La rivalidad no debe ni tiene que transformarse en violencia. Riazor acogió un partido de sentimientos, en el que cada uno miró a su equipo e ignoró el escudo del rival. El buen rollo se trasladó del campo a la grada. Los aficionados del Deportivo y los del Celta inauguraron la fiesta con el himno gallego como banda sonora. Tan emocionante que aún ayer los vídeos de ese instante inundaban las redes sociales de unos y otros.

"Fue un derbi tranquilo, un partido muy limpio", dijo Álex Bergantiños en zona mixta. Es la definición perfecta de lo que se vivió en A Coruña. Muy lejos quedó aquel encuentro de 1999 en el que se enfrentaron Djalminha y Mostovoi o el de 2013, cuando Iago Aspas vio la tarjeta roja tras dar un cabezazo a Carlos Marchena. El sábado la imagen fue otra: Lucas Pérez consolando a Jonny tras el autogol de este en el minuto 93. No fue el único que se acercó al jugador celeste tras el pitido final. Pedro Mosquera y Laure también intentaron animarlo. Y del campo, al palco. Allí conversaron Tino Fernández y Carlos Mouriño, presidentes de Deportivo y Celta respectivamente. Alberto Núñez Feijoó, Xulio Ferreiro y Abel Caballero también intercambiaron opiniones en una cita muy especial. Ese ambiente de cordialidad, no obstante, nació ya fuera del estadio.

Los aficionados de cada bando caminaban por diferentes rutas, unos animando a los blanquiazules y los otros a los celestes. No hubo enfrentamientos, solo diversión. Empieza a ser habitual ver a seguidores de los dos equipos compartiendo asiento. "El año pasado ellos se marcharon con una victoria, hoy -por el sábado- nos tocó a nosotros. Así son los derbis", analizó Lucas al acabar el choque. Al de Monelos le pareció "maravillosa" la atmósfera que cubrió Riazor.

El primer apretón de manos que demostraba que iba a ser un partido plácido se lo dieron Víctor Sánchez y Toto Berizzo. Aunque hubo algunos rifirrafes, todo quedó en una anécdota. Como bien dice Álex, es fruto de "la tensión" que surge en estos derbis. "Hubo choques y disputas pero dentro de la limpieza del fútbol". El derbi como ejemplo de deportividad.