Hockey sobre patines - OK Liga masculina

Treinta años de maldición

El Liceo solo le ha ganado una vez al Barça en ‘play off’ y fue en la temporada 91-92

Reinaldo García cae entre Sergi Panadero y Beto Borregán en el ‘play off’ de 2009. // Víctor Echave

Reinaldo García cae entre Sergi Panadero y Beto Borregán en el ‘play off’ de 2009. // Víctor Echave / María Varela

Es unas de las frases hechas más utilizadas en el deporte: las estadísticas están para romperlas. También las maldiciones. Y eso es lo que tiene que hacer el Liceo en la final del play off por el título de la OK Liga, porque el peso de la historia no le favorece. En el medio siglo de vida que el equipo verdiblanco ya tiene a sus espaldas, se ha visto las caras con el Barcelona en una eliminatoria de play off en ocho ocasiones. Y solo ha ganado una, la primera. Fue en la temporada 1991-92, cuando Caixa Galicia todavía abanderaba el sustento económico de un proyecto que revolucionó el hockey sobre patines. Han pasado tres décadas desde entonces, 31 años, y cada vez que los verdiblancos se cruzaron con su eterno rival en una eliminatoria por el título, salieron perdiendo. La última fue en el curso 2008-09, en la despedida del formato play off antes de que fuera reinstaurado el año pasado. En aquella ocasión los coruñeses cedieron en la final por 3-0.

Se podría decir que muchas cosas han cambiado desde entonces. Pero en aquellos partidos ya estaba en la plantilla azulgrana uno de los jugadores a los que el Liceo tendrá que enfrentarse a partir de este jueves: Sergi Panadero. Catorce años después, ahí sigue, incombustible, no tanto como Jaume Llaverola, el exportero verdiblancos que cumplirá 48 años el próximo 31 de julio y que acaba de renovar una temporada más con el Girona. También seguirá, por lo menos un curso más, hasta 2024, el capitán culé, que hace una vuelta al sol que ha ingresado en el club de la cuarentena (41). Eso quiere decir que en aquella eliminatoria de 2009 ya tenía 27, más edad que nueve de los once jugadores del actual equipo verdiblanco. Probablemente Fran Torres, Tombita, que por entonces tenía cuatro años, camino de los cinco, aún no se hubiese puesto ni los patines y, si lo hacía, apenas se pudiera mantener dignamente sobre ellos. Una gran diferencia generacional entre plantillas.

El argentino mucho menos había nacido en 1992 —es más, ninguno del equipo liceísta lo había hecho ya que Álex Rodríguez, que es el más veterano, lo hizo en 1993—, fecha de aquella victoria histórica del Liceo sobre el Barça con varios de sus compatriotas como protagonistas. El equipo coruñés, con Andrés Caramés en el banquillo, se encaminaba hacia el final de un ciclo —que llegaría al año siguiente— pero todavía le quedaba mucho rock and roll en el cuerpo. Terminó la liga regular, dividida en dos fases, en segunda posición y se midió al Barcelona en las semifinales del play off. En el Palacio de los Deportes de Riazor la victoria local fue contundente, 9-2, con dobletes de Daniel Martinazzo, Fernando Pujalte, Toni Rovira y Willy Duarte y un gol de Roberto Roldán. Y repitieron los verdiblancos a domicilio al imponerse por 2-5, tres tantos de Martinazzo y otros de Joan Carles y Roldán. Como era al mejor de tres, pasaron a la final por la vía rápida. Pero no les sirvió para ser campeones porque cayeron en ella frente al Igualada, que tenía el factor cancha (2-1).

A partir de entonces el Barça fue como una bestia negra en cuanto al play off se refiere. En la temporada 1993-94 el Liceo cedió en las semifinales frente a los culés por 3-0 —perdió 3-1 y 5-3 en el Palau y 1-2 en casa—. Más reñida fue la final de la liga 1995-96, que se fue hasta los cinco partidos y los verdiblancos tuvieron a su rival contra las cuerdas porque ganaron uno de los dos encuentros en la Ciudad Condal —derrota en el primero por 3-1 y victoria en el segundo por 5-6—. Llegaron al Palacio con opción de levantar el título. Se quedaron todavía más cerca tras imponerse en el tercer duelo de la serie por 4-3. Pero cayeron en el cuarto en los penaltis —2-2 en el tiempo reglamentario con una ocasión clarísima de Raúl Monserrat en el último segundo— y después se les escapó el título en el quinto en Barcelona (7-4).

También a cinco encuentros se fueron las semifinales de la 2001-02 con un guión similar a la anterior eliminatoria. El Liceo ganó uno de los partidos de fuera (4-4 en el primero con triunfo culé en los penaltis y 3-4 en el segundo) pero también dejó escapar uno de los de casa (2-5 el tercero y 2-1 el cuarto) para perder el quinto, de nuevo en Barcelona, por 3-1. Los dos siguientes enfrentamientos se saldaron con un 3-0, en las semifinales de la 2003-04 y en los cuartos de final de la 2004-05. Condenados a encontrarse, se volvieron a cruzar en las semifinales de 2006-07, más reñidas porque cada equipo se impuso en sus duelos como locales: 5-1 el Barça, 3-2 el Liceo y 8-3 los culés en el tercero y definitivo en su feudo. Su último cara a cara en play off fue en la final de la 2008-09 que, pese al 3-0, tuvo dos partidos muy reñidos: 5-0 y un 3-3 resuelto en penaltis a favor de los azulgrana a domicilio y 5-6 en A Coruña. Siete derrotas, dos en finales. Una victoria. Los números juegan en su contra. Pero no la historia reciente.

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