Yulenmis Aguilar desea «un año sin lágrimas ni vendas»

Yulenmis Aguilar cuenta los días para volver a lanzar su jabalina en una competición oficial. La atleta hispanocubana sufrió una lesión en el hombro que a punto estuvo de costarle su presencia en los Juegos Olímpicos de París y la obligó a parar entre finales de 2024 y principios de 2025. Ahora, con la primera jornada de la Diamond League el próximo 26 de abril en Xiamen (China), se prepara para regresar al deporte de élite. «Lo único que espero es volver. Quiero recuperar sensaciones y sentir nuevamente la adrenalina de la competición. Ya estoy lanzando 58,64 [metros], pero lo que más me importa es competir otra vez», asegura una Yulenmis que por el camino ha dejado pasar citas relevantes, como el Europeo de invierno, en favor de una mejor recuperación. «No voy a competir por competir. Mi equipo y yo lo hemos analizado y si voy a desgastarme, prefiero que sea en las grandes ocasiones», indica.

El principal objetivo de Aguilar en 2025 no es numérico: «Solo quiero terminar la temporada sin lesionarme, sin lágrimas y sin vendajes; con una sonrisa». Sin embargo, la hispanocubana tampoco renuncia a la ambición deportiva. «Si hablamos en términos métricos, me gustaría ser finalista del Mundial y, por qué no, luchar por una medalla en Tokio», confiesa sobre sus metas internacionales. En el plano nacional, Yulenmis tiene «el récord de España en el punto de mira desde hace tiempo» y luchará por batirlo en los próximos meses.

Los dolores y la frustración de no poder competir empiezan a dar paso a la luz y a la ilusión de una nueva campaña que «promete bastante». «Han sido meses muy difíciles en los que estuve con tratamientos a base de células madre y con mucho trabajo con los fisioterapeutas y los médicos, fue durísimo. Pero evoluciono bien y tengo esperanza», comenta la atleta. La dolencia, por desgracia para ella, no era nueva. «En los últimos diez años he tenido muchas crisis con esta lesión, algunas más fuertes que otras, según la temporada, pero estoy acostumbrada», lamenta con resignación. Todo eso es pasado para una Aguilar que afronta su primer test en las pistas chinas sabiendo que la «exigencia será máxima» y que se enfrenta a un buen primer paso para otro curso en el más alto nivel.