98-106 | La fe no perdona los pecados del Leyma

Pierde ante el Breogán un derbi en el que soñó hasta el final con la remontada tras una nefasta primera parte

Daniel Abelenda Lado

Daniel Abelenda Lado

A Coruña

La permanencia y los derbis se ganan, en parte, gracias a victorias con tintes épicos. El Leyma Coruña, tras una nueva debacle defensiva en la primera parte, volvió a quedarse en la orilla del triunfo en el derbi gallego contra el Breogán. El conjunto coruñés cayó 98-106 en un partido en el que encajó 62 puntos en el primer tiempo, un lastre insalvable que casi consiguen levantar Thomas Heurtel, Yunio Barrueta y Trey Thompkins. El francés, como director de la orquesta de Epifanio, tiró del carro en los momentos en los que más calidad requería el partido y, junto al alapívot de Lithonia, consiguió reducir una diferencia de 26 puntos en el ecuador del segundo cuarto y de catorce al final del tercero a solo dos a escasos segundos del final. La moneda volvió a salir cruz ante un Breogán que se aferró a los 33 puntos de Hilliard para amarrar el triunfo en su primera visita al Coliseum. La victoria del Lleida en Granada exige al Leyma tener más virtudes y cometer menos pecados que los que firmó ante el Breogán si quiere repetir el derbi en ACB.

Apic y Thompkins disputan una pelota suelta. |  Iago López

Apic y Thompkins disputan una pelota suelta. | Iago López

Epi quería a todas las armas que pudiese tener en su arsenal para el derbi y recuperó para la causa a Augusto Lima. El hispanobrasileño regresó a una lista que la que se volvieron a quedar fuera Olle Lundqvist, Ángel Núñez y Álex Hernández. Todos los intentos por frenar el peligro bajo el tablero de Jordan Sakho desembocaron en la titularidad de Diagne y Thompkins. El senegalés perdió el salto inicial con su par y el Breogán aprovechó el primer balón para mostrar las herramientas con las que iba a desarmar al Leyma: Hilliard y Grant. Los dos americanos del conjunto lucense asumieron la responsabilidad, casi en exclusiva, de tirar a canasta. Abrieron la lata con cuatro puntos seguidos haciendo daño desde el perímetro y atacando sin temor la pintura.

Diagne pelea con Sakho bajo el aro del Coliseum en el derbi. |  Iago López

Diagne pelea con Sakho bajo el aro del Coliseum en el derbi. | Iago López

Solo Diagne con una luchada canasta bajo el aro pudo arrancar a un Leyma que nunca llegó a sentirse cómodo en el partido. Thompkins con un triple, intentó responder a la racha anotadora que llevaban sus compatriotas del Breogán, para los que la defensa naranja no consiguió encontrar un antídoto. Epifanio recurrió a la dupla Taylor-Heurtel en apenas tres minutos, viendo que el Breogán amenazaba con escaparse en el marcador. El base francés logró hacer buenas migas con Huskic en sus combinaciones favoritas con los pívots. Sin embargo, cada mínimo fallo de los coruñeses en ataque se traducía en un problema en defensa. Ya sin la dupla de oro en pista, el Breogán siguió encontrando puntos en las manos de Mavra y Apic. Este último edificó los diez puntos de renta (16-26) con margen para acabar el primer cuarto. Aunque Heurtel se empeñó en reducir la renta, Grant salió a pista para recuperar la diferencia redonda sobre la bocina (23-33).

El segundo cuarto no le otorgó al Leyma la clarividencia que tanto necesitaba. El Breogán, aupado por su afición, propuso un juego rápido e intenso. El Leyma, que confiaba en ganar el duelo de pistoleros, salió escaldado en el fragor de las posesiones cortas. Tampoco funcionó la paciencia. Las jugadas largas, con múltiples pases en el perímetro, no fructificaron en el marcador. Los fallos de Jakovics en el triple, los de Taylor, con algún tiro que ni tocó el aro, y los de Heurtel, que se cargó por momentos con demasiada responsabilidad, lastraron al equipo.

Mientras, el Breogán sacaba provecho de las debilidades de los naranjas. Grant y Mavra, con Hilliard como líder, se alternaron los minutos en pista y los puntos en un marcador que comenzaba a ser insalvable. Dos canastas seguidas de Hilliard establecieron el 26-48 mediado el segundo cuarto, en el que solo Heurtel había logrado anotar un mísero triple.

Epifanio apretó el botón del pánico, pero nada solventó la crisis existencial de los coruñeses. No funcionó la táctica con tres bases. Taylor, Heurtel y Jakovics erraron al congeniar en organización, tiro y defensa y el Breogán, ávido, sí sacó puntos de las manos de sus hombres bajos. Epi sacó a pista a Augusto Lima, recuperado para la causa, pero solo pudo aportar un punto en un tiro libre, mientras, el Breogán, sumaba la máxima ventaja de 26 puntos (27-53). El técnico trató de corregir y recurrió a su cinco inicial. Le devolvió a Taylor la manija del equipo y los naranjas parecieron reaccionar tímidamente. Un triple de Barrueta, varias canastas intercaladas de Taylor y Thompkins hicieron creer a la parroquia naranja, que vio a su equipo volver bajar de los 20 puntos de desventaja. Era un consuelo tan escaso como fugaz. Sakho, Hilliard y Kurucs enviaron el partido al descanso con un demoledor 41-62.

30 puntos en contra por cuarto y más de 50 al descanso, por segunda jornada consecutiva, pesan demasiado en la mochila de un Leyma que no ha logrado dejar en menos de 80 al final del partido a nadie en 23 partidos en la ACB. El derbi en el Coliseum no iba a ser diferente. No hubo lugar para milagros, pero sí para los intentos aislados de elevar el tanteo favorable de los naranjas. Taylor luchó por robar balones y anotar a la contra. Mientras, no aparecía ninguna solución para la hemorragia que Hilliard abría una y otra vez en la piel de los coruñeses. Un pase de Heurtel para Barrueta que cortó Burjanadze y acabó en robo y canasta de Hilliard ejemplificó la frustración e impotencia de un Leyma que se vio 60-83 a tres minutos de acabar el tercer cuarto. Heurtel volvió a tirar del carro y Lima, con un mate, cerró el periodo con un 77-91.

La victoria pírrica (36-29) en el tercer parcial levantó los rugidos de un Coliseum lleno hasta la bandera, que quería aupar a su equipo en busca de una remontada heroica, pero catorce puntos de diferencia pesaban demasiado. Heurtel, Thompkins, Taylor y Barrueta se lo tomaron como algo personal y edificaron, a base de épica, un 12-0 de parcial que apretó el marcador al máximo (98-100). Cuando los naranjas veían la remontada a tiro, Mavra enfrió los ánimos con dos tiros libres. Los errores de Barrueta y Silins en el perímetro, a la desesperada, le dieron oxígeno al Breogán (98-106). El Leyma fue incapaz de expiar sus pecados.

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