El Liceo recupera pegada y mandíbula

Después once partidos en apenas seis semanas, el Liceo tiene el horizonte despejado de partidos durante siete días para contemplar la evolución al alza de un equipo que ha logrado revertir una dinámica de tres derrotas consecutivas y transformarla en cuatro triunfos seguidos en liga y un empate de mucho valor contra el Oliveirense en Champions. El duelo, con matices, permitió ver las virtudes que ha potenciado el equipo en las últimas semanas: la pegada en ataque y la mandíbula fuerte en defensa.

El Liceo protagonizó en las cinco primeras jornadas de OK Liga su peor inicio goleador desde hace más de quince años. Sin embargo, el punto de inflexión que supuso el triunfo sufrido ante el Sant Just en Riazor cambió, también, la tendencia de cara a portería. Cuatro triunfos en OK Liga (contra Sant Just, Alpicat, Calafell y Noia), y un empate (ante el Oliveirense) y una derrota (en Trissino) en Champions dejan un balance positivo de 18 goles a favor y once en contra. El varapalo en Italia lastra una estadística que confirma la progresión de la plantilla en las dos porterías.

Parte de culpa en la mejoría la tienen los cinco goles de un Arnau Xaus al alza que, por el camino, ha formado una sociedad de lujo con Nil Cervera, que suma ya tres dianas en estas tres semanas. Cuatro suma César Carballeira, que este jueves hizo soñar a Riazor con el triunfo ante el Oliveirense con el penalti que puso al Liceo en ventaja durante media hora, hasta el empate de Marc Torra. Fabri Ciocale aportó otros tres tantos, dos en liga y uno en Champions; mientras que Dava Torres, Jacobo Copa y Bruno Saavedra han anotado uno cada uno. Tato Ferruccio es el único jugador de campo que no ha marcado. No sería por falta de ocasiones. El argentino ha continuado con sus chispazos y ha sumado asistencias clave, como las que dio ante Calafell y Noia. Solo le faltó anotar alguna de las directas de las que dispuso.

La mejoría delante está relacionada con la solidez atrás. «Estoy muy contento», reflexionó Juan Copa al terminar el duelo ante el Oliveirense y destacar la seriedad con la que sus jugadores lograron contener, y, por momentos, atenazar, al subcampeón de Europa. La intensidad y la concentración se ha visto tanto en los jugadores de pista como en los dos porteros. Martín Rodríguez regaló paradas de nivel hasta el día de Trissino y resultó clave para llevarse evitar problemas ante Alpicat y Calafell. Martí Serra recuperó la titularidad en el Ateneu y ante el Oliveirense para dar otro recital. Solo una genialidad de Torra escapó de sus tentáculos.

Sin jornada este fin de semana, el Liceo tiene el horizonte despejado y siete días para preparar la visita al Dinan Quévert (jueves 5 de diciembre, 20.00 horas). Buscará en Francia el primer triunfo en competición europea. Lo hará, con la certeza de tener cada vez más pegada y mejor mandíbula.