Hockey sobre patines | Champions League

2-0 | El Liceo se mete en los cuartos de final

Dava Torres y Arnau Xaus deciden el duelo en Riazor contra un combativo Dinan Quévert | La derrota del Valongo certifica el pase de los verdiblancos

Daniel Abelenda Lado

Daniel Abelenda Lado

A Coruña

Siete años después, el Liceo vuelve a estar entre los ocho mejores equipos de Europa. El conjunto verdiblanco hizo los deberes en Riazor al vencer al Dinan Quévert (2-0) en un duelo enrocado que decidieron Dava Torres y Arnau Xaus en el segundo tiempo. Solo le quedó esperar las buenas noticias que llegaron de Portugal para celebrar el pase a los cuartos de final de la Champions. La derrota (4-6) del Valongo en su duelo a vida o muerte contra el Oliveirense clasifica matemáticamente a los pupilos de Juan Copa.

La prisa no es buena compañera de viaje y el Liceo, que llegó a Riazor con la convicción de certificar su pase a las rondas eliminatorias de la Champions, no quiso meter más marchas de lo necesario en un partido que se tenía que cocinar a fuego lento. El Dinan Quévert, colista del grupo, se presentó en A Coruña sin nada que perder y trató, con sus armas, de crear algo de caos en la defensa verdiblanca, que tardó unos minutos en encontrarse cómodo sobre la pista. El exliceísta Guido Pellizzari fue el primero en poner en aprietos a Martí Serra, que buscaba su quinta portería a cero consecutiva. El guardameta catalán mostró su buen estado de forma y contuvo dos disparos del jugador argentino del Quévert en los primeros cinco minutos.

Los pupilos de Juan Copa, que contemporizaron en las primeras posesiones, comenzaron a desperezarse cuando Dava Torres trató de filtrar alguna bola hacia el área de Acevedo. Bruno Saavedra tuvo alguna que otra oportunidad para sorprender al contragolpe, pero le faltó acierto, o agilidad, para armar un disparo certero ante el portero del conjunto galo. Arnau Xaus y Jacobo Copa entraron en la primera rotación al rescate de los colegiales. Copa apenas necesitó unos segundos para probar un misil que solo Acevedo se atrevió a interceptar.

Dava Torres presiona a Guido Pellizzari. | G.B./R.A.

Dava Torres presiona a Guido Pellizzari. / Germán Barreiros/Roller Agencia

El Liceo logró hacerse fuerte, dominar más y mejor, pero le faltó acierto para buscar y aprovechar los escasos contragolpes que le concedió el Quévert. Los franceses, tan pacientes como osados en ataque, se mostraron como un erizo en defensa. Cubrieron su área con púas de madera y obligó a los verdiblancos a elaborar más jugadas en estático. Ciocale intentó ponerle remedio al cerrojo francés a base de bolas picadas que no encontraron fortuna. Tampoco Dava ni César acertaron en su bombardeo y tuvieron que dejar la empresa de romper el empate inicial para el segundo tiempo (0-0).

Un nuevo disparo de Pellizzari, que no encontró portería, abrió una segunda mitad en la que el Liceo pisó el acelerador para romper la tendencia de la primera cuanto antes. El premio llegó muy pronto y alimentó las expectativas de los coruñeses. Dava Torres se abrió camino hacia la portería desde el costado diestro y consiguió una sutil asistencia para Nil Cervera que se transformó por accidente en el 1-0. Turluer desvió con su stick el pase, pero la bola salió disparada hacia el interior de la red del Quévert.

Lejos de bajar los brazos, los franceses pusieron empeño en volver a empatar. Cardoso estrelló un disparo desde mitad de la pista en el poste y puso sobre aviso a la defensa colegial. Martí tuvo que salvar a bocajarro un disparo de Turluer. El ímpetu de los galos permitió al Liceo morder y contraatacar. Así lo hizo César Carballeira, que cortó un pase de Cardoso y rozó el segundo gol de la noche en dos mano a mano consecutivos que desbarató el meta rival. Dava se sumó a la fiesta y besó el poste de la portería para confirmar que los verdiblancos volvieron a tomar las riendas.

Landrin le dio al Liceo la oportunidad de sentenciar al derribar en el área a Saavedra. Dava se encargó de la pena máxima, pero no logró superar a Acevedo ni en la bola parada ni en el rechace posterior. El propio Landrin rozó, poco después, el empate en una internada hasta la misa línea de gol de Martí Serra. Fue una acción aislada en un encuentro que el Liceo logró controlar con autoridad en el tramo final. Arnau Xaus encontró otro palo en medio de la ráfaga de disparos con la que los verdiblancos. La sentencia llegó en el último minuto, cuando el Quévert sacó a cinco jugadores de pista. Xaus robó y marcó a placer para firmar el 2-0. Solo quedaba esperar las buenas noticias de Portugal para celebrar que el Liceo estará entre los ocho mejores de Europa.

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