Baloncesto | Liga ACB
83-80 | Los nervios castigan al Leyma Coruña en el derbi
Taylor falla el tiro para empatar un derbi muy igualado en el que los naranjas pagaron su nefasta arranque de partido

Brandon Taylor encara a Jordan Sakho en el derbi contra el Breogán. / ACB Photo
Redacción
Tan importante es saber levantarse como lograr mantenerse de pie. Eso ha tenido que aprender el Leyma Coruña, por las malas, en su primer derbi gallego en la liga ACB. Los naranjas cayeron a los puntos, tres en concreto (83-80) ante el Río Breogán en un Pazo dos Deportes de Lugo lleno. Pagaron demasiado caro el sonrojante 18-3 de parcial en los primeros cinco minutos del encuentro. Aunque los de Epifanio lograron resucitar, de la mano de un entonado Thompkins y de los laboriosos Huskic y Scrubb, terminaron pagando caro el nerviosismo. Aguantaron de tú a tú a un Breogán aupado por su afición que confió la victoria a los triples de Hilliard y a la contundencia en la pintura de Sakho. El Leyma no tuvo respuestas para ninguno de los dos y depositó sus esperanzas en las manos de un Brandon Taylor que quería ser el héroe y terminó siendo víctima de su propia ambición. Buscó un triple ganador, pero ni fue un triple, porque estaba pisando, y ni acabó en triunfo, porque el aro lo escupió.
El himno gallego dio la bienvenida al Leyma al Pazo Provincial dos Deportes de Lugo que estaba a rebosar para ver el primer derbi del conjunto coruñés en la máxima categoría del baloncesto español. La emoción de la cita contrastó con las urgencias con las que los hombres de Epifanio llegaron al duelo. El técnico recuperó a Burjanadze, entre algodones durante toda la semana por un virus, y le dio, de hecho, la titularidad en el puesto de cuatro.
El guion del derbi se convirtió en el de una película de terror nada más ponerse el balón en juego. El primer triple de Dae Dae Grant y el beso que le dio a una suspensión de Burjanadze al hierro de la canasta del Pazo actuaron como premonición de la pesadilla que vivió el equipo coruñés en los primeros cinco minutos. Los naranjas apagaron todas las luces de su barco. No encontraron soluciones en los primeros ataques y defendieron sin orden ni cabeza cada posesión del Breogán. Hilliard, Atic y Grant, sin grandes florituras, lograron un contundente botín de 12-0 en cuestión de tres minutos. Epifanio pidió el comodín de la llamada y reunió a los suyos para buscar soluciones. Optó por meter a Thompkins y dosificar a Beqa, pero el resultado inmediato fue una mísera canasta interior de Huskic y un tiro libre de Diagne. Mientras, Sakho y Grant continuaron ampliando la renta de un Breogán que llegó a la máxima ventaja de quince puntos (18-3) mediado el primer cuarto.
La solución, por inverosímil que pareciese, pasó por unas manos inesperadas. Epi metió a Scrubb tras un mes lesionado para buscar más claridad de ideas en el perímetro en detrimento de un Lundqvist demasiado apagado y para asistir a un Brandon Taylor desorientado. El canadiense salió y cumplió. Anotó el primer triple del partido desde la esquina (18-6) y abrió la veda para los demás triplistas de naranja. Trey Thompkins tomó ejemplo del escolta y se sumó a una fiesta para la que Barrueta también tenía invitación. Huskic, con esmoquin en la pintura, cerró el cuarto con mal menor de 22-16.
El Leyma superó el calvario y le pasó la tormenta al Breogán en el segundo cuarto. Aunque Eric Vila fue el que abrió el marcador, los exteriores naranjas hicieron evidente el cambio de tendencia. Font con un triple, y Jakovics, con tres tiros libres tras una falta de tiro de larga distancia, apretaron un tanteo que Huskic se encargó de igualar (24-24) a ocho minutos del descanso.
Casimiro paró el partido para ponerle trampas a un Leyma que, desde el ecuador del primer cuarto hasta el del segundo, acumuló un potente parcial de 10-27. Burjanadze le cambió el color al marcador con unos tiros libres (24-26) y Thompkins, que se creció en Lugo, continuó el castigo de tres en tres (24-29). El Breogán dejó en cinco puntos la máxima distancia de los coruñeses. Hilliard y Sakho, los líderes del equipo lucense, resetearon la ofensiva al sacar provecho de varios ataques malos del Leyma. Aranitovic empató de forma circunstancial y dio pie a un continuo intercambio de ideas, de ventajas y de nervios que se mantuvo hasta el tramo decisivo del encuentro. Lundqvist, Barrueta y Thompkins, que se fue al descanso con pleno de triples, tres de tres, obraron, con la ayuda de Huskic, un resultado tan favorable como apretado para el segundo tiempo (36-38).
El Breogán, de luto en el perímetro, decidió confiar el triunfo a las manos de sus interiores. Sakho machacó el aro para empatar el duelo nada más iniciar un tercer cuarto en el que el marcador no hizo más que cambiar de color. Huskic fue incapaz de frenar a su par en el cinco, pero el Leyma logró mantener el nivel con los tiros libres de Taylor y del propio serbio. Barrueta y Thompkins, que bajó varias marchas en el triple, pero se mantuvo estoico con los tiros de dos, ayudaron a la causa. Sakho se marchó al banco y Diagne salió a dominar los tableros para el Leyma. Secó a Egbunu, taponó a quien quiso y finalizó un alley-oop, marca de la casa, a pase de Taylor. En momentos de dudas, Epi volvió a recurrir a un Scrubb que mantuvo el tipo en el perímetro (53-56). Mavra redujo la diferencia a un solo punto, pero una suspensión de Lundqvist sobre la bocina le dio al Leyma una valiosa ventaja de tres puntos para iniciar el último cuarto (57-60).
El equipo lucense sacó toda la artillería para el tramo final. Nakic y Hilliard respondieron con dos triples al tiro lejano que coló Jakovics para abrir boca (63-63). El escolta norteamericano se echó a su equipo a la espalda y desafío, sin parar, a la defensa exterior del Leyma. Taylor entró al trapo y comandó el ataque naranja con sus triples y bandejas, pero Hilliard seguía percutiendo por fuera, mientras Sakho le sacaba los colores a Huskic por dentro. (82-80). La película llegó a los últimos seis segundos. Es el tiempo que restaba cuando Taylor, con margen para pensar la jugada, decidió jugarse un tiro frontal. Buscaba un triple ganador, pero estaba pisando la línea y el aro escupió el balón. La falta desesperada de Scrubb permitió a Hilliard redondear el resultado (83-80) en un final difícil de digerir para un Leyma que murió en la orilla.
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