FINAL DE LA OK LIGA | La definición culé marca la diferencia

El Barça se anotó el primer punto de la final contra el Liceo con un 5-1 engañoso, porque solo en los cuatro últimos minutos, con un 3-1 y con los verdiblancos necesitados de tomar ciertos riesgos para acercarse en el marcador, los azulgrana sentenciaron con dos acciones aisladas de un inspirado João Rodrigues, que marcó la diferencia en la definición. Los coruñeses habían cumplido el plan a la perfección en el primer tiempo, que terminó 1-1 e incluso pudo caer de su lado con una falta directa que tiró fuera Álex Rodríguez y una superioridad por la azul a Panadero de la que no sacó provecho. Pero los culés, bajo la batuta de Pau Bargalló, se escaparon en los tres minutos posteriores al descanso y al conjunto liceísta le tocó remar a la contra y no estuvo acertado en el último remate.

Ahora solo le queda hacer borrón para pensar en el partido del sábado, el segundo en el Palau, que se escribirá sobre una hoja en blanco. Nueva página, nuevas reglas, nuevas oportunidades. “Esto va a ser largo”, les decía David Torres a sus compañeros en uno de los últimos tiempos muertos. “Hicimos una buena primera parte, no aprovechamos la superioridad, que aquí no demasiadas oportunidades para ponerse por delante. Y entramos muy mal en el inicio de la segunda con dos goles que no deberíamos haber concedidos. Ellos estuvieron acertados en ese momento. Que esto también va de eso. Con el 3-1 tuvimos ocasiones para volver a meternos, pero ya al final tuvimos lanzar un poco más, nos metieron el 4-1 y ahí se acabó. El resultado es engañoso. Competimos bien. Tenemos que ver el vídeo para no cometer los mismos errores y venir el sábado a poner el 1-1 en la eliminatoria”, analizó Juan Copa.

El técnico coruñés sabía que en un partido de estas características, los entrenadores tienen unos planteamientos pero después el juego corre por los derroteros que le da la gana. Pero dentro de todas las incógnitas, había una única certeza. El Barça iba a salir como una apisonadora, intentando imponer el poderío de su primera rotación, con Bargalló, Alabart y los portugueses Nunes y Rodrigues. El Liceo también tenía claro que era clave aguantar ese arreón. Y que dependía de cómo saliese de él para tener más opciones o menos. El chaparrón no tardó ni un minuto. Es más, en esos primeros sesenta segundos, tiró hasta tres veces a portería con un ritmo implacable. Y poco después Heldes Nunes estrelló una bola contra la cruceta entre los tres palos. Pero los verdiblancos resistieron y paulatinamente fueron sacando la patita tanto en ataque, sin arriesgar, pero con disparos lejanos y buenas respuestas de Sergi Fernández, como en defensa, con Carballeira atando en corto a Bargalló.

El Liceo abraza el reto más difícil

Con las fuerzas niveladas el Liceo empezó las rotaciones. Y en la primera jugada de la segunda unidad, al primer centímetro de más que tuvo Bargalló, encontró un disparó también por el único centímetro que quedaba libre entre el casco de Serra y el palo. Juan Copa optó por la velocidad. Metió a los tres pequeños, Ricart, Ciocale y Manrubia, con Bruno di Benedetto de pivote frente al portero. Ciocale tuvo una buena ocasión a la contra, pero tardó demasiado en rematar y Alabart se la robó cuando ya ejecutaba el lanzamiento. Pero iban ya muchos avisos del Liceo, que logró empatar con un disparo de Álex Rodríguez en un rechace en el área.El 27 fue el protagonista de las siguientes acciones. Porque Panadero le golpeó con el stick en la mano y vio azul y él mismo tiró la directa, pero la bola se fue fuera. Los dos minutos en superioridad no solo no sirvieron a los coruñeses para ponerse por delante en el marcador sino que le pasaron factura con dos faltas más a su casillero. Ocho en ese momento por dos de los locales. Nueve al final del igualado primer tiempo.

Las lágrimas de rabia y alegría de Álex Rodríguez

Estaba avisado el Liceo de la salida en tromba del Barça. La repitió en el segundo acto pero esta vez los de Juan Copa no estaban tan atentos. A los ocho segundo, Bargalló asistió a João Rodrigues en el segundo palo para el 2-1 y a los tres minutos, Bargalló se quedó solo en el punto de penalti y remató a gol para el tercero. En un suspiro, el trabajo de medio tiempo a la basura. Y aún quedaba la amenaza de la décima, en la que una gran parada de Serra a la directa de Bargalló permitió al Liceo soñar con seguir vivo en un partido que entró en una fase de impás, como si ambos se preparasen para una ofensiva final, aunque hubo tiempo para un par de Rodríguez y una ocasión de Fran Torres a asistencia de Manrubia, que generó mucho juego. En los minutos finales al Liceo no le quedó más remedio que arriesgar, lo que Rodrigues aprovechó para sentenciar en dos jugadas puntuales.