Hockey sobre patines | Champions League

0-0 | El Liceo enjaula a las águilas del Benfica

Se luce en defensa con un colosal Serra para empatar ante el poderoso equipo portugués

Redacción

Si algo caracteriza siempre al Liceo, sin importar la temporada o el proyecto, es la garra y el gen competitivo. El conjunto verdiblanco volvió a crecerse como en las grandes noches para sacarle un empate (0-0) en Riazor a un titán como el Benfica. Las águilas de Lisboa llegaron dispuestas a avasallar a los coruñeses, pero se encontraron con una defensa numantina. Los colegiales mordieron a la contra y solo les faltó una pizca de fortuna, o de eficacia, para arrebatarle el invicto a los lisboetas.

La segunda noche de Champions de esta temporada en Riazor prometía desde los primeros compases un duelo de máxima exigencia para los pupilos de Juan Copa. Los dos púgiles se tantearon en los primeros minutos, en los que Roberto Di Benedetto probó en primer lugar a Martí Serra. El portero catalán del Liceo sabía que tenía por delante una faena de máxima exigencia y rindió desde el primer momento. Enmendó con un paradón el penalti que provocó una inocente mano de Bruno Saavedra al cortar un pase. Joao Rodrigues no logró romper la igualada en los primeros compases, pero su insistencia marcó el ritmo de un Benfica que, poco a poco, logró imponer su ritmo.

Los lusos confiaban en que la pegada hiciese caer el primero en el marcador. Llegaron a celebrar el 0-1 durante unos instantes que desataron la polémica del encuentro. Rodrigues creyó haber mandado a la red una volea que le sirvió Pau Bargalló, pero los árbitros no reconocieron el tanto y Serra lanzó el contraataque colegial que enfureció a los lusos. Ni Dava ni Jacobo Copa pudieron aprovechar sendos manos a mano ante Henriques, antes de que un amago de trifulca de Nil Roca en la mesa interrumpiese el juego.

Un tiempo muero reseteó el encuentro y le subió la dificultad a la partida. El Liceo se encomendó a una férrea defensa, digna de Numancia, al mismo tiempo que se atrevía a meterle el miedo en el cuerpo a los lisboetas con algunos contraataques feroces. Saavedra perdonó a bocajarro y Dava Torres rozó el 1-0 con un misil cruzado que el destino quiso estrellar en el travesaño a 40 segundos del descanso. El capitán aún tuvo tiempo de intentar, y fallar, otro tiro frontal antes del entretiempo.

La segunda parte solo agudizó la intensidad de la primera. Los dos equipos se mostraron más incisivos todavía de cara a la meta rival. Si Serra se encargó de tapar las amenazas de Rodrigues, Roca o Bargalló, Henriques hizo lo propio con los peligrosos disparos que ejecutó César Carballeira. El coruñés trató de encontrarle las cosquillas con algunas bolas rasas sin fortuna. Tampoco le sonrió el azar a Xaus, que recibió un pase con quilates de Saavedra en boca de gol, pero no logró superar al meta.

La claridad de ideas del Liceo, que seguía fiel al plan de morder en defensa y correr en ataque, comenzó a inquietar a un Benfica cada vez más nervioso. Henriques evitó un par de acometidas de Carballeira y Saavedra y los palos evitaron que Di Benedetto para unos y Xaus para otros, rompiesen el 0-0. La bola no quería entrar.

La tensión se mantuvo, exactamente, hasta el último segundo. Los dos equipos se disputaron los tres puntos en dos minutos finales de ida y vuelta. Saavedra erró un contraataque, pero Serra brilló para proteger su portería de los peligrosos intentos a la desesperada de Pau Bargalló y de Di Benedetto. No hubo goles, pero no faltaron uñas que morderse en una noche en la que el Liceo llegó a tener contra las cuerdas a todo un Benfica.

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