El ansiado retorno del Deportivo a Primera era un requisito imprescindible para la futura viabilidad económica del club coruñés, una vez encarriladas las rutas para hacer frente a la deuda de la sociedad con la aprobación del convenio de acreedores y los acuerdos con Hacienda y los bancos, éste último aún pendiente.

El pacto final con los acreedores financieros resultará clave, ya que si mantienen la carencia de dos años ofertada en el preacuerdo de enero, el Deportivo contaría en los dos próximos años con el horizonte más desahogado en su ruta de amortización de la deuda, al no tener que pagar tampoco en ese periodo el débito ordinaria. A la tercera temporada, en 2016, se incorporaría el pago de la deuda financiera y la ordinaria, pero llegaría también un importante refuerzo de ingresos con la entrada del nuevo reparto de los derechos televisivos, que serán negociados en bloque por la LFP, incluidos Madrid y Barcelona. Los ingresos globales de la Liga pasarán de 800 a 1.000 millones por este concepto, tras la penetración en el decisivo mercado televisivo asiático. Los cálculos adelantados por la prensa económica estiman que un equipo del nivel del Deportivo pasaría de cobrar los 21 millones que venía percibiendo en Primera a 30.

De mantenerse la carencia en el acuerdo final con los bancos, el Deportivo solo debería hacer frente en los dos próximos años al pago de la deuda con Hacienda, que supondrían entre 5 o 6 millones anuales más intereses, una cantidad similar a la que el club venía desembolsando ya por la deuda bancaria antes del proceso concursal. Esto le permitiría afrontar la confección de un equipo competitivo para mantenerse en Primera en 2016, cuando aumente su amortización de la deuda, pero también los ingresos televisivos.

A partir de 2016, a esos 5 o 6 millones anuales de amortización a Hacienda -en función de cómo quede el reparto final entre Hacienda y los bancos de los 22 millones embargados- se le sumarían algo menos de 1,5 millones por el débito ordinario y el pago de la deuda bancaria. Pero sus ingresos televisivos crecerían hasta unos 9 millones anuales, según han estimado publicaciones como El Economista, Cinco Días o El Mundo.

Los bancos, pendientes aún del reparto con Hacienda de esos 22 millones embargados, aún no han estipulado qué plazo de pago darán al Deportivo. Y esta es una cuestión primordial para el club coruñés. Si las entidades financieras mantienen las condiciones del preacuerdo de enero, que establecían un plazo de pago de 17 años con dos de carencia, la cantidad anual que se sumaría a la amortización de la deuda a partir de 2016, estaría entre 2,6 y 2 millones, en función del reparto con Hacienda del dinero embargado. Es decir, que a partir de 2016 crecería el sobreesfuerzo de la deuda en unos 4 millones, pero se compensaría de sobra con la subida de 9 millones en los ingresos televisivos.

Este panorama de viabilidad depende de que los bancos mantengan esas condiciones ofertadas en enero. En una reciente entrevista en este diario con el presidente del Dépor, Tino Fernández se mostró optimista al respecto.

La deuda a la que deberá hacer frente el Dépor, cifrada en su día por los administradores concursales en 160 millones, quedará finalmente en 118, tras la quita de 20 millones -el 33% de la deuda ordinaria y subordinada, conocida como deuda blanda por sus menores exigencias de pago- y la resta de los 22 millones de deuda privilegiada correspondientes a los derechos televisivos embargados por Hacienda, que deberán descontarse de la deuda una vez que la Agencia fiscal y los bancos decidan finalmente como se los reparten.

De estos 118 millones, hay 20 millones, correspondientes a la deuda subordinada, que el Deportivo no empezará a pagar hasta dentro de 17 años y tendrá hasta un total de 34 para amortizarlos. Esto deja la deuda en la primera fase del convenio en 98 millones.

