El Liceo se entrega a Riazor para intentar lo imposible

Los pulsos se aceleran y los focos comienzan a apuntar al parqué del Palacio de los Deportes de Riazor. El pabellón coruñés aguarda en un estado de calma tensa la batalla a cara o cruz que el viernes protagonizarán sobre su pista el Liceo y el Barça en busca del título de la OK Liga (20.30 horas, TVG2). En el tercer partido de la final del play off, el conjunto de Juan Copa se juega la vida tras caer derrotado en los dos choques de Barcelona (6-3 y 6-0), mientras que los hombres de David Cáceres acarician con los dedos un nuevo título para sus vitrinas. Solo necesitan un triunfo para levantarlo. En los patines y los sticks verdiblancos estará el reto de evitarlo para forzar un cuarto encuentro.

El esfuerzo liceísta será titánico. El Barça desembarca en A Coruña con todo a favor, mientras el Liceo se aferra a un último resquicio de fe para mantenerse a flote. En Barcelona, la escuadra azulgrana fue superior y asestó una docena de goles a una de las defensas más férreas de la competición. En A Coruña, ante su gente y sobre su pista, el bloque de Copa debe (y quiere) demostrar que la última palabra en este play off está todavía por escribir. Para ello, los deberes son los mismos que en los dos duelos previos: mejorar en las áreas. Demostrar contundencia y solidez en defensa, que en Cataluña no estuvo al nivel esperado, y afinar la puntería en la zona de castigo rival para superar el muro azulgrana que forman Carles Grau y Sergi Fernández.

El club colegial ha hecho un llamamiento a la afición coruñesa para que tiña de verde y blanco la grada del Palacio de los Deportes y transforme Riazor en un infierno. Que el Liceo vuele sobre la tarima empujado por el aliento de los suyos y que el Barça sienta que está jugando en una de las plazas más complicadas del mundo.

La escuadra culé no será fácil de intimidar, pues ya sabe lo que es ganar un título en el Palacio esta campaña. A principios de curso, el cuadro azulgrana alzó en la tarima coruñesa la Supercopa de España tras dejar en la cuneta al propio Liceo (5-2) y al Reus (1-0). Aquel primer choque entre catalanes y colegiales cogió al equipo de Copa en pañales, en una fase muy prematura. El Barcelona, mucho más maduro, se cubrió de gloria en lo que parecía el inicio de otro ciclo ganador que, sin embargo, se fue diluyendo con el paso de los meses. El combinado blaugrana sufrió una dolorosa eliminación en la fase de grupos de la WSE Champions y quedó apeado de la Copa del Rey a la primera de cambio contra el Noia. De ganar esta tarde, salvarían el curso con honor, evitarían muchos debates y, sobre todo, cerrarían la temporada con un círculo perfecto con principio y fin en A Coruña.

Los precedentes tampoco son halagüeños. En 2023, el Barça fue campeón de liga en el Palacio con un guion similar al de esta campaña. El conjunto catalán fue superior en los partidos del Palau (ganó el primero 5-1 y el segundo 4-1), y logró el triunfo en el tercer encuentro en Riazor (3-6). Además, desde la instauración del formato de play off en la temporada 2021-22, ningún equipo ha sido capaz de remontar la eliminatoria final. Por antecedentes, el que consigue la primera victoria es el que se proclama campeón.

Todo parece en contra, una misión que roza lo imposible. Y, sin embargo, nada de eso importará cuando la bola empiece a rodar. Las estadísticas tampoco eran favorables contra el Lleida en cuartos de final (hasta este año, los verdiblancos no habían remontado una eliminatoria) ni contra el Reus en semifinales (llevaban dos años sin ganar a los rojinegros). Y el Liceo fue capaz de vencer y reescribir su propia historia. El viernes lo intentará de nuevo.