Hoy está de aniversario. Cumple 37 primaveras y procede de un pueblo canario donde posiblemente nació el gen del fútbol, Arguineguín. Tierra de David Silva, Aythami y del propio Juan Carlos Valerón, esta pequeña localidad de la isla de Gran Canaria ha visto nacer a algunos de los mejores jugadores españoles. El Flaco, el delineante del gol en Riazor, celebra hoy su cumpleaños con la satisfacción de haber conseguido devolver al Deportivo, el equipo de sus amores, a Primera. Seguirá en activo una campaña más. Eso, como mínimo.

Un idilio que comenzó en el año 2000, cuando el grancanario salió de un Atlético de Madrid que descendía a Segunda. Trece campañas cumplirá el grancanario vistiendo la elástica blanquiazul y asegura que aún le queda fútbol para compartir. "Son muchos años en el Deportivo, muchas temporadas y estoy muy identificado con el club, con la ciudad y con la gente. Ya he decidido que cuando deje de jugar estaré vinculado al club para seguir ayudando desde fuera y eso hace que sienta mucha sintonía con todas las iniciativas que lleva a cabo. Por ahora sigo intentando ayudar y aportar, buscando siempre las mejores situaciones. Dentro de lo que yo puedo hacer, trato de buscar lo mejor para todos y para al equipo", indica el mediapunta, santo y seña dentro y fuera del campo.

Valerón, todo un veterano dentro del vestuario -al igual que Manuel Pablo, el único superviviente del único título de Liga blanquiazul- ha vivido las mieles del éxito de la historia más reciente del club coruñés: el Centenariazo, las gloriosas noches de Champions... Numerosas páginas de las gestas que el Deportivo logró en el Viejo Continente y que dieron paso a una época más austera, donde el equipo tocó fondo con la bajada a Segunda. Dos momentos, ambos enriquecedores y válidos para Valerón, que incluso valora el resurgir del equipo tras el descenso. "Fueron dos etapas diferentes (Champions y la actual). Una de un conjunto de nivel, donde coincidí con los mejores de España y de Europa, y una época muy bonita e ilusionante. Y luego esta etapa, que para mí es bastante ilusionante porque estás ahí, ayudando, aportando cosas y las dificultades son mayores porque el club no puede tener los mismos recursos que tenía hace años. Tienes que trabajar más, estar pendiente de muchas cosas y eso es también gratificante", admite.

El Flaco estuvo a punto de colgar las botas de forma prematura debido a una fractura en el tercio medio del peroné izquierdo en el año 2002. Esta dolencia, unida a varias lesiones en los ligamentos de su rodilla izquierda, estuvieron a punto de poner fin a su carrera, un momento de su vida que fue complicado, pero que reconoce que le ayudó a disfrutar, si cabe más, de cada instante como futbolista. "Para mí estos años después de la lesión están siendo de felicidad, estoy disfrutando muchísimo. Dios me dio la oportunidad de volver a jugar y por eso vivo cada momento de forma especial. Me vi en una situación que estuve a punto de dejar de jugar al fútbol y el poder estar otra vez en los terrenos de juego, dentro de un vestuario, poder compartir cosas con mis compañeros, con la afición y es un auténtico privilegio para mí. Vivo con muchísima ilusión cada momento e intento dar lo mejor de mí para que la gente pueda disfrutar de lo que todavía me queda como futbolista", asegura.

Los días de gloria del Dépor quedan lejos y Valerón, aunque afirma que le gustaría volver a rememorarlos, apela a que el equipo se haga fuerte en Primera antes de querer aspirar a cotas más altas. "Ojalá (se repitiesen los éxitos europeos), pero creo que ahora mismo nuestro reto más importante es consolidar el equipo en Primera. El Deportivo tiene que ser muy consciente de dónde está, de dónde están los demás equipos y para llegar a cotas mayores hay que vivir el presente y saber dónde nos encontramos. Tenemos que ser un conjunto sólido en Primera, que se consolide en esta categoría y, a partir de ahí, las cosas pueden ir llegando, pero eso es lo principal. Ser fuertes en Primera", aclara el futbolista, que volverá la próxima campaña a mostrar su clase de nuevo en la máxima categoría del fútbol español. Por suerte, aún queda magia para rato.