La aventura copera del Deportivo, reservada para los jóvenes reclutados por Fernando Vázquez para completar una plantilla limitada, finalizó ayer en tercera ronda sin que parezca que provoque una gran decepción. Más bien debería alumbrar una profunda reflexión sobre los males que experimenta el juego del equipo y los retoques necesarios para afinar un rendimiento que hasta la fecha en el campeonato de Liga ha estado muy por encima de lo esperado.

La derrota de ayer en Jaén (2-0), sin embargo, abunda en las debilidades que ya manifestó el equipo anteriormente, a pesar de que Vázquez se dejó en A Coruña a siete titulares. Compensó las ausencias en parte con canteranos y en parte también con futbolistas hasta ahora prácticamente inéditos, caso de Marchena y Núñez, lastrados por la falta de entrenamientos y los problemas físicos; pero los blanquiazules fueron un equipo ramplón y poco atrevido que evidenció de nuevo sus problemas para generar un fútbol fluido.

Para acomodar a todos los centrales que incluyó en el once -Kaká, Uxío, Marchena y el repescado Insua-, Vázquez presentó un dibujo con defensa de cinco y sacrificó las bandas, confiando quizá en la mayor iniciativa en ataque de Seoane y Luisinho por los costados.

El Deportivo, sin embargo, estuvo tan atascado en ataque como acostumbra. Sin ideas y de tres cuartos hacia adelante desactivado, los blanquiazules apenas sumaron un par de lanzamientos a portería en la primera mitad. Los disparos de Teles en el primer tramo del encuentro y de Luis Fernández casi rozando el descanso ni siquiera fueron entre los tres palos, mientras que el Jaén dio sensación de peligro prácticamente desde el comienzo del partido. A pesar de que la solidez defensiva ha sido el rasgo distintivo de los de Vázquez en este comienzo de temporada y de que el técnico pobló la alineación de jugadores defensivos, el Jaén encontró espacios para moverse y para combinar con el balón.

A Marchena se le vio desubicado en el centro del campo y superado en todo momento por los centrocampistas locales, que enseguida comenzaron a cargar el juego por la banda derecha deportivista. Por ahí les comenzaron a llegar las ocasiones, algo desconocido porque hasta ahora a los de Vázquez les habían hecho muy pocas oportunidades en jugadas elaboradas. Fabricio salvó el primero del Jaén a los 25 minutos después de un cabezazo a bocajarro del exfabrilista Jona que el meta desvió con una mano. Esos fueron los peores minutos de los blanquiazules, superados por la movilidad de los locales y completamente desactivados en el juego de ataque.

Los laterales apenas aparecieron, y cuando lo hicieron no contaron con la asistencia de sus compañeros para generar superioridades. El Deportivo, como en otras ocasiones, fue un equipo sencillo de defender, por previsible y anodino. Además ayer fue un grupo al que resultó sencillo atacar porque desapareció en parte la disciplina y la solidaridad mostrada en el campeonato de Liga.

Tampoco la actitud fue la misma y poco a poco los blanquiazules terminaron por estar a merced de los locales, que resolverían su pase a la siguiente ronda a balón parado. De nuevo a los de Vázquez les castigaron mediante las jugadas de estrategia, cuando los titubeos a la hora de defender estas acciones les llevaron a perder ante Córdoba y Murcia, ambos en Riazor.

Ayer ante el Jaén los dos goles llegaron a través de saques de esquina mal defendidos. En el primero, los deportivistas se olvidaron de la marca al jugador que terminó rematando y en el segundo nadie achicó en el posterior rechace. Dos errores difíciles de justificar para un equipo sólido como el que pretende Vázquez, a pesar de que ayer fueran los a priori secundarios los que comparecieran en el Nuevo Estadio de La Victoria.

El mayor golpe de la eliminación copera será para ellos, en especial para los más jóvenes, en los que el técnico depositó en la previa sus esperanzas para que se reivindicasen. Difícilmente tendrán más oportunidades en lo que queda de Liga y las jornadas del comienzo quedarán más como un exótico experimento al que Vázquez se arrojó por las circunstancias que atraviesa el club que como una apuesta clara por la cantera.

Ayer apenas destacó ninguno de los jóvenes citados por el técnico. Teles naufragó en el centro del campo y Bicho pasó desapercibido, aunque dejó una buena acción en la segunda mitad con un disparo lejano. Tampoco Uxío destacó, pero todos forman parte de las alternativas que posee Fernando Vázquez para afrontar una temporada larga con unos recursos limitados.

El técnico deberá ahora buscar otro método con el que foguear a unos jóvenes en los que deposita buena parte del futuro inmediato de la entidad y que se quedan sin el escaparate en el que comenzar a abrazar el profesionalismo.