Baloncesto | Liga ACB

97-84 | El Leyma Coruña encuentra armas para luchar

Corta ante el Lleida su racha de nueve derrotas seguidas y manda un aviso a sus rivales directos por la permanencia

Thomas Heurtel festeja el triunfo contra el Lleida.

Thomas Heurtel festeja el triunfo contra el Lleida. / Iago López

Daniel Abelenda Lado

Daniel Abelenda Lado

A Coruña

La esperanza es lo último que se pierde y, aunque el Leyma Coruña aún tiene mucho trabajo por delante, ante el Hiopos Lleida ya mandó un aviso a todos sus rivales por la permanencia. El conjunto coruñés venció (97-84) para poner fin a la racha de nueve partidos sin ganar y para darle al Coliseum su primera alegría desde octubre, cuando doblegó al Zaragoza. La parroquia naranja vibró con un equipo, el de Epifanio, que mostró el fruto de los brotes de hace tres semanas en Badalona. La versión más eléctrica, la que más recordó a los tiempos de hace un año en LEB Oro, cimentó la quinta victoria en la ACB y mandó un mensaje: El Leyma tiene esperanza y no se va a rendir sin luchar

Heurtel avanza con el balón tras sentar a Walden. |  Iago López

Heurtel avanza con el balón tras sentar a Walden. | Iago López

El carnaval reinó en las gradas de un Coliseum que quería ver, por fin, una alegría de los suyos. Aunque los jugadores del Leyma mantuvieron su indumentaria naranja por fuera, en el interior se disfrazaron de la versión que el año pasado les permitió alcanzar el ascenso. Los de Epi corrieron, vibraron e impusieron un ritmo frenético al Lleida, que tardó demasiado en encontrarle el tempo al encuentro. El técnico burgalés cambió su lista para hacerle hueco al último fichaje, Ángel Núñez, que vio todo el partido desde el banquillo. El damnificado fue Olle Lundqvist y Álex Hernández completó la lista al ocupar una de las cuatro plazas de cupo.

El Leyma más eléctrico se presentó ante el Lleida con disfraces para todos los gustos. Thompkins se vistió de la parca. Solo necesitó una posesión para atormentar con un triple al Lleida, que recordó la pesadilla que vivió en el Barris Nord para intentar frenar al alapívot de Lithonia. Aunque Oriola replicó con un triple y Madsen y Batemon encontraron las flaquezas de la defensa interior naranja, el Leyma tenía mucha más convicción. Taylor, Thompkins y Scrubb se encargaron de marcar el ritmo y de meterle el miedo en el cuerpo a los jugadores del conjunto catalán. Las pantallas de Diagne fueron un arma constante que los exteriores utilizaron para percutir sin temor el aro (15-7).

Hamilton y Bropleh intentaron remar, pero nada pudieron hacer para contener a los naranjas en uno de sus mejores cuartos de la temporada. Heurtel y Huskic tomaron rápido el relevo de Taylor y Diagne. El serbio picó piedra hasta anotar bajo el aro (19-11) y asistió a Thompkins en la siguiente jugada de ataque para que el norteamericano alcanzase los dobles dígitos de ventaja (22-11). Ni siquiera el tiempo muerto de Gerard Encuentra palió los efectos del torbellino del Leyma Coruña, que jugó su mejor baloncesto. Jakovics y Barrueta se sumaron a la fiesta con dos triples y Heurtel se puso pajarita para entrar a canasta como si no tuviese a nadie haciéndole frente (30-13) El francés sumó un punto más en un tiro libre para redondear un parcial demoledor. El 31-13 parecía un premio valioso, pero Lleida logró maquillarlo el cuarto con un triple de Hashbrouck y unos tiros libres de Muric (31-18).

Si el Leyma arrolló en el primer cuarto, el Lleida logró hacerse dueño del partido en el inicio del segundo. El veterano Hashbrouck tomó el mando y redujo a marchas forzadas la renta que tanto le había costado construir al Leyma. Walden puso el 33-28 y obligó a Epi a pedir un tiempo muerto que no surtió efecto. Batemon con un triple y Madsen con una canasta de dos saltaron las alarmas de un Coliseum que protestó alguna decisión discutida de los colegiados. El entrenador burgalés volvió a detener el partido y, ahí, el equipo recuperó su mejor versión.

Barrueta desatascó el marcador y Taylor incrementó la diferencia al forzar un campo atrás y anotar de tres nada más sacar de banda (41-33). Thompkins recuperó los dobles dígitos con un tiro a trompicones, mientras que Barrueta continuó con el castigo desde el perímetro y Scrubb sumó su granito de arena en la media distancia. Thompkins y Brandon Taylor, que se sacó de la manga una bomba, difuminaron un polémico bloqueo ilegal que le señalaron a Diagne (52-39). Como en el primer cuarto, el Lleida encontró puntos a la desesperada para mantenerse en el partido. Hashbrouck, de tres, dejó en diez la diferencia (52-42).

El Lleida salió con actitud en el inicio del tercer cuarto. Cinco puntos de Walden dieron alas a los de Encuentra, que se vieron rápidamente a solo seis puntos de empatar la contienda (56-50). Thompkins había sumado de dos puntos, pero los nervios en los ataques parecieron nublar a los tiradores naranjas. A Barrueta se le escurrió un balón que recibió en la esquina y Scrubb no pudo anotar un triple totalmente liberado. Epifanio, ante varios ataques grises de Taylor, le dio entrada a Heurtel para cambiar los aires. Lo propio hizo Huskic con Diagne. El serbio y el galo asumieron la responsabilidad de mantener la ventaja y se tomaron el lujo de ampliarla hasta cotas insospechadas.

Thomas buscaba y Goran se dejaba querer debajo de los aros. Las innumerables visitas del balcánico a la pintura acabaron siempre en canasta o en premio para un Leyma que entró en éxtasis. Taylor regresó a la pista, con tres bases junto a Heurtel y Jakovics, y el equipo no dejó de anotar. El californiano se encargó de firmar el triple con el que cerró un tercer cuarto que empezó mal y terminó con el partido casi resuelto (78-61).

Diez minutos separaban a la marea naranja de su primera victoria en casi tres meses. Lejos de vivir de rentas, los pupilos de Epifanio tenían ganas de mandar un mensaje a sus rivales directos, los que en las próximas semanas tendrán que pasar por el Coliseum. Heurtel fue el primero en correr en cualquier contraataque, Huskic siguió haciéndose enorme en el poste y Burjanadze, que todo lo pelea, no dio ningún rebote ofensivo por perdido. Jakovics sumó a la causa con sus triples frontales, jaleados por una parroquia naranja que llevaba demasiado tiempo esperando vivir una alegría de su equipo en casa. El marcador se detuvo en el 97-84 final, que desató la fiesta que tanto tiempo llevaba esperando el Coliseum. El Leyma y la marea naranja creen un poquito más en la permanencia.

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