Entrevista | Jugador del Liceo

Tato Ferruccio: «Ojalá la gente valore lo que hice este año, lo di todo desde el alma»

«Esta etapa me sirvió para crecer y aprender, estoy muy orgulloso de ella; fue corta, pero intensa», señala el argentino

Tato Ferruccio celebra un gol contra el Barça en el Palacio. |  Germán Barreiros/R. A.

Tato Ferruccio celebra un gol contra el Barça en el Palacio. | Germán Barreiros/R. A.

A Coruña

Al contrario que Fabri Ciocale, a Franco, a Tato, Ferruccio (San Juan, 1997) parecía imposible borrarle la sonrisa después de su último encuentro en A Coruña. El argentino, tras solo una campaña como liceísta, dijo adiós al combinado colegial convertido en un auténtico ídolo de masas. El Palacio de los Deportes le despidió con una sonora ovación y una gran ronda de fotos y autógrafos, pues es consciente de que extrañará su energía y su gran carisma.

Terminó su último encuentro en Riazor siendo aclamado por la afición. ¿Se siente querido por el liceísmo?

Sí, aquí me quieren mucho y el sentimiento es mutuo. Eso es lo que hace que, después de un partido como este, no pueda dejar de sonreír. Al final, uno va pasando por muchos lugares y esto es lo que queda, el cariño de la gente y del club.

Compitieron el ‘play off’ hasta el final, pero terminaron cayendo contra el Barça. ¿Cómo vivió esa última derrota?

Creo que estuvimos por encima de ellos a nivel de entrega y de hockey. El Barça se encontró con goles fáciles y tuvo un punto de suerte que forma parte de este juego. Nosotros tuvimos mentalidad ganadora y luchamos hasta el final. Es verdad que se nos hizo un poco cuesta arriba en algún momento, porque el tiempo iba disminuyendo, pero siempre tuvimos sensaciones ganadoras, por lo menos por mi parte. Duele, porque ahora pensamos en el sacrificio que hemos hecho durante todo el año y las cosas que nos pasaron, pero entendemos que esto forma parte del deporte.

Se marcha de A Coruña después de un solo curso como verdiblanco. ¿Qué balance hace de su etapa como jugador del Liceo?

Ha sido corta, pero muy intensa. Con la lesión, con subidas, con bajadas… Tuve pensamientos positivos y negativos, pero lo único que saco es un crecimiento personal muy grande. Me quedo con la afición, con su cariño y con las amistades que hice, tanto a nivel de hockey como fuera. Siempre se dice que hay que disfrutar del proceso, pero hay gente que solo espera el resultado. Yo, aquí, lo he disfrutado. Cuando tuvo que ser malo, fue malo, y cuando tocó bueno, bueno. Fue un tiempo que me sirvió para crecer y aprender, estoy muy orgulloso de ello.

Lo que parece seguro es que, cuando vuelva con otro equipo, será bien recibido en el Palacio.

Ojalá que sí. El verde del Liceo estará siempre ahí, guardado en mi corazoncito. Cuando vuelva, sea con esta camiseta o con otra, espero que la gente no se olvide de todo lo que intenté dar aquí, porque lo hice desde el alma. A quien le haya llegado mi entrega, le voy a estar muy agradecido.

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