Un ascenso que confirma la vuelta del Montañeros

El fútbol coruñés se tiñó de morado el pasado fin de semana. El Atlético Coruña Montañeros se impuso al AD Miño (1-3) y logró el ascenso de Preferente a Tercera RFEF tras más de una década de intentos, desde la fusión de los dos clubes —Atlético Coruña y Montañeros— en la campaña 2016-17. «Cuando empezamos con este proyecto, subir era un horizonte lejano, al que podíamos llegar poco a poco. Estábamos en Tercera Regional y pensar en Tercera RFEF nos quedaba muy lejos, era una pretensión a muy largo plazo», explica Pablo Fernández, coordinador general del club.

Curso sin expectativas

Curiosamente, subir de categoría no era una obsesión para la entidad coruñesa esta campaña. «Quizá en otras temporadas sí teníamos más ganas de ascender, trabajábamos con esa perspectiva. Este año creíamos que teníamos una plantilla interesante y un buen cuerpo técnico, pero de inicio no nos lo planteamos como un objetivo», comenta Fernández. Eso sí, a medida que pasaban las jornadas y llegaban los buenos resultados, la esperanza lejana dio paso a una realidad muy plausible: «Una vez que te ves ahí, empiezas a pensar ‘a lo mejor este es el año’».

El equilibrio perfecto

La plantilla del Atlético Coruña se diseñó para ser un balance entre la juventud y la experiencia que llevase al grupo a competir con ambición cada fin de semana. Las llegadas de jugadores como Currás (Sofán), Jorge Cano (Bergantiños), o Barbolla, Nano Varela y Otero (Victoria CF), dieron un salto de calidad al vestuario. «La gente veterana que llegó, vino con hambre. Son jugadores con ganas de entrenar, de ganar y de ascender», indica el coordinador. Jairo Arias, el entrenador, y su staff, supieron mezclar eso con los futbolistas de la casa, menos expertos en categorías sénior, pero con energía suficiente para mantener el listón bien alto. Prueba de ello es la irrupción del delantero Hugo Mato, que este año dio el salto desde el juvenil y es el tercer máximo goleador del plantel. Mato sigue los pasos de otros compañeros como Unai Peón, el segundo jugador con más minutos de la campaña, o el portero Marcos Moreno, que ha jugado 21 partidos de 31 y solo ha encajado 12 tantos. Con todo, el futbolista franquicia del Atlético Coruña ha sido Pape, con 23 dianas en 30 jornadas disputadas.

Cimientos en la base

El ascenso del conjunto de Jairo Arias debe ser un impulso para que el resto de la estructura de la entidad cumpla sus metas del curso. «En los próximos quince días, el juvenil de División de Honor se juega la permanencia. Para nosotros sería muy importante que se mantuviesen en la categoría, porque por el nivel y la competitividad de la liga, facilitaría que los chavales puedan jugar cuanto antes en el primer equipo», señala Pablo.

Futuro inmediato

Fernández reconoce que subir sin play off les da «una ventaja» para «no tener prisa» por confeccionar la plantilla del próximo curso. El club, como ente, también debe adaptarse a la exigencia de la nueva categoría: «Hay que sentarse a examinar lo que nos va a hacer falta para competir con garantías de que podamos estar muchos años en Tercera». Para el coordinador, un logro tan grande como un ascenso exige más allá de lo deportivo: «Hay que mejorar en recursos humanos, infraestructuras y en todo para dar un paso adelante en firme».

Dos coruñeses en Tercera

El Atlético Coruña acompañará al Silva como representante de A Coruña en la Tercera. «Lo extraño es que hasta ahora solo haya estado ahí el Silva —salvando al Fabril— con la cantidad de licencias que se manejan aquí», lamenta Fernández. El coordinador del Montañeros cree que el problema está en «la dificultad de depender de las instalaciones municipales», que es algo que «limita mucho» el potencial de los clubes para crecer, tanto deportiva como económicamente: «No tienes taquilla, explotación del bar, publicidad en el campo... Es un cúmulo». Por ello da «mucho mérito» a la entidad silvista, que lleva diez años «peleando con trasatlánticos del fútbol gallego» en esas condiciones.