoy tendrán una nueva oportunidad frente al Cajasur (20.30 horas), que ayer perdieron contra el Granollers por 29-35.

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Fue un final no deseado y que contrastó con la ilusión del comienzo, cuando el OAR se cobró las primeras ventajas de dos goles. Nunca llegaron a ser mayores porque el partido entró en una fase en la que cada equipo se devolvía los golpes jugada tras jugada. Del dominio local se pasó al soriano gracias a las transiciones rápidas de los visitantes con Marcos García como protagonista, que se plantaba frente a Iago Gómez en apenas segundos, pero estos tampoco se fueron en el marcador y se pasaba continuamente del empate al uno arriba o abajo, tal como se llegó al descanso (13-14).

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La segunda parte se abrió con un festival de paradas del guardameta Sambe Fall. Hasta cuatro seguidas para frustrar una y otra vez al OAR, que ya no sabía cómo hacer para sorprenderle, intentándolo desde todos los ángulos. Con el portero como soporte, por primera vez la distancia en contra de los coruñeses subió a los dos goles, con lo que tuvieron que hacer un primer esfuerzo para la primera remontada de la tarde. Iago Gómez se contagió de su homólogo y detuvo dos balones clave para que Diego Martínez anotase el 17-17 e hiciera vibrar a la grada, que cataba “¡OAR, OAR!”. Y entonces llegó el segundo momento crítico con un parcial de 2-6 que obligó a pedir tiempo muerto a Jacobo Novoa. Con otro pequeño detalle a tener en cuenta. Todos los rechaces, todos los balones divididos, le caían al rival. Cambió la suerte durante los minutos siguientes. El discurso del míster caló. Las paradas de Iago y los disparos de Diego Martínez hacían soñar con 23-23 a falta de dos minutos. Entonces el Soria metió muchos kilos en el centro de la defensa, volvió a encontrar las paradas de su portero y mató a la contra.