89-99 | El Leyma pierde otra final por la salvación

En una misma tarde, el Leyma Coruña perdió tres partidos. El conjunto coruñés cayó (89-99) en su duelo trascendental contra el Bàsquet Girona de Moncho Fernández. El Coliseum se desgañitó al pitar el controvertido criterio del trío arbitral, pero no pudo celebrar el triunfo de su equipo. Los de Epifanio pelearon un duelo más parejo que sus últimas actuaciones, pero les faltó, de nuevo, el factor diferencial para ganar partidos en la liga ACB. Los errores en ciertos ataques, su blanda defensa y la frustración por algunas decisiones de los colegiados hicieron mella en las cabezas de unos jugadores ya castigados por la dureza de la temporada. Sin fortuna en el duelo directo, las victorias de Lleida y Andorra en sus respectivos partidos solo ayudaron a agravar la herida. El Leyma perdió la primera de sus diez finales. Quedan nueve por disputar, pero la permanencia ya toma forma de milagro bíblico.

Diego Epifanio acudió a la primera de las diez finales que le quedan al Leyma con una nueva revolución en la convocatoria y en el cinco inicial. Ángel Núñez pasó del quinteto a la grada y Lundqvist volvió, tras un mes, a la convocatoria del técnico burgalés. Lima también se sumó a una causa de la que se quedó fuera Goran Huskic. Los soldados de Epi sabían que tenían que ir a la guerra a por un triunfo esencial en las aspiraciones de conseguir la permanencia. Desde el salto inicial que Diagne ganó para los naranjas, el duelo fue una batalla.

Primero, la pugna se jugó en la pintura. Diagne abrió la lata con unos tiros libres al recibir falta bajo el aro en la primera jugada. El senegalés sumó y siguió en unas posiciones próximas al aro por las que también se prodigaron Barrueta, Taylor y Thompkins. La alergia al triple, al menos en las primeras posesiones, permitió sacarle los colores a un Girona que entró frío al partido. El 12-4 que establecieron los naranjas obligó a Moncho Fernández a pedir un tiempo muerto. Ese parón bloqueó a la ofensiva coruñesa y activó a un Girona que encontró en las manos de Sibande el método para hacerle daño a la defensa del Leyma.

Thompkins, con el primer triple de la noche, intentó cortar el intento de remontada de los catalanes, que iban a más con cada posesión que llevaban a posiciones interiores. El Leyma, con Silins y Lundqvist, logró mantener una ligera ventaja sustentada en un trabajo defensivo que trajo polémica desde el primer cuarto. Thompkins se marchó al banco con un rebote por una falta. Enganchón de Heurtel mediante, el Leyma vio consumida, poco a poco, la ventaja que había conseguido en los primeros tres minutos de partido. Dos triples consecutivos, de Sibande y Juani Marcos, le dieron al Girona el cuarto por la mínima (22-23). Olle Lundqvist intentó cambiar las tornas, pero el aro escupió su tiro sobre la bocina.

La canasta se enemistó con el Leyma en el inicio del segundo parcial. Mientras, el Girona comenzaba a llevarse cada vez mejor con la línea del triple. Susinskas abrió la lata del segundo cuarto con el tercer triple consecutivo de los de Moncho Fernández e Iroegbu se empeñó en asentar su ventaja (22-28) a base de tiros libres. El Leyma trató de buscar su suerte en un triple que le era esquivo. Barrueta, insistente como nadie, logró encadenar dos tiros lejanos consecutivos, pero sufrió en defensa en un emparejamiento esporádico con Geben.

Scrubb, con otro triple más, sacó buen provecho del parón anotador del Girona para poner el marcador en un solo punto de diferencia (31-·32). Cuando más cerca tenía el Leyma la remontada, los visitantes encontraban siempre una solución para salir del paso y conservar su renta. En medio de la tensión por el marcador, los naranjas comenzaron a luchar contra la frustración por los contactos no señalados por el trío arbitral en un partido que ganó decibelios con cada jugada.

Los errores propios del Leyma, en pases inconexos entre Heurtel y Lundqvist y varios tiros errados desde el perímetro, permitieron al Girona correr, anotar y elevar su renta hasta un alarmante 34-42. Epi pidió un tiempo muerto, con las canastas de Thompkins y Taylor, logró revertir la situación (39-42). De nuevo, la remontada se quedó en un intento frustrado. Sergi Martínez volvió a abrir hueco y el triple de Heurtel (43-45) supo a poco en el último minuto. Una falta no pitada sobre Thompkins, que se hizo daño en una mano, encendió a un Coliseum al que solo apaciguó, parcialmente, una canasta sobre la bocina de Taylor (44-49).

El Leyma tenía que unir las piezas para que el horno del Coliseum, que se ensañó a base de silbidos con los árbitros, le llevase en volandas en el tercer cuarto rumbo a la remontada. La película tomó, en un inicio, tintes de terror. Girona salió mejor del vestuario y elevó con cierta facilidad su renta hasta los diez puntos (46-56). Antes de darse por vencido, el Leyma logró encadenar varias canastas exitosas de Taylor y Diagne, que sacó a relucir todo su poderío para colgarse del aro. El Girona movió la orilla de sitio cuando el Leyma se vio a tres puntos de empatar (55-58). Los buenos minutos de Durham cerraron el cuarto con un peligroso 64-72.

Diez minutos tenía el Leyma para convencerse de que podía remontar. El Girona supo mantener una renta de diez puntos de ventaja hasta que los nervios y el factor Coliseum comenzaron a hacer efecto. Thompkins tuvo más fe que nadie a base de triples. Lima se redimió de una bandeja errada con una gran asistencia a Barrueta y un tapón. Los naranjas intentaban apretar y el Girona, con presión, logró salir del paso con un triplazo de Fjellerup y una canasta interior de Juan Fernández (84-93). Un triple de Taylor ya resultó insuficiente para lograr la remontada. El Girona se impuso 89-99 en el Coliseum y el Leyma, al que no le llegó el esfuerzo para ganar, empieza a notar en la boca la Primera FEB.