Maristas apunta al cielo «sin perder los valores»

Maristas cuajó el curso pasado la mejor temporada de su historia al finalizar quinto en la Liga Femenina 2 (15-11) y participar en la fase de ascenso a Liga Challenge. Lo que podía ser flor de un día parece confirmarse como una tendencia al alza. El equipo que dirige Fernando Buendía ha ganado diez de sus últimos doce partidos y apunta, con ambición, a la parte noble de la tabla. «Cuando llegué, quería que Maristas creciera y dejase de pelear por no descender, pero sin perder los valores de jugar con la gente de nuestra casa», defiende el técnico.

Esta temporada no ha sido, en ningún caso, un camino de rosas para Maristas. «Tuvimos un inicio difícil por las lesiones», reconoce Buendía. En pretemporada perdió a Nuria Ríos. Eugenia Filgueira, la capitana y referente del equipo, se lesionó en la primera jornada y no pudo jugar en tres meses. Alayzha Knapp, estadounidense fichada este verano, llegó con problemas físicos y tuvo que hacer las maletas de vuelta a las primeras de cambio y Zhania Daniel, una de las últimas en llegar, apenas tuvo tiempo de entrenarse con el grupo antes de debutar. «Tuvimos que reconstruir roles y ver qué nos podían dar las jóvenes», relata.

Las coruñesas contaron por derrotas las tres primeras jornadas de liga, ante el Boet Mataró, el GEiEG y el León, al que reciben este fin de semana en la segunda vuelta del calendario. «Estábamos preocupados, pero sabíamos que podíamos revertirlo porque solo nos faltaba rodaje», recuerda Buendía.

Desde entonces, coincidiendo con la llegada de Solo Amusan como reemplazo de Knapp, solo han perdido dos partidos, ante el Unibasket (líder) y el Cortegada (segundo), ambos en la prórroga. «Incluso en las derrotas, fuimos competitivas», elogia Buendía, satisfecho con el desempeño individual y colectivo de sus jugadoras. Menciona el crecimiento de las jóvenes como Carla, la versatilidad de Marina y de Carlota en la rotación con Nevena Dimitrijevic o el 43% de acierto en el triple de Amusan.

«Esas tres derrotas nos complican mirar hacia arriba porque vamos sin red, pero disfrutamos del día a día», apunta Fernando Buendía, al que le motiva ganar, al menos una vez, a todos los rivales. Ahora piensa en repetir presencia en la fase de ascenso. Quizá, tarde o temprano, el club y su gente puedan soñar con metas mayores.