Media centena de partidos al frente del Deportivo (42 en Segunda, cuatro en Primera y otros cuatro de Copa) celebró en el Nuevo Los Cármenes José Luis Oltra, aunque no pudo festejarlos con triunfo. Aun así, puede presumir de que su equipo sigue invicto en Primera tras cuatro jornadas disputadas.

Cincuenta encuentros (de los cuales 33 fueron victorias) que marcan la hoja de ruta de un entrenador que ha sorteado con acierto los obstáculos que se ha ido encontrando en un camino que inició la temporada pasada con un conjunto llamado como el Ave Fénix a resurgir de sus cenizas. Pero los comienzos nunca son sencillos. Después de estrenarse con victoria ante el Recreativo de Huelva y perder ante el Hércules, Oltra tuvo que irse a la grada debido a que el club carecía de licencia federativa, retirada por una reclamación del Vecindario.

Así ni Oltra ni Chema Sanz pudieron sentarse en el banco desde el 7 de septiembre y se perdieron los partidos de Girona, Barcelona B, Sabadell, Alcorcón, Guadalajara, Alcoyano (Liga y Copa) y Nàstic. Pese a que Oltra bromeó en varias ocasiones sobre lo "bien" que se veía el fútbol desde las alturas, no volvió a sentarse en el banquillo hasta la jornada 10 ante el Córdoba, el 22 de octubre.

A los problemas operativos con los que contó el entrenador en los primeros encuentros hubo que añadirle un inicio de campeonato dubitativo. Las abultadas derrotas en Alcorcón (4-0) y Alcoyano (2-0), unidas a alguna desagradable sorpresa en casa, con el empate ante el Nàstic (2-2), después de haber ido ganando buena parte de la contienda, evidenciaron una irregularidad preocupante para un candidato al ascenso a Primera.

Paciencia, necesidad de acoplamiento a la categoría, de los jugadores a la nueva realidad... Muchas eran las razones esgrimidas, pero la parroquia deportivista comenzaba a impacientarse y, desde algunas peñas, como los Riazor Blues, se daba un toque de atención a los jugadores y se pedía mejor actitud. El punto de inflexión definitivo se produjo en la decimoséptima jornada con la victoria en casa ante el Numancia (3-1). Con ella se inauguró una racha de nueve triunfos consecutivos (récord del conjunto blanquiazul).

Esta botín de puntos incluyó grandes alegrías para la afición, como el derbi arrebatado en casa del Celta (2-1), en un encuentro que ya estaba "ganado de antemano" por la afición, según Oltra. Lo que desconocía la parroquia herculina es que quedaba el regalo de Reyes. El 15 de enero, el Deportivo se imponía a domicilio al Huesca (2-0) y se hacía con el liderato de Segunda División. La racha de triunfos se cortaría en Sabadell en la jornada 26 (1-0), pero la confianza y las sensaciones tanto del Deportivo como de Oltra, unidas al fortín de Riazor -tan solo dos empates y una derrota-, estaban más que afianzadas.

Con la tranquilidad que daba vigilar desde arriba a los rivales, los blanquiazules continuaron empleándose a fondo para certificar cuanto antes el ascenso, con récord de puntos de la categoría incluido (91). Pero la presión de los rivales hizo que no pudiesen cantar el alirón hasta la penúltima jornada, gracias a la victoria ante el Huesca (2-1). El conjunto alcarreño, que había marcado la senda del liderato en la categoría de plata, cerraba el círculo. Un ascenso que aseguraba a Oltra la renovación automática y su vuelta a Primera.

El regreso a la elite traía de vuelta a un Deportivo lleno de caras nuevas y de ilusión. Oltra comienza con fuerza en Primera con una victoria y tres empates, siempre fiel a ese estilo valiente con el que siempre se han sentido identificados sus futbolistas. Quién sabe si soplará la centena.