El palco de autoridades tuvo ayer una de sus entradas con mayor número de cargos políticos. Los máximos representantes de uno y otro equipo y algunos de los principales políticos de Galicia fueron los elegidos para ocupar los puestos de honor. Además de las directivas del Deportivo y el Celta, estuvieron el alcalde de A Coruña, Xulio Ferreiro, que aguantó el tirón de dejar por un día su asiento en Maratón para sentarse en el palco; el regidor de Vigo, Abel Caballero; el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo; los presidentes de la Diputación de A Coruña, Valentín González Formoso, y de Pontevedra, Carmela Silva; y el presidente de la Federación Gallega de Fútbol, Rafael Louzán.

El presidente deportivista, Tino Fernández, como buen anfitrión, fue el primero en asomar por el palco de personalidades una hora antes del partido, mientras esperaba al resto de invitados. Los miembros de las juntas directivas de ambos conjuntos ocuparon buena parte de los asientos de esta ubicación, con el presidente deportivista y el celeste, Carlos Mouriño, como máximos exponentes de cada bando.

Una de las presencias más destacadas fue la del regidor coruñés, Xulio Ferreiro, que acudió a este emplazamiento por segunda vez, aunque primera en un partido oficial. La otra había sido en el primer parón liguero, cuando Deportivo y Lugo disputaron un encuentro amistoso en beneficio de la Cocina Económica. Ayer se sentó a la derecha de Tino Fernández y a la izquierda de Fernando Vidal, consejero del área económica del club blanquiazul, con el que se le vio comentando alguna acción que se dio en el césped. Ayer cambió su habitual asiento en la grada por la zona noble, pero aguantó el tirón en los goles de los deportivistas.

Alberto Núñez Feijóo también flanqueó a Tino Fernández. Mientras, el alcalde de Vigo se situó a la izquierda del presidente del Celta. Así, estuvieron juntos, pero no revueltos, aunque se vio buen ambiente entre todos. Pero no solo hubo políticos en la zona de autoridades, en la que también estuvieron los jugadores del Celta descartados por Berizzo y los del Deportivo con los que no contó Víctor. Además de estos últimos, hubo un ídolo de la afición local: Diego Tristán. El andaluz, embajador del derbi para la Liga, se sentó junto a Manuel Pablo.