90-74 | El Leyma se rinde ante la tormenta Ibaka
Suma su séptima derrota seguida al caer ante un Real Madrid superior que dominó con autoridad el juego interior

Real Madrid - Leyma / ACB
El Leyma Coruña fue todo espíritu, y, por momentos, competitividad ante un Real Madrid que demostró ser superior para cobrar su revancha del Barruetazo. El conjunto coruñés cayó con contundencia (90-74) en su visita a un Real Madrid que demostró ser un equipo muchísimo más rodado y peligroso que el que pasó por el Coliseum hace unos meses. Serge Ibaka, que ejerció de pívot titular ante la ausencia de Tavares, atormentó a los interiores naranjas en su mejor partido en la ACB. Los de Epi, que se vieron siempre fuera del duelo, soñaron de forma fugaz con la remontada en el último cuarto gracias a la efectividad en el perímetro de Trey Thompkins. La moneda salió cruz y el equipo coruñés sigue colista y suma ya siete derrotas consecutivas.
Diego Epifanio llegó a Madrid con un plan de partido totalmente novedoso. Sin Tavares enfrente por descanso el entrenador burgalés optó por revolucionar casi todo el quinteto. Dio entrada a Jakovics, Scrubb, Diagne y Thompkins, que volvió a su antigua casa entre aplausos. Solo se mantuvo Barrueta, el único alero puro. El plan del Leyma pasaba por castigar con los centímetros de Diagne al quinteto bajo del Real Madrid. El pívot senegalés respondió por dentro al triple esquinado con el que Dzanan Musa inauguró el marcador (3-2) y volvió a volar como nadie para caza un alley-oop que le sirvió Jakovics para recortar diferencias tras un par de canastas madridistas (6-4).
El Real Madrid pisó rápidamente el acelerador y empleó a un muro de hormigón llamado Serge Ibaka para cortar las intenciones de los naranjas. Hugo González abrió brecha con el primer triple del partido y, mientras Thompkins se afanaba en buscar su suerte en ese mismo registro, Ibaka se hizo enorme en todos los aspectos del juego. Encontró vía libre para machacar el aro del Leyma y, en el siguiente ataque, se sacó de la manga un triple que obligó a Epifanio a pulsar el botón del pánico (14-4). El entrenador burgalés retiró a Jakovics, que se cargó pronto con dos faltas, y a Scrubb para meter a Brandon Taylor y a Aleix Font. Los dos recién ingresados tardaron en dar resultado. Vieron cómo Ibaka y Musa, por dentro el primero y por fuera el segundo, elevaban su parcial demoledor, 13-0.
Font fue el primero en cortar la sequía. Recibió el pase extra de Thompkins en la esquina para cortar la racha y Taylor tomó el relevo en el siguiente ataque con un triple frontal (19-10). El base volvió a encontrar el camino hacia el aro con una penetración de pura calidad (21-12), pero las sensaciones se cortaron ahí. Ibaka, Rathan-Mayes, Ndiaye y Garuba encontraron las cosquillas de la defensa de un Leyma que, sin acierto ni suerte, vio cómo no subía al marcador un triple de Taylor ligeramente fuera de tiempo al final del primer cuarto (29-12).
Un triple de Font abrió la lata en el segundo parcial del partido, pero apenas fue un espejismo. Cada acierto de los naranjas tenía como respuesta un aluvión de canastas del Real Madrid. Ndiaye tomó protagonismo con unos tiros libres tras robo y una asistencia espectacular de espaldas para que Garuba anotase libre bajo el tablero. Los triples de Jakovics, tan esparcidos en el tiempo como los de un Thompkins, resultaron insuficientes para luchar contra el poderío de los interiores blancos El Leyma solo había anotado seis de sus 20 tiros de campo a ocho minutos de llegar al descanso. La situación empeoró cuando Ibaka regresó a la pista. El pívot del Madrid continuó dulce en el perímetro y, también, con los tiros libres. Junto a él, otra canasta de larga distancia de Hezonja obligó a Epi a buscar nuevas soluciones para su equipo, que se sentía incapaz de encontrar y de aprovechar cualquier tipo de ventaja en ataque (44-18)
El segundo tiempo muerto de Epifanio activó, por fin, el ataque de sus pupilos. Jakovics aprovechó un espacio abierto para anotar un nuevo triple (44-21) e inició un buen parcial en el tramo final del segundo cuarto. El base letón tiró del libro para anotar una suspensión frontal de inmediato y Scrubb, al pie de la letra, marcó los pasos a la perfección en un par de penetraciones ejemplares. También apareció Thompkins, que en su tercer intento anotó su primer triple y ayudó a tintar el cuarto de naranja (46-30).
La victoria pírrica en el segundo cuarto sirvió de poco en el arranque del tercero. Ibaka, rumbo a la mejor tarde de su vida en la ACB, prosiguió con música en ataque y en defensa. El Leyma, consciente de que la victoria era ya una quimera, aceptó o se resignó a aceptar el intercambio de ataques y de anotaciones con el Real Madrid. Olle Lundqvist abanderó el ataque con sus penetraciones y balones a tabla. Aportó, también, un Huskic más acertado con el pase que Taylor, que sufrió demasiado a la defensa madridista y no paró de cometer pérdidas groseras y faltas. Thompkins le puso más ganas, aunque con el mismo acierto escaso, desde el perímetro. El alapívot de Atlanta también encontró a Diagne en un alley-oop y Jakovics cerró el tercer cuarto con un nuevo triple (69-51).
La falta de presión por verse con una derrota segura liberó a los tiradores del Leyma Coruña. Así lo demostró Scrubb, que inició el último cuarto con un triple liberado tras un gran amago. La misma efectividad demostró Thompkins. Ya reconciliado con su dinámica de tiro, clavó dos triples consecutivos para bajar la diferencia a solo once puntos (71-60). Chus Mateo pidió un tiempo muerto para cortarle las alas a un Leyma que acumuló un 2-14 de parcial desde el tercer cuarto y que quería soñar con una remontada heroica. Fue más un espejismo que una realidad. Jakovics erró un contraataque en el que tampoco afinaron Font y Scrubb con el rebote. Esta acción dio un respiro a un Real Madrid que hizo los deberes. Feliz cortó la tendencia y Campazzo tiró de liderazgo (76-61) para bajar de la nube al Leyma. Serge Ibaka y Mario Hezonja sentenciaron (90-74) a un Leyma que se resignó a aceptar la derrota. La película del Movistar Arena tuvo un final más melancólico que la del Coliseum.
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