Final servida: Barça-Liceo

Dentro de una semana el Liceo iniciará el último asalto de la defensa del título de la OK Liga en el Palau Blaugrana. Los verdiblancos se clasificaron para la final del play off después de ganar el tercer partido en Calafell. De forma sufrida, sin demasiado buen juego, pero sí inteligencia para frenar los puntos fuertes del rival y resistencia física y de corazón suficientes para soportar la tensión y la presión de los penaltis. Necesitaron siete lanzamientos. Pero la serie la cerró el capitán David Torres mandando la bola a las redes mientras que Sergi Miras lo hizo fuera. Minutos antes, el Barça había ganado en la prórroga al Noia en el tercero. Jueves 8 y sábado 10, primeros asaltos en la Ciudad Condal. La siguiente será el momento de A Coruña para el tercero (jueves 15) y el cuarto (sábado 17) si es necesario. Si hace falta el quinto será en Barcelona el día 20. Es el calendario para volver a ser campeón.

El Liceo tuvo que superar a un Calafell que no regaló nada. El partido en tierras catalanas trató más de desactivar al rival que de buscar la portería contraria. A los cinco minutos, Juan Copa ya pedía tiempo muerto para ajustar la estrategia. También en los primeros minutos sufrió un accidente Martí Casas, un golpe en la cabeza que le abrió una herida que le hizo pasar por la enfermería para volver con un aparatoso vendaje. Pasaba el tiempo y no ocurría nada interesante, más allá de la intensidad que se derrochaba en pista. El Liceo no arriesgaba nada. Si un ataque no salía, prefería regalar la bola y colocarse bien en defensa que ser pillado a la contra por un equipo que ya le había demostrado cuál era su peligro y cómo se las gastaba. Porque de los pocos errores, de las pocas pérdidas de marcas, los catalanes podían sacar petróleo. No necesitan mucho espacio Martí Casas y Sergi Miras para hacer daño. Tuvieron las dos ocasiones más claras en el primer tiempo: por técnica individual y patín se colaron dentro del área, pero no superaron a Martí Serra.

No llegaba el gol para ninguno y eso era una buena noticia para el Liceo, con el marcador de la eliminatoria a favor. Eran los del Calafell los que estaban obligados a ganar para no dar por concluida la temporada. Ya cuando parecía que se llegaba al descanso sin que se moviese el marcador, los colegiados señalaron penalti por un patín local en el área. César Carballeira batió a Gerard Camps con su disparo para el 0-1 con el que se llegó al paso por vestuarios, con algún incidente en el túnel que costó una azul a Torres y otra a Humberto Mendes.

Y con otra azul se abrió la segunda parte. La recibió Sito Ricart. Eso llevó a Martí Casas a la falta directa. Serra le había cerrado el paso en los anteriores partidos, pero esta vez no pudo detener al pichichi, que igualó la contienda. El Calafell se lo empezó a creer. Aunque el Liceo también amenazó con alguna ocasión, como una que tuvo Bruno di Benedetto en el segundo palo. Pero el tanto había dado alas a los locales y Casas encontró otra de sus genialidades al pasar por detrás de la portería y conseguir armar el disparo para el 2-1.

Abocados a la prórroga

Copa optó por el recurso de Fran Torres. Pero el juego no era suficientemente fluido. Eso sí, provocó un penalti. Carballeira tiró el penalti, paró Camps, pero le quedó el rechace al coruñés que con mucha sutileza mandó la bola a las redes. Volvía la igualdad, que peligró con otra azul a Ricart. Esta vez Serra sí pudo con su tocayo Casas y el Liceo aguantó en inferioridad. A falta de doce minutos, el Calafell cometió su falta nueve. Los verdiblancos esperaron a ver si caía la décima y, mientras tanto, llegó la prórroga. Otros diez minutos sin riesgos excesivos que derivaron en la tanda de penaltis justo en el momento en el que en Sant Sadurní d’Anoia el Barça ganaba en la prórroga por 2-4 y esperaba rival en la final.

Hasta catorce lanzamientos en los que el Calafell iba calcando lo que iba haciendo el Liceo. Primero gol de Ricart. Le respondió Miras. Después fallos de Carballeira y Torres y lo mismo de Casas (con dos intentos) y Escala. Acierto de Manrubia. También de Oriol Palau. Álex Rodríguez falló y Arnau Xaus tuvo el cuarto partido en su stick, pero tiró fuera. Había que reiniciar la tanda. Carballeira se puso el primero. Falló. Miras repitió con la posibilidad de alargar la eliminatoria. No lo hizo. Entonces fue el capitán a asumir la responsabilidad. Marcó y la presión recayó sobre Miras, que chutó la bola desviada. El Liceo estaba en la final. La segunda seguida. Y tiene permiso para soñar en grande.