Veinte de estos 98 millones, correspondientes a la deuda ordinaria, cuentan con un plazo de amortización de 17 años, pero no comenzarán a pagarse hasta dentro de tres temporadas, por la carencia aprobada en el convenio de acreedores. Es decir, que el Deportivo no tendrá que pagar nada por los 20 millones de deuda ordinaria en los dos próximos años y aplaza el comienzo del pago de otros 20 de deuda subordinada hasta dentro de 17 años.

La mayor exigencia de pago está centrada en la deuda privilegiada -llamada precisamente por eso deuda dura-, que suponen 78 de esos 98 millones. Esos 78 millones se adeudan a Hacienda y los bancos, aunque la cantidad exacta de deuda a cada uno dependerá del reparto final que acuerden entre ellos de los 22 millones de derechos televisivos retenidos por Hacienda. Si se destinan 12 millones a Hacienda y 10 a los bancos, como reflejaba el preacuerdo alcanzado por las entidades financieras y el Deportivo poco antes de las elecciones del club, que no llegó a firmarse, el débito privilegiado a Hacienda quedaría en 50 millones y a los bancos en 28. Si se queda Hacienda con todo, intención que parece desprenderse del acuerdo firmado por la Agencia con el presidente del club, Tino Fernández, la deuda privilegiada con Hacienda quedaría en 40 millones y con los bancos en 38.

Ese acuerdo del Deportivo con Hacienda marca ya un plazo muy estricto en el que el club coruñés deberá pagar la deuda privilegiada con el fisco: ocho años, que podrían prorrogarse seis meses por cada temporada que el club pase en Segunda, hasta un máximo de 10 años y medio. Es decir, que el Deportivo tendrá que pagar anualmente entre 5 y 6 millones más intereses a Hacienda durante ocho años si se mantiene en Primera.

Los ingresos de los que dispondrá el Deportivo en Primera dan un salto cualitativo a su situación financiera al pasar a unos 34 millones. El grueso de estos ingresos procederá de los derechos televisivos, que experimentarán un importante cambio dentro dos temporadas, a partir de la 2016-17, cuando comenzarán a ser negociados en bloque, incluidos Madrid y Barcelona, por la Liga, como ya ocurre en otras competiciones europeas. Además de reajustar el desequilibrio de ingresos que ahora se produce a favor de los dos grandes clubes del campeonato, la Liga elevará de 800 a 1.000 millones sus ingresos por la penetración en el mercado asiático, gran meca financiera de todas las ligas europeas.

Para el equipo coruñés, resultará clave mantenerse en la élite en estos dos próximos años para acceder a ese reparto más favorable en la temporada 2016-17, que le abriría un horizonte financiero mucho más asequible. Por ello resulta fundamental que el pacto final con los bancos mantenga esa carencia de dos años prevista en el preacuerdo de enero. Y también que el club acierte con los fichajes en estos primeros años en Primera, para confeccionar un equipo estable.

Entre tanto no llega ese maná televisivo de la Liga, el Deportivo tiene aún una temporada, la próxima, 2014-2015, firmada con Mediapro, por la que percibiría por contrato 21 millones en Primera. Hay una cuestión pendiente con la productora catalana sobre los cinco millones de penalización establecidos en el contrato por el segundo descenso del Deportivo, que podrían ser considerados deuda concursal y aplicársele la quita del 33% o ser renegociados en una ampliación durante un año del contrato con Mediapro, para la temporada 2015-16, la última en la que los derechos televisivos pueden ser vendidos individualmente.

Por otra parte, los tribunales han dado luz verde en los últimos meses al pago al Deportivo de importantes partidas económicas adeudadas o retenidas al club, como la devolución del IVA de los embargos de Hacienda, o pleitos ganados a Las Palmas y Santa Mónica Sport o por el traspaso de Luque, que suman cerca de 7 millones de euros.

Por último, el Deportivo, en base al acuerdo firmado con Hacienda, se ha comprometido a acometer una ampliación de su capital social en 6 millones. Esta ampliación requerirá un esfuerzo aproximado de 46 euros por acción y no podrá realizarse a cambio de descuentos en carnés a modo de préstamo.