La estación de esquí de Luchon-Superbagnères, en los Pirineos, ha desatado la ira de grupos ecologistas tras conocerse que está utilizando un helicóptero para mover nieve de las cimas de las montañas hacia las pistas para poder seguir abierta tras una temporada con altas temperaturas.

Las autoridades regionales habrían autorizado de forma "excepcional" esta iniciativa, que se llevó a cabo en la noche del viernes: el helicóptero transportó en dos horas 50 toneladas de nieve a la zona de aprendizaje.

El director de la estación, Hervé Pounau, ha argumentado que el coste del traslado es nimio en comparación con las pérdidas que habría ocasionado la falta de nieve. "Nos costará entre 5.000 y 6.000 euros, pero a largo plazo recuperaremos al menos diez veces esa cantidad", ha apuntado.

Además, en la estación trabajan entre 50 y 80 personas entre operadores de telesilla, monitores de esquí, monitores, trabajadores de la tienda de alquiler de equipo y restaurantes, ha destacado Pounau.

El director ha reconocido que no es "muy ecológico", pero lo ha defendido como una medida "excepcional". "No vamos a repetirlo. Esta vez no teníamos opción", ha argumentado.

El secretario general de Europa Ecología-Los Verdes, Bastien Ho, ha criticado que es un síntoma de que el mundo está "patas arriba". "En lugar de adaptarse al calentamiento global vamos a tener un doble problema: algo que cuesta mucha energía, que contribuye gravemente al calentamiento global y que es solo para una élite que se lo puede perimitir", ha declarado.

También ha criticado la medida la ministra de Transición Ecológica, Élisabeth Borne. "Llevar nieve a las estaciones de esquí en helicóptero no es una opción. Nos reuniremos con (el secretario de Estado de Turismo y Comercio Exterior), Jean-Baptiste Lemoyne y con los actores involucrados en los próximos días", ha afirado Borne en un mensaje publicado en Twitter.

Es la primera vez que se hace un traslado de nieve así en los Pirineos, pero sí se ha utilizado esta técnica en otras ocasiones en los Alpes.