El Deportivo aprovechó su debut liguero frente a la Real Sociedad para mostrar algunas de sus nuevas señas de identidad. Todas llevan el sello de Víctor Sánchez del Amo, que durante la pretemporada pudo trabajar sin las limitaciones temporales que condicionaron su labor en la recta final del curso pasado, pero también son consecuencia de los nuevos futbolistas que el madrileño tiene a sus órdenes, sobre todo de medio campo en adelante. Presión adelantada, líneas muy juntas y mucha triangulación en corto fueron tres constantes por parte del equipo coruñés, que no supo reflejar en ocasiones claras el dominio que ejerció sobre la Real en varias fases del encuentro del pasado sábado.

EUn equipo protagonista. El Dépor dejó claro que quiere ser protagonista y llevar la iniciativa, por lo menos ante rivales que no sean inaccesibles. El sábado salió a por el partido de forma descarada y en varias fases dominó con claridad, aunque sin llegar a poner cerco a la meta de Rulli. Prueba de esa valentía es la presión adelantada que planteó Víctor, con Lucas y Fayçal apretando desde muy arriba con la intención de robar el balón lo más cerca posible de la portería contraria. Hubo muchas llegadas al área, pero pocos disparos entre los tres palos. Solo cinco conectó el conjunto blanquiazul en todo el encuentro, el primero en el minuto 37, un lanzamiento lejano de Borges que murió manso en las manos del portero argentino.

EMucho toque, escasa amplitud. El equipo coruñés desplegó ante la Real un fútbol bastante combinativo, tratando de rasear el balón para asociarse en corto. En la primera parte lo hicieron Mosquera, Fayçal, Cani y Lucas, aunque abusando del carril central para tratar de sorprender a la defensa rival. Menos atacó por fuera el Dépor pese a que Laure y Fernando Navarro también trataron de dejarse ver en campo contrario. Faltó precisión en los centros y también una referencia para el remate, ya que las características de Lucas no son las de un nueve de área.

EUn bloque muy junto y solidario. El Deportivo trató de agruparse siempre, no solo a la hora de realizar esa presión tan intensa y adelantada. En general, fue un bloque bastante compacto y solidario. Todos echaron una mano en las tareas de contención, empezando por el hombre más adelantado, Lucas Pérez. Pocas veces el equipo se desajustó atrás, aunque la Real casi lo aprovecha para marcar. Suyas fueron las dos oportunidades más claras del encuentro, una en cada parte, primero un mano a mano de Jonathas que salvó Lux y después un remate de Vela que también rechazó el meta argentino.

EPortería a cero, primer objetivo. Empezar la Liga sin recibir gol ante la Real Sociedad es un primer paso para construir un Dépor defensivamente sólido, justo lo que más le faltó en el curso pasado. Ser un equipo valiente, como quiere Víctor, no está reñido con el orden y la firmeza. Los aspirantes a la salvación, como el Dépor, deben hacerse fuertes atrás y, a partir de ahí, tratar de crecer en ataque.

EMás recursos a balón parado. La estrategia, tanto ofensiva como defensiva, es una especialidad a la que Víctor concede gran importancia. Durante el verano tuvo tiempo para ensayar varios tipos de acciones con el objetivo de hacer daño al rival aprovechando algún córner o falta cerca del área. Frente a la Real el equipo coruñés dio muestras de poder sacar partido de ese tipo de jugadas. De hecho, en la segunda parte Lucas acabó marcando tras un saque de esquina bien trabajado, con toque en corto y prolongación atrás buscando sorprender, pero el gol del coruñés no subió al marcador por fuera de juego.

ELos nuevos ilusionan. Cuatro recién llegados alineó Víctor en su primer once de la temporada: Fernando Navarro, Pedro Mosquera, Cani y Fayçal Fajr. El único que estuvo más bien apagado fue el aragonés, que empezó muy bien y luego se fue diluyendo. Navarro cumplió con creces, aunque los que más brillaron fueron los dos fichajes procedentes del Elche. Mosquera inició todas las transiciones ofensivas y tuvo presencia en los dos campos para mover el balón siempre con criterio, tanto en corto como en largo. Fayçal, por su parte, recorrió kilómetros en ambas direcciones siempre con sentido y demostró un buen manejo de la pelota y un golpeo preciso para el balón parado. Cartabia, que entró en la recta final, también agradó por su desparpajo.

EVariantes sobre la marcha. Con el partido avanzado en su segunda parte, Víctor echó mano de la polivalencia de varios de sus jugadores para inyectar más pólvora en el ataque tras la entrada de Oriol Riera. El catalán acompañó a Lucas en punta, con lo que el equipo coruñés acabó jugando con dos delanteros en busca de un gol que no llegó. Ese retoque táctico supuso que Fajr pasara de la mediapunta a la banda izquierda, desde donde siguió generando peligro. Para la derecha entró desde el banquillo Fede Cartabia, que al igual que el francomarroquí también puede jugar tanto de enganche como en cualquiera de los costados del ataque.