Entrevista | Álex Hernández Capitán del Leyma Coruña

Álex Hernández: «Estoy preparado para mi retirada, pero no sé si será ya»

Álex Hernández (Murcia, 1990) se perderá el regreso a su tierra para medirse al UCAM Murcia por una lesión que le impedirá jugar en lo que resta de temporada con el Leyma. El base, a sus 35 años, sopesa la retirada en la recta final de un curso con escasos minutos y muchas responsabilidades como capitán

El capitán del Leyma, Álex Hernández.

El capitán del Leyma, Álex Hernández. / Iago López

Dioni García

Murcia

¿Cómo se explica que un equipo que ha ganado a Barça y Madrid en A Coruña pierda la categoría?

Seguramente en momentos en concreto de la temporada no hemos estado todo lo afortunados que exige esta liga, que es muy dura. Tuvimos un inicio bueno, pero sobre todo a finales de diciembre empezamos a tener problemas de lesiones que nos trastocaron un poco en el día a día. Sufrimos varias derrotas que mermaron la confianza y entramos en una dinámica negativa. Hemos intentado agarrarnos a la liga, pero no ha podido ser.

Se les han escapado muchos partidos en los dos últimos minutos. ¿Problema de no saber cerrarlos?

Sobre todo en ese mes de enero tuvimos varios partidos que se nos escaparon donde hicimos méritos para llevárnoslos. De haber ganado alguno, habríamos revertido la dinámica y la situación. Pero tenemos que ser autocríticos y ojalá hubiéramos estado mejor.

Llama la atención que el club no decidiera cambiar de entrenador.

Yo creo que se ha valorado la labor de Epi, que es un trabajador, y ha demostrado en muchos sitios que es un fantástico profesional. El club ha tenido claro que él era la mejor opción para intentar salvar la categoría. Epi lo ha intentado todo, pero por desgracia no nos salvamos.

Ha tenido que ser complicado ser el capitán y quedarse muchas veces fuera de la convocatoria.

Mentiría si dijese que no ha sido duro. Se ha juntado todo, que no he entrado mucho en rotación y las derrotas, pero no me ha cambiado mi día a día. He intentado prepararme lo máximo, entrenarme, afrontar cada semana para llegar al partido bien, y a partir de ahí, respetar siempre lo que decía al entrenador, apoyar a mis compañeros y mirar hacia adelante.

Beqa Burjanadze dijo que es un ejemplo de profesionalidad.

Al final también soy el capitán y es un rol que asumo con mucha responsabilidad y al que doy mucho valor. Siempre estoy ahí más allá de los problemas individuales, apoyando a mis compañeros. Tengo que ser autocrítico, ojalá lo hubiera hecho mejor y jugado más minutos, que es lo que queremos todos. Mis compañeros han tenido un peso más importante y lo asumo con profesionalidad.

¿Cómo se plantea el futuro inmediato?

Pues la verdad es que no lo tengo claro, es una pregunta que en estos momentos ronda mi cabeza. En los últimos años, me he preparado para la retirada. Acabé la carrera de ADE y los cursos de entrenador, y estoy haciendo cosas de gestión deportiva, preparándome para cuando llegue el momento de la retirada, pero no sé cuándo va a ser, si será dentro de un año o ya. Cuando acabe la liga me sentaré con el club y tomaré una decisión. Aquí me han tratado fenomenal desde que llegué y lo primero que haré será escucharles.

Da la sensación de que en A Coruña se siente como en casa.

Mi mujer y yo nos hemos adaptado siempre bien a todo. El clima nos sorprendió porque no es tan malo como lo pintan. Lo único negativo es que estamos muy lejos de casa y que nos perdemos cosas importantes del día a día, pero aquí nos han tratado genial y nos sentimos queridos.

¿Le atrae ser entrenador?

Tiene cosas positivas y negativas, porque no hay que olvidar que soy un apasionado del baloncesto y estar alrededor de este deporte es algo que me encanta. A nivel familiar, la vida de un entrenador es muy complicada, pero llevo desde hace cinco o seis años preparándome. Me saqué los cursos y el pasado verano hice el superior. Si lo estoy haciendo, es porque me atrae.

¿Y los niños, también juegan ya al baloncesto?

El mayor tiene siete años y está en la cantera del club. Va dos días a la semana, mientras que el pequeño, que tiene cuatro y nació aquí, está en los chupetas. Yo les digo que mamá jugaba mejor que yo. El mayor, de hecho, sí que vio algún partido de su madre en Mallorca.

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