93-92 | El Leyma gana a otro gigante en el Coliseum

El baloncesto tiene días en los que no entiende de dinámicas, de momentos ni de ultimátums. El Leyma Coruña tenía un hilo de vida antes de recibir en el Coliseum al Barça y cualquiera hubiese bajado los brazos ante un equipo enrabietado tras caer en cuartos de final de la Euroliga. Pero este Leyma se niega a morir de rodillas. Se impuso (93-92) en un partidazo gracias a los triples de Barrueta, la garra de Burjanadze, los trucos de Taylor y el incansable rugido de la marea naranja. Si hay que irse de la ACB, mejor hacerlo igual que cuando llegó: tumbando a un gigante en el foso del Coliseum.

En uno de los compromisos más complicados de lo que le resta de temporada al Leyma, Diego Epifanio apostó por una revolución en la convocatoria y en el quinteto. Thiam entró en una lista de la que se cayeron Lima y Lundqvist. Font y Silins asumieron la responsabilidad de iniciar un partido de exigencia máxima. El listón alto lo fijó Tomas Satoransky con un triple nada más ganar Fall el salto inicial. Los naranjas tuvieron que andarse con tiento en cada posesión y apostaron por buscar puntos cerca del aro. Así lo hizo Beqa Burjanadze para inaugurar el tanteo del Leyma y Barrueta y Silins para solidificar la primera ventaja naranja. Los de Peñarroya, siempre amenazantes, tenían ganas de desquitarse de la eliminación en la Euroliga, pero les costó un buen rato entender qué hacer para frenar las ideas malévolas de Brandon Taylor, el titiritero que volvió a hilar cada posesión del Leyma.

Dos triples de Punter de forma consecutiva activaron definitivamente a un Barça que, con las primeras rotaciones, trató de escaparse en el marcador. Ya lo hizo Hernangómez con un dos más adicional (10-16), pero Silins apareció para cortar la tendencia con un triple. Fue más complicado evitar los siete puntos de Raúl Villar, canterano culé que aprovechó varios desajustes de Font para poner el 16-23 en el marcador del Coliseum. Taylor, Scrubb y Diagne trataron de neutralizar el problema, que solo se hizo más grande cuando entró en acción Jabari Parker. Cuatro puntos suyos establecieron el 23-27 que imperó al final del primer cuarto. Scrubb tuvo en sus manos reducirlo con un triple que se salió casi sobre la bocina. Aún tuvo tiempo de cometer una falta el que el Barça no pudo aprovechar.

Lo que Parker encarriló en el primer cuarto, el propio Jabari intentó sentenciarlo en el segundo. El alapívot del Barça se hizo con la responsabilidad ofensiva del conjunto catalán con el fin de llegar a los dobles dígitos de diferencia. El triple con el que abrió la lata en el segundo parcial pareció guiar ese camino (23-30), pero no contaba con las respuestas continuas de un héroe que ya sabe lo que es cargarse a gigantes: Yunio Barrueta.

El alero de ascendencia cubana replicó una y otra vez, a base de triples, para reducir una renta que Parker ya solo podía elevar de dos en dos. Jakovics se sumó a la causa en el perímetro, más afinado que en otras ocasiones, pero fue Barrueta quien, con su tercer triple seguido, confirmó el sorpasso (35-34).

Peñarroya se vio forzado a parar el partido mientras el Coliseum comenzaba a encenderse como O Forno de Riazor hace doce meses. El parón les sentó bien a los culés. Fall, que le ganó la partida en todo momento a Diagne, y Satoransky construyeron un parcial de 0-6 que amenazaba con frustrar las ilusiones naranjas. Epi también hizo uso de la pizarra en un tiempo muerto para tratar de reactivar a sus jugadores. Burjanadze abrió el camino con una buena canasta a tablero (37-40), pero la fiesta aún esperaba a un invitado. Epi metió a Huskic en el ecuador del segundo cuarto y el serbio dio inicio al minuto de oro.

Fue probablemente la mejor racha de posesiones del Leyma, en ataque y en defensa, de lo que va de temporada. Y buena parte de la culpa la tuvieron Huskic y Taylor. El serbio se vistió de su compatriota Jokic. Mostró sus mejores virtudes al postear en ataque y se hizo fuerte para contener a Hernangómez en defensa. Taylor, por su parte, solo tuvo que volver a mostrar su magia. Dos canastas, la primera tras un robo y la segunda un triple espectacular, aproximaron al Leyma a los dobles dígitos y obligaron al Barça a pedir otro tiempo muerto. Lo que Parker trató de subsanar a base de calidad, Burjanadze y Barrueta lograron agravarlo por pura garra. El Coliseum latió con cada ataque y festejó como nunca el 57-45 que ondeó al descanso.

Lejos de ser un espejismo, la exhibición de la primera parte solo sirvió para avivar la ofensiva en la segunda mitad. El Leyma creyó como nunca y el Coliseum rugió con la ilusión y el recuerdo, en la memoria, de lo vivido hace ya 30 jornadas ante el Real Madrid. Para festejar, primero hay que trabajar. Y así lo hizo Silins, rompiendo el hielo tras el paso por el vestuario. Satoransky y Parker intentaron, con más ganas que acierto, evitar un nuevo fiasco intersemanal del Barcelona. Sus manos y las de Brizuela obligaron a mostrar su mejor versión en ataque a Burjanadze. Triplazo para elevar a quince puntos la renta en el ecuador del tercer cuarto (66-61). El Barça se puso las pilas y. Brizuela y Parker afinaron el tiro para bajar de los dobles dígitos (75-67).

Tres ataques errados, de Scrubb y Huskic, y dos triples consecutivos de Abrines y Parker hicieron saltar las alarmas. Un tres más uno de Silins fue mano de santo para los nervios de muchos, pero no apaciguó las ansias de un Barça que sacó petróleo de un tiro y adicional de Hernangómez. Fue el propio Willy quien, tras unos tiros libres, logró empatar la contienda (81-81) a tres minutos de la conclusión. Los árbitros, que sancionaron más los contactos naranjas que los blaugranas, desquiciaron a los hombres de Epi. Solo Barrueta, a triplazo limpio, evitó el colapso naranja y llevó el duelo al azar de los tiros libres. Taylor no falló para poner el 93-90 a cuatro segundos del final. Scrubb forzó una falta con la que Brizuela redujo al máximo la renta (93-92), pero la victoria ya solo tuvo color naranja. Otro gigante cayó en el Coliseum a manos de un Leyma que se niega a morir de rodillas.