La pesadilla se confirma. La pizarra cuesta una nueva derrota a un Deportivo cuya solidez defensiva desaparece cuando se trata de neutralizar una acción a balón parado. Julio Velázquez supo incidir en ese "talón de Aquiles" deportivista. El Real Murcia no lo tenía fácil. Buscaba tres puntos que le permitiesen escapar del peligro. Enfrente estaba el líder y, además, el parte de bajas se cebaba con la defensa, una línea determinante para poder dejar la portería a cero.

El Deportivo tuvo la iniciativa durante buena parte del encuentro. Fue un dominio territorial, escaso en profundidad y con muchos problemas a la hora de construir desde atrás. El cuadro herculino acusaba la ausencia de Juan Domínguez. El doble pivote blanquiazul (Bergantiños y Wilk) estaba sobrado de fuerza, de músculo, pero falto de creatividad. El ataque estaba desconectado. Sin cobertura. Por su parte, el Real Murcia se bastaba con anular la calidad de Rabello o Salomao.

Las ocasiones no llegaron. El Murcia se aproximaba explotando la vía del juego aéreo. Se sucedían las jugadas a balón parado, pero la zaga herculina se mostraba sólida en todas las facetas. Fue cuando el partido cedió al rigor táctico de ambos técnicos. Surgió Salomao. Dos "chispazos" del luso bastaron para opositar a los tres puntos. Sus dos remates, buscando la escuadra, se encontraron con dos grandes intervenciones de Casto.

El Deportivo, que había perdido algo el protagonismo en el duelo, volvía a dominar. Salomao estaba cada vez más participativo, a pesar de que Julio Velázquez obligó a Iván Moreno y Dani Bautista para neutralizar las entradas en banda tanto del extremo portugués como de su compatriota Luisinho. Al filo del descanso llegaría la jugada determinante. Enésimo córner para el Murcia. Centro al corazón del área de Toribio y Dorca, de cabeza, batía a Fabricio. El Murcia encontraba el premio. El plan había salido según lo previsto. Además, gol psicológico ante un Deportivo que le costaba plantarse con claridad ante Casto.

En la reanudación el conjunto pimentonero explotó al máximo su táctica. Neutralizó a Salomao, que estuvo desapercibido. Tampoco Rabello tuvo protagonismo. Sólo la banda izquierda creaba problemas, aunque Luisinho era interceptado con constantes faltas. Casto apenas tuvo trabajo. Vázquez arriesgo retirando a Wilk e introduciendo a Toché. La apuesta por dos referencias ofensivas no revertiría la dinámica. Seguían sin llegar las ocasiones mientras que el Real Murcia optaba por transiciones rápidas para intentar sentenciar el choque.

El equipo coruñés inquietó el marco con un centro que remató en plancha Toché. Su cabezazo dio en un defensor local y acabó en córner. Fue la única llegada más peligrosa del segundo período. La sala de máquinas seguía añorando un creador. El Murcia, a lo suyo. La verticalidad y el pragmatismo le bastaban para contener al Deportivo. Al final, el conjunto de Fernando Vázquez sufre una derrota que le impide asentarse en la cima. Ahora toca compartir la cumbre con el Eibar, líder por el "goal average" general. La próxima jornada, partido clave por el ascenso en Riazor. El Deportivo se juega buena parte de sus opciones ante el Sporting de Gijón (12:00 horas).

Ficha técnica:

Murcia: Casto; Molinero, Alcalá (Acciari, 86´), Dorca, Álex Martínez; Toribio (Wellington Silva, 95´), Eddy, Iván Moreno, Dani Bautista; Saúl (Albiol, 90´) y Kike García.

Deportivo: Fabricio; Laure (Sissoko, 77´), Marchena, Insua, Seoane (Lopo, 77´); Alex Bergantiños, Wilk (Toché, 64´); Salomao, Rabello, Luisinho; y Borja Bastón.

Gol: 1-0: Dorca (41´).

Árbitro: Medie Jiménez (comité catalán). Mostró tarjeta amarilla por parte del Murcia a Saúl y Toribio mientras que por parte del Deportivo vieron cartulina amarilla Borja Bastón, Marchena, Sissoko e Insua.