Cinco jornadas sin perder encadenó el Deportivo el pasado fin de semana tras su empate ante el Sevilla (1-1)Sevilla, un equipo de Champions al que durante muchos minutos tuvo contra las cuerdas en Riazor. La igualada final parece un premio menor para el conjunto coruñés y deja un regusto amargo por cómo se desarrolló el encuentro, pero al mismo tiempo refuerza la confianza de los futbolistas blanquiazules, que una vez más volvieron a demostrar que están capacitados para plantar cara a todos los rivales, por muy grande que sea su potencial. El Dépor se presentará en el Camp Nou con solo dos derrotas en catorce jornadas, una marca sobresaliente que demuestra lo difícil que para los otros equipos es enfrentarse al cuadro coruñés.

EMáxima intensidad. El Sevilla, un rival con mucha calidad pero a la vez muy físico, obligó a la escuadra blanquiazul a hacer un gran desgaste durante los 90 minutos. Demostró máxima intensidad en cada disputa, una cualidad que, salvo excepciones como el desplazamiento a MálagaMálaga, le ha acompañado durante toda la temporada.

EFidelidad al plan. Si algo está demostrando el Deportivo durante este curso es que tiene un plan perfectamente definido para cada encuentro. El sábado trató de apretar arriba al conjunto hispalense hasta ponerse por delante en el marcador y luego explotó la contra en busca de un segundo gol que acarició, pero que no llegó a materializar.

ELínea continuista. En estas últimas jornadas Víctor Sánchez parece haber aparcado los continuos cambios en el once que introdujo en los primeros meses de competición. Frente al Sevilla solo hizo un retoque con la entrada de Oriol Riera, pero la tempranera lesión del catalán le obligó a repescar a Jonathan Rodríguez, que había formado de inicio en las anteriores dos jornadas ante Celta y Las Palmas.

DDos faros que nunca se apagan. Lucas Pérez, que anotó por quinta jornada consecutiva para alcanzar la decena de goles, y Pedro Mosquera, el auténtico sostén del equipo coruñés, son dos de los futbolistas que siempre dan la talla. También volvieron a brillar los dos centrales, Sidnei Rechel y Alejandro Arribas. Son todas ellas individualidades que están al servicio del equipo, como quiere Víctor.

EFutbolistas en crecimiento. Varios jugadores han ganado protagonismo en las últimas semanas. Álex Bergantiños no acusó la inactividad y está rindiendo a un buen nivel como sustituto del lesionado Celso Borges; Luisinho se ha hecho con el puesto en la banda izquierda y está demostrando que para un equipo como el Dépor es un lujo no contar con un futbolista como él; Juanfran ha mejorado en la faceta defensiva y físicamente está mucho mejor que la pasada campaña; y Jonathan Rodríguez es veloz y potente, pelea todos los balones y le aporta muchas cosas al equipo, aunque le sigue faltando levantar la cabeza un poco más y, sobre todo, un gol que le permita sacudirse definitivamente toda su ansiedad.

EUn error que costó caro. Pocas facilidades le dio el Deportivo al Sevilla. Solo tras el gol de Lucas, cuando el partido se convirtió en un ida y vuelta constante que no le interesaba nada al equipo coruñés, los andaluces dieron verdadera sensación de peligro, aunque con más llegadas al área que remates claros. En la segunda parte el encuentro estuvo bastante más controlado, pero un error de concentración a la salida de una falta lo aprovechó Iborra para nivelar el marcador.

EValentía hasta el final. Al público de Riazor le encantó que el Deportivo acabara el partido buscando el gol de la victoria y no limitándose a defender el empate. Pudo ganar, durante muchos minutos tuvo la victoria en la mano y terminó buscándola con valentía.