La final de la Champions de mañana también se juega en el vestuario de Abegondo, donde los exatléticos Javier Arizmendi, Toché y Borja Bastón son mayoría frente al exmadridista Antonio Núñez. Tres contra uno para vivir con intensidad y complicidad el encuentro de Lisboa. Lo seguirán juntos desde el hotel Alfonso VIII de Soria, en la víspera del trascendental partido del domingo contra el Numancia. Están centrados en asegurar cuanto antes el objetivo del ascenso con el Deportivo, pero mañana piensan hacer un paréntesis de dos horas para rivalizar frente al televisor. "Ahí sí que habrá pique", bromea Núñez. No es el único deportivista con pasado merengue, porque Laure Sanabria también pasó por las categorías inferiores blancas, pero solo él llegó a debutar con el primer equipo, igual que hicieron Arizmendi, Toché y Borja en las filas rojiblancas.

Antes de fichar por el Dépor el pasado verano, Borja Bastón hizo la pretemporada con el Atlético a las órdenes de Diego Pablo Simeone. Incluso pidió referencias del equipo coruñés a los exblanquiazules Filipe Luis y Adrián López, así como a Dani Aranzubia, que acababa de cambiar Riazor por el Vicente Calderón. También Arizmendi y Toché conservan buenos amigos en el club rojiblanco pese a que hace bastante más tiempo que salieron. Por ejemplo, el capitán Gabi. Los tres debutaron casi a la vez con el primer equipo colchonero hace una década, en 2004, a las órdenes de Gregorio Manzano.

Un año antes, en 2003, Carlos Queroz echaba mano del canterano Antonio Núñez para formar junto a Casillas, Zidane, Figo, Beckham, Raúl y compañía. "Solo queda Iker", recuerda el extremo, quien también conoce a Xabi Alonso de su etapa posterior en el Liverpool. Juntos conquistaron la Champions en 2005, la de la histórica machada frente al Milan en la final de Estambul: "Lo recuerdo como el mejor momento de mi carrera. Empezamos perdiendo 3-0 y acabamos remontando y ganando el título en los penaltis. Es una final de la que todo el mundo se acuerda. Quedó ahí para los libros de historia".

Meses antes de levantar la orejona, el Liverpool de Núñez coincidió con el Deportivo en la fase de grupos, junto a Mónaco y Olympiakos. El equipo de Javier Irureta venía de alcanzar las semifinales de la Champions en la anterior edición pero cayó pronto al sumar solo dos puntos en la liguilla. Los reds ganaron en Riazor (0-1) pero no pudieron con el Dépor en Anfield (0-0). Fue la quinta y última participación del equipo coruñés en la máxima competición continental. El Liverpool, en cambio, avanzó con paso firme, superando en los cruces al Leverkusen en octavos, al Juventus en cuartos y al Chelsea en semifinales antes de jugarse el título en la gran final frente a otro histórico: el Milan de Carlo Ancelotti.

Núñez fue uno de los dieciocho elegidos de Rafa Benítez para el partido definitivo, el 25 de mayo de 2005 en el Estadio Olímpico de Atatük (Estambul). Dos españoles formaron en aquel once de los reds -Xabi Alonso y Luis García- y otros dos se sentaron en el banquillo: Josemi y Núñez. Benítez mandó calentar al deportivista -"estuve a punto de salir"- pero al final no tuvo minutos, aunque acabó celebrando igualmente aquella gesta por todo lo alto. "Es un poco lo que todo el mundo sueña como jugador, llegar a una final de Champions y ganarla", explica el madrileño.

Antonio Núñez estaba al lado del mismísimo Steven Gerrard cuando el gran capitán de los reds levantó la orejona. Un momento irrepetible, único y cargado de emoción: "Ya te ponías nervioso solo de tenerla en las manos. No te lo creías del todo ni lo asimilabas completamente. Se va asimilando un poquito con el tiempo", relata el extremo blanquiazul, que prevé un encuentro muy igualado mañana en Lisboa. "A priori el Madrid parte con un poco de ventaja en cuanto a experiencia en ese tipo de situaciones. En los derbis yo creo que el Madrid siempre parte como favorito, quizá porque últimamente está acostumbrado a ganar casi todos, pero el Atlético está haciendo una temporada muy regular. Saben muy bien lo que hacen, lo tienen muy claro y confían muchísimo. El Madrid, en cambio, es un poco irregular. No sabes qué día le va a tocar estar impresionante y qué día le va a tocar pifiarla", argumenta Núñez.