El ascenso tendrá que esperar alguna semana más pese a que ayer el Deportivo se vio virtualmente en Primera durante bastantes minutos. Perdió una gran oportunidad para dar otro paso de gigante hacia el objetivo. Tenía el partido en su mano y acabó pidiendo la hora para salir vivo del Anxo Carro. Por lo menos, salvó un punto desde la trinchera. En ella se instaló tras el descanso después de una primera parte notable en la que logró una renta de dos goles, desperdiciados luego en el tramo final. Por el empuje del Lugo, pero también por el conformismo del líder. No es la primera vez que patina cuando da un paso atrás. Ayer no solo dio uno. Dio unos cuantos, con defensa de cinco y replegándose de forma descarada ante un combativo Lugo que incluso pudo completar la remontada con un tercer tanto.

Todo lo bien que lo hizo el Dépor en la primera mitad se diluyó en la segunda. Defendió exclusivamente sin la pelota, casi renunciando a pisar campo contrario, y acabó cediendo un empate que sabe a poco teniendo en cuenta cómo pintaba el partido al descanso. Una semana después del desastre en Riazor ante la Ponferradina, el Deportivo tenía la obligación de ofrecer otra imagen totalmente diferente, con mucho más fútbol y sobre todo con una mayor dosis de intensidad. Se la puso de salida, adelantando la línea de presión para ahogar al Lugo en su propio campo. Fernando Vázquez tenía dos opciones, ambas igualmente válidas: esperar atrás para buscar descaradamente la contra o dar un paso al frente y salir a buscar al rival. Eligió el segundo camino, más arriesgado pero también con más posibilidades de premio. Lo encontró muy pronto Ifrán tras una gran acción personal de Rabello. El chileno se deshizo de dos rivales y conectó una gran asistencia que su compañero no desaprovechó. 0-1 en el minuto 10, un escenario ideal para el líder, acostumbrado a manejar a sus anchas los partidos con ventaja en el marcador.

El Deportivo tardó en echarse atrás. Siguió presionando arriba, obligando a Dani Mallo a tener que recurrir al patadón para iniciar el juego. Un estilo directo que no se sienta nada bien al Lugo. Le gusta salir desde atrás con el balón controlado y se pierde cuando el rival le impide asociarse. Pita y Seoane tardaron en aparecer, con Álex y Juan Domínguez siempre muy encima. El coruñés actuó como único pivote por delante de la defensa, pero el naronés le echó una mano en las tareas de destrucción. Todos corrieron mucho, sin excepción, y quizá ese fue uno de los motivos del bajón tras el descanso. Algunos chispazos de Sissoko y de Luisinho desde las bandas le bastaron al Deportivo para seguir acercándose con peligro. El Lugo, desaparecido en ataque, solo lo intentó con saques de esquina y faltas. Una directa desde el borde del área casi la transforma Pita en el 33, pero primero Lux y luego el larguero evitaron el empate.

A base de empuje el Lugo consiguió que el Deportivo diera un paso atrás en la recta final del primer acto. Su presión ya no era tan alta y el Lugo empezó a triangular y a abrir el campo sobre todo por la banda izquierda, con Iago Díaz y Manu generando superioridades ante Laure. Vázquez intercambió las posiciones de Sissoko y Rabello para que el chileno le echara una mano al lateral. Tampoco sufrió demasiado el Dépor, porque al claro dominio local en la posesión no le acompañaron las ocasiones. Mucho balón, pero poca profundidad. Cuando más cómodos se sentían los rojiblancos, el líder golpeó de nuevo. Esta vez fue a balón parado, con un saque de esquina bien lanzado por Rabello y mejor cabeceado por Insua. El fondo en el que se ubicaron la mayoría de seguidores coruñeses reventó de alegría al ver el partido tan de cara. Un guión tan ideal, que nadie esperaba la que se le venía encima al líder.

Tras la reanudación fue otra historia. El Lugo se volcó, dispuesto a encontrar un gol que lo volviera a meter en el partido, aunque al principio solo disparó desde lejos. Pita probó a Lux en un par de ocasiones desde la frontal del área y también de cabeza, encontrándose siempre con las manos salvadoras del argentino. Quique Setién reaccionó recurriendo a Pablo Álvarez en busca de desborde. Su entrada acabaría siendo decisiva, aunque el primero que ganó la línea de fondo fue Víctor Díaz. Un centro suyo casi lo aprovecha Rennella para recortar distancias en el 69. Lo impidió otro paradón de Lux, cuya milagrosa pócima se agotó poco después, en el 72. Nada pudo hacer para evitar el tanto de Rennella tras una gran acción personal de Pablo Álvarez.

El 1-2 le sentó especialmente mal al Dépor, que renunció descaradamente al ataque para atrincherarse en su área. Vázquez tardó en hacer los cambios y cuando reaccionó fue para plantar la defensa de cinco y dejar a un asfixiado Sissoko como hombre más adelantado. Renunció a buscar la contra y eso le dio alas al Lugo, que cargó con convicción hasta encontrar el premio del empate. De nuevo marcó Rennella tras aprovechar un encontronazo de Lux con su compañero Domínguez (m.85). Pudo haber falta en la jugada, pero fue un gol merecido para el Lugo, que incluso pudo completar la remontada con un tercer tanto. Lo evitó Lux con otra gran parada a tiro de Rennella. El partido se le hizo corto a los lucenses y muy largo al Dépor, agotado y a merced del rival. Por lo menos, salvó un punto. También suma, pero poco.