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Juegos Olímpicos

Adiós a los bronces dañados de París: Carlos Arévalo y Damián Ramos piden uno nuevo

Cientos de deportistas reclamaron al COI un cambio de presea | El palista y el ciclista recibirán la suya esta misma semana: «Ojalá las nuevas no tengan problemas» | Enmanuel Reyes mantiene la original: «Esta es la mía, la otra no tendría el mismo valor»

Carlos Arévalo y Enmanuel Reyes lucen sus medallas en la Plaza de Lugo después de volver de los Juegos Olímpicos. |  Carlos Pardellas

Carlos Arévalo y Enmanuel Reyes lucen sus medallas en la Plaza de Lugo después de volver de los Juegos Olímpicos. | Carlos Pardellas

A Coruña

Fue uno de los temas más comentados en todo el mundo después de los Juegos Olímpicos de París 2024: las medallas de bronce allí entregadas se deshacían. No literalmente, claro, pero sufrieron deterioros continuos desde casi el momento de su entrega. El clamor y las protestas públicas en redes sociales de los deportistas afectados, obligaron a que el Comité Olímpico Internacional se comprometiese a reemplazar las preseas estropeadas de quienes así lo solicitasen, para que los atletas pudiesen lucir con garantías sus éxitos en la cita deportiva más prestigiosa del mundo.

Al deporte coruñés, el caso le tocó de cerca. De los deportistas que representaron a la ciudad en Francia el pasado verano, tres se subieron al tercer escalón del podio. Más de un año después, el piragüista Carlos Arévalo, el boxeador Enmanuel Reyes Pla y el ciclista paralímpico Damián Ramos han tomado diferentes decisiones acerca de uno de los reconocimientos más significativos de sus carreras deportivas.

Ramos y Arévalo optaron por acogerse a la medida del COI para poder lucir sus bronces con orgullo y sin preocupaciones. «Hace cuatro meses que solicité el cambio de medalla, la envié esta semana e imagino que pronto me mandarán una nueva», afirma el ciclista. Ramos la consiguió en la contrarreloj individual C4, donde marcó el ritmo durante gran parte de la prueba, pero terminó sobrepasado por los franceses Kevin Le Cunff y Gatien Le Rousseau. Aun así, fue el primer metal paralímpico coruñés en veintiocho años.

Damián Ramos posa para LA OPINIÓN con su bronce. |  G.B/R.A.

Damián Ramos posa para LA OPINIÓN con su bronce. | G.B/R.A.

El palista de Betanzos, por su parte, también escogió esta vía. «Envié la medalla vieja y esta semana llegan las nuevas al Comité Olímpico Español. Le pedí a la Federación [de piragüismo] que me la guarde, porque de momento no voy a estar en Madrid», comenta Arévalo. El betanceiro se subió al podio a bordo de la embarcación estrella del piragüismo español, el K4, en la prueba de 500 metros en la que remó junto a Saúl Craviotto, Marcus Cooper y Rodrigo Germade. «Solo espero que la nueva no tenga los mismos problemas, porque eso sí que ya sería el colmo», añade Damián.

El que no tuvo ninguna duda al respecto de su decisión fue Enmanuel Reyes. El púgil afincado en A Coruña mantiene su presea original, pese a la mala calidad de la misma, porque pone por encima de todo el significado emocional que tiene. «Yo me quedo con la mía. Al final, es la que me dieron en el momento de ganar allí. Esta [la nueva] no tendría el mismo valor ni sentimiento», señala. Enmanuel se tiñó de bronce en los cuadriláteros franceses en la categoría -92 kilos, tras alcanzar las semifinales y perder frente al azerbaiyano de origen cubano Loren Berto Alfonso por decisión de los jueces. Compartió el metal con el tayiko Davlat Boltayev. El Profeta ha tratado de cuidar de la medalla con sus propias manos. Para ello, él mismo ha reconocido públicamente que buscó en internet la manera de conservarla en buenas condiciones y que encontró la solución en un tutorial de Youtube. El boxeador escribió «¿Cómo limpiar el bronce?» y se topó con una sencilla solución: «La metí en agua con vinagre».

Problemas con el barniz

Según la investigación provocada por las voces indignadas de los medallistas de bronce en París, el origen del problema de los desperfectos y el envejecimiento vertiginoso de los metales se debía al barniz utilizado para recubrirlas. La Casa de la Moneda parisina, encargada de fabricarlas, no pudo emplear en su desarrollo el trióxido de cromo, uno de los componentes habituales en la sustancia empleada para recubrir las medallas. La Unión Europea prohibió el uso del compuesto químico por ser «altamente tóxico, corrosivo y cancerígeno» y el componente empleado para sustituirlo no funcionó bien. La polémica olímpica terminó con la salida de tres altos cargos de la institución francesa: el director industrial, Jacky Frehel; el director de producción, Éric Matte; y la responsable de calidad, salud, seguridad y medio ambiente, Helène Juton.

Algunos prefieren la durabilidad y el futuro y otros los recuerdos y el pasado. Sea como sea, más de 400 días después de la ceremonia de clausura, los atletas de bronce, por fin respiran tranquilos.

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