Vela

Pichis, director de Marina Coruña: «Prefiero cien niños que aman el mar antes que un campeón que deja la vela»

Más de cien niños se dieron cita en carnaval en el Campeonato gallego de Optimist que organizó Marina Coruña. El club coruñés, señala su director, Pichis Pardo, reafirma su compromiso con la cantera coruñesa en todos los deportes náuticos y da prioridad a difundir las modalidades sobre los resultados

Pichis Pardo, director de Marina Coruña, en el pantalán del club.

Pichis Pardo, director de Marina Coruña, en el pantalán del club. / Carlos Pardellas

Daniel Abelenda Lado

Daniel Abelenda Lado

A Coruña

«Somos tres clubes náuticos en la ciudad y, cuanta más variedad haya, mejor para todos. A mí me encantaría que hubiese uno cada cien metros». José Ramón Pardo, Pichis, dirige Marina Coruña, donde entrenan todas las semanas más de una treintena de promesas de la vela coruñesa. En verano han llegado a iniciar en los deportes náuticos a 400 niños y niñas de la ciudad. Con el amor por el mar por bandera, la escuela del club coruñés se enfoca en sembrar en los más pequeños la pasión por los deportes acuáticos por encima de la exigencia de resultados en las competiciones. Mientras el número de licencias sube, también lo hacen las presencias en cada vez más campeonatos autonómicos, nacionales e, incluso, europeos. El club que preside Chuny Bermúdez de Castro ya reunió hace unos días a más de un centenar de jóvenes promesas en el campeonato gallego de Optimist. Confían, con esta línea, en abrir su cantera deportiva a toda la ciudad

Todo regatista, o aficionado al mar, comienza con un primer paso para subir al barco en el pantalán. «Nosotros queremos acercar la vela al público de la ciudad, en el nivel que sea. Cuando voy por la Torre veo a cientos de niños jugando al fútbol. Con la vela debería ser igual», reivindica Pichis Pardo. Para cumplir ese objetivo, el regatista quiere ofrecer en Marina Coruña una visión única y desmitificada de la iniciación en los deportes náuticos para los más pequeños. «Llevamos poco tiempo, pero ya tenemos muchos niños. El verano pasado pasaron por aquí 400 niños, entre actividades del Ayuntamiento y de la Xunta. Nuestra intención siempre es captar para que sigan en invierno», expone el director de Marina Coruña. Remarca, además, que el club pone de su parte todo el material para que los principiantes puedan aprender sin preocupaciones y que el precio de la licencia es inferior al de muchas otras disciplinas.

Los bautizos de mar de la escuela son con barcos colectivos, con grupos de siete u ocho, para perderle el miedo al agua y comenzar a iniciarse en el mar. De ahí siempre salen las primeras caras de alegría y de emoción al tomar por primera vez el timón o comenzar a entender las velas, el viento y las olas. «La primera vez, no saben a qué vienen, puede parecerles un medio hostil. El primer día que se les pasa el miedo y empieza a gustarle estar en un barco, es espectacular», apunta.

Los Optimist, veleros pequeños para un solo tripulante, son la base por la que pasan los alumnos que se empiezan a aficionar. 130 de toda Galicia desfilaron por las instalaciones de Marina Coruña en carnaval. «Nosotros estamos acostumbrados, pero alguien que no ha visto regatas se queda asombrado viéndoles manejar el viento y las olas. Resulta increíble cuando vuelcan y, ellos solos, son capaces de darle la vuelta y volver a subirse al barco», expone Pardo.

Pasión antes que títulos

«Durante muchos años he sido entrenador que quería resultados. Aprendí que, muchas veces, el niño que no es tan competitivo se te escapa y deja de navegar», señala. Por ese motivo, en el club que ahora dirige, comparte con Chuny la filosofía de primar la pasión por el mar antes que los éxitos deportivos.

«Somos un club y queremos resultados, pero prefiero a cien niños que aman el mar antes que un campeón que deja la vela cuando tiene 18 años. Quiero que aprendan a navegar y que lo sigan haciendo en el futuro», insiste Pichis Pardo. Destaca, como otro de los valores del mundo náutico, los aprendizajes que se aplican fuera del deporte. «Te da independencia, te enseña a pensar rápido para poder solucionar problemas en el mar y te enseña, en barcos de equipo, a saber trabajar en equipo y a confiar en tus compañeros», enumera.

La afición por navegar, cree el director de Marina Coruña, es indispensable para tratar enseñar tolerancia a la frustración. «Muchos niños que ganan, cuando cambian de barco o de categoría, dejan de hacerlo. Hay que tener mucho tacto para saber llevar esas situaciones. Al final, este es un deporte en el que solo gana uno», sentencia.

El windsurf es otra de las modalidades en las que quieren ampliar su flota para satisfacer la demanda. «A mí me da igual que el niño se monte en el barco y, luego, acabe haciendo windsurf, yo lo que quiero es que esté en el mar. A lo mejor pierdo un cliente, pero prefiero que se vaya a Oza y que pueda disfrutar en el agua», se sincera. Se plantean, no obstante, ampliar su oferta para cubrir las disciplinas con más demanda.

«Queremos acercar a la gente a cualquier actividad náutica»

Aunque buena parte del equipo de regatas de Marina Coruña se centra en las diferentes categorías de vela, el club dice estar abierto a promover todos los deportes náuticos posibles. «Queremos acercar a la gente a cualquier actividad náutica», resalta el director de Marina Coruña. Pone, como ejemplo, la colaboración con las dragon race femeninas de remo que ya se han organizado en más de una ocasión con la ayuda del club coruñés.

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