127-81 | Una paliza de récord para un Leyma sin alma

El Leyma Coruña sabía que la visita a la Fonteta iba a ser un dolor de muelas para un equipo al que ya le quedan pocos dientes. Lo que quizá nadie esperaba era vivir un partido que va a pasar a los libros de los récords más brillantes del Valencia Basket y el de las mayores vergüenzas del equipo coruñés. El 127-81 que iluminó el marcador del recinto valenciano significó el récord de puntos en un partido de liga ACB del equipo taronja y la tercera peor diferencia de la historia de los coruñeses (46 puntos). Lo que al descanso parecía un partido, como mínimo, abierto, sustentado por el recital de asistencias de Thomas Heurtel, se convirtió en una pesadilla en la segunda mitad. El Leyma, que adoleció de una defensa real una jornada más, salió muy escaldado ante un Valencia que le arrebató el alma.

Pocos días después de las Fallas, Diego Epifanio quiso quemar las naves desde el salto inicial. Revolucionó el cinco titular para salir de inicio con sus dos bases, Taylor y Heurtel. Además, recuperó para la causa a Ángel Núñez y le incluyó desde el primer segundo en el quinteto. El alero dominicano, con tanto por demostrar y por aportar al conjunto naranja, vivió con precipitación y desacierto sus primeros tres minutos en el baloncesto español. Lanzó y falló los tres primeros triples del Leyma, dos desde la esquina y uno más frontal. Todos los escupió el aro, mientras el Valencia, sin encontrar demasiadas dificultades, lograba conectar a sus espadas. Costello empezó a hacer daño en la pintura en su emparejamiento con Diagne. Jones, titular por delante de Jean Montero, encontró el camino desde el perímetro hasta el aro y Puerto, ávido, abrió la cuenta en el triple.

Las jugadas tan fugaces como certeras del Valencia invitaron al Leyma a tratar de mantener el ritmo de su rival, como ya hicieron en la primera vuelta en el Coliseum. Costó, mucho, al inicio. Thompkins logró la primera canasta con un triple que, por pisar, solo otorgó dos puntos. Taylor siguió el ejemplo, pero entre Sestina y Badio, con sendos triples, elevaron por encima de los diez puntos la renta, tras apenas tres minutos y medio de juego (15-4).

Epi repensó el plan. Barrueta salió para encauzar los errores de Núñez y Huskic planteó algo más de batalla en la pintura a los hombres altos del Valencia. Taylor, con el primer triple coruñés, trató de meter el miedo en el cuerpo a los locales, que, lejos de achicarse, insistieron en su camino al aro con Puerto y Reuvers (19-7). La solución a la crisis solo podía pasar por las manos de Heurtel, que comenzó a encontrar las cosquillas de la defensa, y de Thompkins, que insistió y acertó en el perímetro. Barrueta, al contraataque, redondeó un 0-7 de parcial que obligó a Pedro Martínez a pedir un tiempo muerto. El Leyma aguantó el pulso y, con un tiro libre de Huskic y una buena defensa, llegó al final del primer cuarto con vida (26-17).

Heurtel se redimió de un triple que erró en las últimas posesiones del primer cuarto con un imponente lanzamiento lejano que inauguró la cuenta del segundo. El francés no se perdió ni un segundo de acción en pista en toda la primera parte. Lo jugó todo y, para bendición del Leyma, lo jugó como los ángeles.

Los pupilos de Epifanio tuvieron que superar los tirones en ataque del Valencia, que a base de efectividad en el triple amenazó con romper por completo el partido. Sestina, Montero y Costello establecieron un peligroso 39-27 de parcial antes de llegar al ecuador del segundo cuarto. En trece minutos de juego, el Valencia había anotado seis de sus nueve triples, frente a los tres de doce que firmaron los coruñeses. La solución podía pasar por otras zonas interiores. En concreto, Silins salió a pista y, a trompicones, logró entenderse con Heurtel para castigar por dentro al Valencia. Siete puntos del letón ayudaron a mantener el pulso y a iniciar la heroica que tuvo al base galo como principal baluarte. Cinco asistencias en el segundo cuarto y siete en todo el primer tiempo sirvieron al Leyma para pasar de perder de catorce puntos a ponerse a solo cinco de empatar.

Un triple y una asistencia para Thompkins, además de su intimidación en defensa y su inicio de los contragolpes. Heurtel fue el salvavidas del Leyma, que tras dos canastas seguidas de Taylor se vio 46-41. El parcial de 2-12 favorable a los de Epi acabó cuando Reuvers, con un triple, desatascó las ideas de los taronja, que en un periquete se volvieron a poner diez arriba gracias a López-Arostegui y Pradilla. Taylor, con premura, evitó la diferencia de dobles dígitos al descanso (53-44).

En una plaza tan complicada como la Fonteta, el Leyma tuvo que contentarse con mantener el pulso ofensivo ante un Valencia al que resultó imposible neutralizar en ataque. La segunda parte exigió una nueva cuestión de fe para aguantar el tirón del conjunto local. Lo consiguió en las primeras posesiones, cuando Huskic anotó la primera canasta del tercer cuarto y Taylor mantuvo el ritmo de Costello con un tiro de dos (55-48).

Esa canasta del base californiano puso inicio a una sequía que enterró por completo cualquier esperanza de asaltar la Fonteta. El Leyma tardó tres minutos medio en volver a anotar una canasta, un triple de Heurtel. En ese intervalo, el Valencia sentenció el partido con un parcial de 14-0 hasta el 69-48. Ojeleye, Pradilla, Jones y Montero. Los de Pedro Martínez encontraron petróleo en cualquier jugada ofensiva que intentaron ante un Leyma que, frustrado, pasó de soñar con la remontada a entregar las armas y acabar el cuarto 32 puntos abajo (95-63).

Incapaz de mejorar en defensa, el Leyma solo salió damnificado en un duelo de pistoleros que el Valencia insistió en extender durante el último cuarto, rumbo a cifras de récord. Superó sus 122 puntos y situó la nueva plusmarca en 127. Los coruñeses, que seguían en pista por compromiso, más que por gusto, vieron pasar las posesiones hasta el bocinazo final (127-81). Un clavo más en el ataúd de un Leyma que perdió la fe en la Fonteta y asumió, con dureza, que su paso por la ACB puede ser, de momento, muy fugaz.