Baloncesto | Liga ACB

El Leyma Coruña juega una final en el aniversario del ascenso

Visita al Bilbao Basket tras la eufórica victoria ante el Barça en el Coliseum | El triunfo del Girona obliga a los naranjas a ganar para evitar el descenso matemático

Brandon Taylor se abre paso ante Darío Brizuela.

Brandon Taylor se abre paso ante Darío Brizuela. / Iago López

Daniel Abelenda Lado

Daniel Abelenda Lado

A Coruña

Exactamente un año después de celebrar el ansiado ascenso a la liga ACB con la marea naranja en la explanada del Palacio y con la euforia de la victoria ante el Barça en el Coliseum muy presente, el Leyma Coruña se enfrenta este domingo (12.30, Movistar Deportes 4) a su primer ultimátum en la máxima categoría. El conjunto coruñés está obligado a ganar en su visita al Bilbao Basket para posponer el descenso matemático a Primera FEB. Una derrota certificaría la caída a la segunda categoría tras una campaña de debut con más bajos que altos. El viaje que empezó hace 366 días en Melilla puede llegar a su fin en Miribilla.

Los pupilos de Epi se agarraron a un clavo ardiendo para embaucar al Barça en el duelo aplazado del pasado fin de semana. La comunión con el Coliseum forjó un triunfo tan inesperado como reconfortante a corto plazo. La victoria contra los blaugranas aumentó las ínfimas posibilidades de permanencia. Sin embargo, el holgado triunfo del Bàsquet Girona ayer en la pista del Morabanc Andorra (97-106) ha puesto de nuevo a los naranjas al borde del precipicio.

El Leyma será equipo de Primera FEB si pierde este domingo en Miribilla. Si gana, aún mantendrá un pequeño hilo de vida. Solo podría aferrarse a la ACB con un pleno de victorias y un descalabro total de Girona, Bilbao, Lleida o Andorra, rivales a los que todavía puede alcanzar en la clasificación. Las posibilidades muy escasas para un Leyma que, pese a lo complicado de la situación, ha mostrado su versión más aguerrida demasiado tarde.

Para sacar la calculadora y pensar en los resultados de los demás, el Leyma tiene que hacer primero sus propios deberes. Los hombres de Epi se limitan a lo que pueden controlar y eso pasa, únicamente, por el parqué de Miribilla. El técnico burgalés tiene la baja confirmada de Thomas Heurtel, que no jugará más este curso, y la más que probable de Trey Thompkins, que sigue en su proceso de recuperación. Se mantiene la duda de Augusto Lima y Olle Lundqvist, que se perdieron el encuentro ante el Barcelona por unas molestias. Sí podrá contar, presumiblemente, con Brandon Taylor. El californiano sufrió un golpe en el duelo contra el Barça que le obligó a dosificarse en el último cuarto, pero volverá a ponerse al timón de un Leyma que necesita su calidad más que nunca para superar su primera final por evitar el descenso matemático.

El verdugo del Leyma puede ser, además, una de las partes interesadas. El Bilbao Basket vive una temporada de picos y valles. Se proclamó hace unos días campeón de la FIBA Europe Cup, pero aún no ha sellado la permanencia en la ACB a cuatro jornadas del final. Tiene diez triunfos, tres más que el Leyma, y un average muy favorable gracias al botín que sacó del Coliseum en la primera vuelta. Los hombres de negro vencieron 79-100 en una exhibición sin precedentes de Rubén Domínguez desde el perímetro y se aseguraron una renta de 21 puntos. Ahora, es una losa muy difícil de levantar para el equipo coruñés, que solo ha vencido por una diferencia semejante al Zaragoza en la primera vuelta.

Aunque los pupilos de Epifanio ya saben del peligro del canterano bilbaíno, esa no será la única amenaza a la que tengan que prestar atención. El poderío de Hlinason y Marvin Jones en la zona, donde pondrán en jaque a Huskic, Diagne y Silins, contrasta con la versatilidad que ofrecen sus hombres exteriores como Pantzar, Frey, Dragic o Abdur-Rahkman. Jaume Ponsarnau tiene entre algodones a Malcolm Cazalon y a Thijs de Ridder, uno de sus mejores jugadores. Su presencia en la convocatoria es una incógnita.

Frente a los talentos del equipo bilbaíno, el Leyma está obligado a imponer sus urgencias y a quitarse los miedos. Hace un año y un día consiguió una victoria para hacer historia. Hoy necesita otra para no escribir, aún, el punto final.

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