1-4 | El Liceo reproduce en el clásico su pesadilla de las segundas partes

El Liceo sufrió la maldición de las segundas partes contra el Barça. Los verdiblancos perdieron el clásico (1-4) en el Palacio al dejarse remontar en un segundo acto que echó a perder el magnífico trabajo de los primeros 25 minutos, con un golazo de César Carballeira desde la mitad de la pista y un recital de paradones de Martí Serra. Dos tantos de Ferran Font y otro del coruñés Ignacio Alabart en cuestión de cuatro minutos hirieron sin remedio a un Liceo que quería la revancha de la Supercopa y terminó sufriendo un desenlace más cruel que el de hace tres semanas.

Juan Copa advirtió en la previa del primer clásico de esta OK Liga que la clave iba a pasar por golpear primero, algo más fácil de decir que de cumplir. El Barça saltó al Palacio con chispa y tardó menos de un segundo en probar a Martí Serra con un cañonazo de Sergi Aragonès. El Liceo apenas había probado a Carles Grau en los primeros cinco minutos, pero, como dijo Juan Copa, «esto va de efectividad» y, en ese aspecto, César Carballeira nunca perdona. O neno do cole se sacó de la manga un obús desde campo propio que voló directo a la escuadra derecha de la portería de Carles Grau. 1-0.

Los verdiblancos pidieron tiempo muerto para organizar la defensa numantina ante el acoso que prometía ejercer el Barça para empatar. Los catalanes ejercieron una presión a toda pista que dificultó mucho la salida del equipo coruñés. El recurso para el Liceo estuvo en los contragolpes que, de tanto en cuanto, ponían sobre aviso a Carles Grau a través de Nil Cervera, Bruno Saavedra, Tato Ferruccio, Arnau Xaus y Fabri Ciocale. No obstante, el protagonista de los veinte minutos que restaban hasta el descanso fue Martí Serra. Un recital de paradas y de reflejos le permitió ganarle un mano a mano a Marc Grau o repeler un tiro a bocajarro a Pablo Álvarez para marcharse al descanso con la ventaja mínima, 1-0.

Aún quedaba mucho por resistir en una segunda mitad que arrancó con un nuevo paradón de Serra a un tiro de Ferran Font. Ese aviso encendió a un Barça que arrasó en cuestión de cuatro minutos. Font no perdonó una segunda vez. Apenas habían transcurrido cuatro minutos tras regresar a la pista, cuando el ex del Sporting, ligeramente liberado, encontró una buena opción de tiro cruzado para incrustar la bola en la escuadra izquierda. 1-1.

El Liceo tenía que volver a pensar en deshacer el empate, pero apenas tuvo tiempo para asimilarlo antes de verse por detrás en el marcador. Ni un minuto pasó en el cronómetro del marcador del Palacio cuando, de nuevo Ferran Font, encontró un cañonazo en posición frontal con el que logró perforar el muro de Martí Serra. 1-2.

Copa convocó una reunión de urgencia en el banquillo para recomponer a un Liceo que cambió por completo su plan de partido. Apretaron los verdiblancos al regresar a la pista, pero eso también permitió al Barça atacar con más peligro en el juego de ida y vuelta. Estuvo cerca de castigar Marc Grau en una contra que terminó en un choque con Martí Serra. Aun así, el encargado de encarrilar la remontada culé fue el coruñés Ignacio Alabart. El jugador formado en el Compañía de María cruzó un buen tiro en una arrancada por la derecha y superó a Serra para subir el 1-3 al marcador.

El Palacio hizo fuerza y ruido para animar a un Liceo que todavía quería creer en el empate. Lo intentó Dava Torres de mil maneras, pero el muro se instaló, esta vez, tras la espalda de Carles Grau. Dolió especialmente un paradón a bocajarro que resonó en todo el Palacio. Al capitán se sumó Carballeira a la salida de una falta y Fabri Ciocale, que merodeó sin miedo la portería culé. Siempre faltaba una pizca de suerte para apretar el marcador. Copa refrescó el plan de los suyos para los últimos diez minutos, mientras el Barça esperaba una buena contra que finalizó Font para finiquitar el clásico.1-4. Ferruccio estrelló en el poste una falta directa que enterró las expectativas de los colegiales. Aunque Pablo Álvarez también perdonó a bola parada, ya nada evitó la derrota colegial en el clásico tras una segunda parte de pesadilla.