Anuario 2024 | Enmanuel Reyes, Carlos Arévalo y Damián Ramos entraron en el olimpo

El deporte coruñés llevó a siete representantes a los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de París. Tres bronces en boxeo, piragüismo y ciclismo. Yulenmis Aguilar se llevó un diploma en lanzamiento de jabalina y Jacobo Garrido, otro en natación adaptada

Carlos Árevalo y Enmanuel Reyes posan en la plaza de Lugo y charlan en la sede de LA OPINIÓN. A la			          derecha, detalle del estuche y la medalla de Arévalo. |  // CARLOS ARÉVALO

Carlos Árevalo y Enmanuel Reyes posan en la plaza de Lugo y charlan en la sede de LA OPINIÓN. A la derecha, detalle del estuche y la medalla de Arévalo. | // CARLOS ARÉVALO

Daniel Abelenda Lado

Daniel Abelenda Lado

Tres bronces, un diploma, siete deportistas y miles de sueños. Los Juegos Olímpicos de París 2024 permitieron al deporte coruñés alcanzar la gloria olímpica como en pocas ediciones anteriores. Los bronces de Enmanuel Reyes en boxeo y de Carlos Arévalo en piragüismo culminaron un ciclo olímpico al que Damián Ramos puso la guinda un mes después en los Juegos Paralímpicos. El ciclista completó el verano de gloria del deporte coruñés y betanceiro, al conquistar otro bronce tras volar como nadie por las calles de la capital francesa.

Los deportistas nacidos, asentados o becados al pie de la Torre de Hércules marcharon con ilusión a la visita la ciudad de Torre Eiffel. Algunos buscaban revancha, otros, consolidarse o, simplemente, cumplir un sueño al estrenarse en una cita olímpica.

Damián Ramos posa con su medalla en la plaza de Lugo antes de visitar LA OPINIÓN.

Damián Ramos posa con su medalla en la plaza de Lugo antes de visitar LA OPINIÓN. / GERMÁN BARREIROS / ROLLER A.

París 2024 arrancó con los focos puestos en el Sena y en el Arco del Triunfo, pero los haces de la Ciudad de la Luz pronto enfocaron, en clave coruñesa, al cuadrilátero en el que Enmanuel Reyes buscó «dar palos» hasta conseguir la medalla que se escapó en Tokio. El púgil hispanocubano, afincado en A Coruña, cumplió su profecía y demostró su contundencia en el peso semipesado hasta llegar a la pugna por los metales. Se aseguró medalla al plantarse en las semifinales, pero cayó ante su paisano, el cubano-azerí Loren Alfonso, en un combate con una decisión polémica. Solo las deliberaciones de los jueces, que están a punto de costarle al boxeo su condición de disciplina olímpica, alejaron a Reyes del combate por el oro. El Profeta de Monte Alto tuvo que conformarse con un bronce que supo a gloria cuando se lo ofreció a los suyos en el recibimiento que vivió en Alvedro. «Todo lo que hago es para que estén orgullosos de mí», reflexionó en su visita a LA OPINIÓN con la medalla.

Carlos Arévalo se unió a la fiesta de París. El piragüista de Betanzos defendía la plata de Tokio 2020 con el cuarteto español del K4 500 que formó junto a Saúl Craviotto, Marcus Cooper y el cangués Rodrigo Germade. El «barco de España», como le llamó Arévalo, lideró la final durante más de 250 metros, pero sucumbió en el último tercio de la prueba y se quedó con la medalla de bronce. «Me falta el oro», aventuró Arévalo a este diario al regresar de París. Intentó conseguirlo con Germade en el K2 500, pero habrá que esperar a Los Ángeles para soñar con un metal del «barco de Galicia».

El verano parisino fue especial para más disciplinas y deportistas. Yulenmis Aguilar, lanzadora de jabalina hispanocubana afincada en Oleiros, confirmó su regreso a una cita olímpica, esta vez con los colores de España tras recibir la nacionalidad. Consiguió un diploma al terminar sexta de la general. Julia Benedetti demostró un ejercicio de resiliencia en su segunda cita olímpica. Se cayó dos veces y se levantó una tercera para finalizar decimoséptima en la competición de skate park. La malagueña María de Valdés, afincada hasta otoño en A Coruña, inició el año como subcampeona del mundo de aguas abiertas y se ganó el billete a los Juegos, pero no pudo igualar el resultado. Finalizó decimoséptima en las polémicas aguas del Sena.

Tres semanas después, los deportistas paralímpicos tomaron París y trajeron otra presea para A Coruña. Damián Ramos cumplió su sueño y se colgó el bronce en la contrarreloj individual de categoría C4. Trató de repetir el éxito en la prueba en ruta, pero solo pudo ser décimo. «Tengo la medalla que merezco, nada que reprocharme», comentó a su visita con la presea a LA OPINIÓN. Jacobo Garrido no pudo tocar metal en la piscina de La Defense. Tuvo un quinto puesto en los 400 metros libres como mejor resultado. Los Ángeles 2028 aguarda para repetir los éxitos del deporte coruñés.

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