85-94 | El Leyma agota la suerte ante el Joventut

Los triples de Dekker evitan la remontada naranja en el Coliseum tras una primera parte floja en ataque y defensa

Barrueta lanza a canasta ante la presión de Dotson. |  Carlos Pardellas

Barrueta lanza a canasta ante la presión de Dotson. | Carlos Pardellas

Daniel Abelenda Lado

Daniel Abelenda Lado

No hubo pedrea para el Leyma. Los naranjas cayeron en el Coliseum ante el Joventut (85-94) en un partido en el que el conjunto catalán supo marcar los tiempos y aprovechar los momentos de caos de los hombres de Epi. La escuadra coruñesa no se encontró en ataque hasta la segunda mitad y pagó caras las concesiones en el perímetro a un Sam Dekker que sumó ocho triples.

La primera fecha de la Navidad en el Coliseum comenzó con un minuto de aplausos y reconocimiento a la directiva saliente del club, con Roberto Cibeira a la cabeza. Fue también la presentación oficial del nuevo presidente, Pablo de Amallo, en el centro de la pista de la nueva casa del baloncesto coruñés. Mientras el público recibía a los directivos, Epifanio planeaba los cambios en la rotación, obligado por las bajas. El técnico burgalés consiguió contar con Brandon Taylor en la convocatoria y en la cancha, pero el base californiano no fue el de otros días. El quinteto volvió a tener cambios con el regreso de Burjanadze de inicio y la presencia de Huskic y, en el banquillo, esperó su oportunidad el vinculado del Xiria, Omar Thiam.

Manos a la obra, el conjunto naranja logró entrar firme al partido. Dotson abrió la lata para el Joventut, pero los coruñeses rápidamente supieron encontrar a Huskic en el poste y a Barrueta con una bandeja al contraataque. Al alero de origen cubano le costó encontrar precisión desde el triple, la misma que permitió a Dekker enchufar en su primera visita al perímetro (4-7). El Leyma logró organizarse a partir de la garra de Lundqvist. El sueco despertó al equipo con una suspensión de gran calidad y un robo en la jugada posterior que permitió a Barrueta anotar un triple en la esquina y cambiar el color del partido (9-7). Ese fue el inicio de un parcial muy positivo al que dio continuidad Diagne. El pívot senegalés salió a la cancha dispuesto a batirse bajo los tableros con Pustovyi y ayudó a edificar la máxima ventaja naranja (13-7).

La Penya paró el partido y reorganizó su plan de juego tras apenas cuatro minutos de encuentro. La nueva hoja de ruta le funcionó al conjunto badalonés. Pustovyi comenzó as ser una pesadilla en la zona e hizo, además, de un señuelo para conseguirle a Dekker posiciones liberadas en el perímetro. El alero del Joventut comenzó a encadenar un triple tras de otro, acompañado por Vives y Robertson, para volver a tomar la delantera y cerrar el primer cuarto con ventaja de dos posesiones (17-21).

Leyma - Joventut

Leyma - Joventut / Carlos Pardellas

La sangría del Leyma, que pasó de un parcial positivo de 9-0 a caer al final del primer tramo, continuó camino del descanso. El Joventut consiguió apagar la sala de máquinas de Epi. Taylor no anotó en toda la primera parte y sintió la falta de ideas. Agotó posesiones sin opciones óptimas de tiro, desaprovechó rebotes ofensivos y, poco a poco, comenzó a pagar pequeños desajustes defensivos. Kassius Robertson, Ante Tomic y Devon Dotson vieron un filón en la defensa naranja y lo aprovecharon sin miramientos para alcanzar los dobles dígitos (19-29) de diferencia.

Epi trató de cambiar el rumbo de la nave, pero no salía nada. Probó un quinteto bajo, con Jakovics de base, dos aleros y dos alapívots, pero el experimento tuvo poco éxito. A cada canasta en contra, el Joventut respondía con un triple de Dekker o Hanga, que aprovechó un desajuste grave en defensa para agravar la herida en el marcador (21-34). El Leyma quería, pero no podía o no sabía reaccionar .Abusó del pase extra, como con un tiro frontal de Jakovics que acabó en balón al lado para el tiro erróneo, desde la misma posición, de un Figueroa que no encontró acierto en sus minutos sobre el parqué del Coliseum.

Si el resultado no acompañaba, tampoco lo hicieron las decisiones arbitrales, que encendieron al público al ver cómo se señalaban como falta la mayoría de rebotes a los que concurrían los locales. Esos contactos le dieron a Huskic la opción de remar y reducir mínimamente las diferencias (28-40). Fue un espejismo. Dekker, Tomic y Dotson volvieron a percutir el aro y llevaron el duelo al descanso 33-46.

El Leyma reseteó el chip en el vestuario y salió al tercer cuarto con otra energía: Taylor se estrenó con un triple y Burjanadze robó para machacar el aro. El estadounidense y el georgiano asumieron la responsabilidad de creer más que nadie en una remontada que Dekker y Hanga se empeñaron en convertir en quimera. Los exteriores de la Penya neutralizaron el ímpetu del Leyma y Tomic castigó su atrevimiento para rozar de nuevo los 20 puntos de diferencia (39-56). El equipo coruñés necesitó organizarse una vez más en un tiempo muerto al verse incapaz de encontrar buenas opciones en el triple y permitir demasiado a los tiradores rivales. Uno de Taylor despertó, por fin, al equipo. Dekker respondió con otro demasiado liberado, pero la ayuda estaba en camino. Diagne machacó el aro y Barrueta, que por fin se reconcilió con el perímetro, puso el partido en cuestión de diez puntos (53-63) a tres minutos de concluir el cuarto. Thompkins se sumó a la fiesta y, aunque Robertson y Dekker trataron de arruinarla, y Jakovics le puso un par de alley-oops de libro a Diagne, que no falló y le dio esperanzas al público de cara al último cuarto (59-69).

El Joventut no quería permitir una fiesta en el Coliseum y así lo hicieron saber Tomic y Robertson, que iniciaron el último parcial muy incisivos en ataque. El Leyma, más cohibido que en el tercer cuarto, se fió de Jakovics y de Barrueta para arrancar en anotación, pero volvió a perder cuerda ante el castigo incesante de Dekker. Thompkins y Font, que acompañó un triple con una bandeja al cazar un rebote bajo el aro, lograron bajar la diferencia circunstancialmente hasta los nueve puntos (69-78). Una vez más, el Joventut parecía estar jugando con la fe naranja. Tomic , Dotson y Dekker enterraron las esperanzas de un Leyma que, dolido, acabó el partido (85-94) sin suerte y sin un triunfo antes de Navidad.

Aunque reconoció el buen trabajo defensivo en el primer acto, en el que logró desarmar «a uno de los mejores equipos de la liga en bloqueo directo», apunta que el equipo debe trabajar para ser capaz de «controlar el ritmo» de los partidos a voluntad sin ver su confianza trastocada por la pugna en los rebotes en aro propio.

El técnico elogió al final del encuentro el «rendimiento defensivo» de Figueroa en la rotación de la primera parte. Desveló que Diagne jugó menos minutos por unas molestias en el entrenamiento del sábado y que Lundqvist no jugó por decisión técnica.

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