Tras dos pasos fugaces por la Segunda División y una situación institucional tan delicada que le obligó a caminar sobre el alambre más allá de lo recomendable, el Deportivo ha recuperado buena parte de la autoestima perdida. Resultados como el del sábado en el Camp Nou Camp Nou reconcilian al equipo y a su afición con su pasado reciente y al mismo tiempo vuelven a colocarlo en el escaparate de la Liga precisamente en un momento en el que más necesita formar parte de ese mercado global futbolístico del que desapareció. El conjunto blanquiazul posee ahora confianza y la explota para sacar adelante partidos como el de anteayer frente al Barcelona. Ya la poseía antes de visitar al equipo azulgrana, antes de que los goles de Lucas y Álex Bergantiños le dieran la repercusión que otorga un escenario como el del estadio barcelonés, pero muchos descubrieron lo que está detrás de este Deportivo.

ELa personalidad, clave. Víctor Sánchez del Amo ha conseguido que los deportivistas sean reconocibles y que más allá de modificaciones en el equipo titular y variaciones tácticas posean una identidad basada en el esfuerzo colectivo que, una vez más, resultó decisiva. El sábado ante el Barcelona, el conjunto coruñés planteó el partido con el espíritu del modesto que se sabe inferior pero que no por ello renuncia a sus opciones. Trabajó y se esforzó incluso cuando peor se presentaba la tarde para lograr un resultado positivo y al final alcanzó el premio del empate.

EUn equipo con varios registros. En el Camp Nou, el Deportivo mostró su enésima versión de la temporada. Quizá ante el rival más complicado de todo el campeonato, el conjunto blanquiazul dio otra muestra más de su capacidad de adaptación y de la lectura que hace el cuerpo técnico de todos y cada uno de los partidos. Víctor renunció a la presión que habían ejercido los jugadores más ofensivos ante Celta, Sevilla o Las Palmas y se entregó a una defensa de siete jugadores que cogió a pie cambiado al equipo de Luis Enrique. Los tantos azulgranas llegaron a balón parado y en un lanzamiento lejano, sin que Messi, Suárez, Iniesta y compañía llegaran a ser capaces de contrarrestar el planteamiento de Víctor. El técnico volvió a demostrar que lo último que desea es encasillar al equipo en determinado registro y que prefiere mantener la riqueza táctica que tan buen resultado le ha dado hasta la fecha.

ESin Mosquera también hay opciones. La baja de Pedro Mosquera, imprescindible desde el arranque de la temporada en los planes del técnico, se presentaba como la principal obstáculo a salvar en la alineación. Al equipo le costó más circular la pelota y armarse para los contragolpes, pero mantuvo la seguridad mostrada en anteriores compromisos. El equilibrio que le otorga Mosquera al equipo se mantuvo sin él en uno de los escenarios más exigentes posibles.

EÁlex, Lucas y el componente coruñés. En esta temporada, el club ha conseguido compensar la ausencia de ese componente emocional con la hinchada. El modo en el que se acudió al mercado de fichajes los últimos cursos dejó a la grada huérfana de un elemento que identificase al equipo con la ciudad. Mosquera, Lucas y ahora también Álex Bergantiños han llenado el vacío con sus actuaciones.