El éxito del 5 Coruña, un proyecto «de la casa» que apunta al ascenso

«Subir a Segunda B sería la recompensa perfecta al trabajo realizado por el club en sus trece años de historia». A Antonio González, Toochy, se le intuye la sonrisa en la voz cuando habla de la situación del equipo que entrena, el 5 Coruña. El conjunto coruñés marcha líder en la Tercera División masculina de fútbol sala y tiene ante sí la oportunidad de ascender de manera directa en un par de partidos. «Estamos en la posición que queríamos estar, tenemos el ascenso en la mano en dos semanas si no la fastidiamos mucho», relata el técnico. A falta de cuatro jornadas para la conclusión de la liga, su equipo tiene seis puntos de ventaja —más el golaverage— sobre el Sport Sala Culleredo, segundo clasificado y némesis principal de los coruñeses en lo que va de campaña.

Los cullerdenses se empeñaron en poner las cosas difíciles para el 5 Coruña desde el inicio de curso. La primera vuelta fue un «mano a mano igualadísimo» entre ambas escuadras, con muchas victorias y pocas cruces en sus casilleros. Llegaron a estar empatados a puntos en lo alto de la tabla varias jornadas consecutivas. La clave que desequilibró la balanza estuvo en el choque directo disputado hace dos semanas. «Ellos pincharon quince días antes y nosotros llegamos al derbi con solo tres puntos de ventaja, pero gana allí fue una liberación», rememora Toochy. El entrenador del combinado rojillo señala que el enfrentamiento tuvo «mucha tensión, polémica arbitral y goles», es decir, «todo lo que se espera de un partido así». El Culleredo se fue ganando al descanso, pero los visitantes le dieron la vuelta al marcador en la segunda mitad. Al final, un espectacular 5-7 en el electrónico. «Yo en el banquillo sufrí de narices, no fue apto para cardíacos», indica González.

Esa victoria puso «las cosas de cara» al 5 Coruña, pero ya queda lejos en el retrovisor. El conjunto coruñés mira hacia delante con una mezcla de nervios y fe para encarar los duelos contra Marín y Guitiriz en casa y las visitas a O Carballiño —que lleva once partidos sin perder— y a un Bueu que seguramente llegará descendido a la última fecha de la liga.

El riesgo está en el aspecto emocional, en darle normalidad a la situación pese a tener el premio «a punto de caramelo», como dice su entrenador. «Intentamos que a la gente no se le vaya la cabeza por los aires y que entrenen como si fuese la jornada 12 y no la 26», comenta González. Aunque entiende que al vestuario le pique la ilusión. «El primero en pensar que estaba hecho después de ganar en Culleredo fui yo, pero en el siguiente entrenamiento rebajamos la euforia, porque aún se nos puede ir». Y para muestra, un botón: «Les puse el ejemplo del Dépor contra el Albacete, como lo tenían todo de cara y se les escapó de las manos en el último momento».

La cantera como base

El año pasado el equipo también compitió por el ascenso, pero cayó en el play off. «Me acuerdo perfectamente de la charla de Pachi [Fernández] después de perder, en la que dijo que todo pasaba por algo y que nuestro año iba a ser este. La gente confió y se quedó, esa fue la clave». La mayoría de la plantilla es «de la casa» y ya estaba el curso anterior, pero también se fichó para lograr un salto de calidad. «Pescamos en el Ventorrillo, en A Estrada y recuperamos a Luján, que es el jugador más diferencial de toda la liga», indica Toochy. Además, llegaron Álex López y Álvaro Gandoy, del Noia, para aportar experiencia. El primer equipo entrena habitualmente con el filial, que está en Preferente. «Al final juntamos a 28 o 29 jugadores, de los cuales por los menos 26 han tenido minutos en Tercera. Eso dice mucho del club», remarca el técnico.