El Deportivo habla alto y claro en las dos competiciones, sexto en Liga y en octavos de Copa, y cada vez con más acento coruñés. Por el gran protagonismo que están teniendo los futbolistas locales, fundamentalmente Lucas Pérez, Álex Bergantiños y Pedro Mosquera, pero también por el sello autóctono que le están poniendo los jugadores de la casa a los últimos tantos blanquiazules. Lucas marcó el 1-2 el pasado fin de semana en el Camp Nou, igual que hiciera en la última jornada del curso anterior en el feudo blaugrana, y luego Álex niveló el marcador a pase, precisamente, del delantero que creció en Monelos y el Barrio de las Flores. Anteayer, en la Copa del Rey, fue otro deportivista de la tierra, Juan Domínguez, el encargado de firmar la única diana blanquiazul en el partido de vuelta de la eliminatoria frente al Llagostera. Otro goleador también de origen coruñés -nació en Pontedeume y creció en Narón- e igualmente 100% identificado con el club y la ciudad.

El exfabrilista, sin apenas oportunidades en la Liga, fue pieza clave en el pasado pero actualmente vive a la sombra de otros dos coruñeses, Álex y Mosquera, que se han hecho fuertes en su misma demarcación, la de mediocentro. El exmadridista, titular el martes frente al Llagostera, celebra la importancia que están teniendo los futbolistas autóctonos dentro del equipo. "Últimamente está siendo protagonista la gente de la casa y eso es muy positivo para A Coruña, para Galicia y para el Deportivo", explica el pivote, que se perdió la visita del pasado sábado a Barcelona al estar sancionado por acumulación de tarjetas amarillas. "Cuanta más gente de aquí, mejor", recalca. En la vuelta de la Copa del Rey Mosquera formó de inicio junto al central oleirense Róber Suárez Pier, que ya había disputado el encuentro de ida disputado en Palamós. Anteayer, en Riazor, debutó otro coruñés, Óscar García, Pinchi.

Ambos fabrilistas son nuevos talentos de la casa que, poco a poco, van asomando la cabeza con el primer equipo, como en su día hicieran Álex o Domínguez. Según anunció el presidente del Deportivo, Tino Fernández, hace dos semanas en la asamblea de accionistas, el plan que maneja la dirección deportiva es que cada año se vayan incorporando a la plantilla profesional un par de futbolistas, como media, formados en Abegondo. De esa manera el equipo tendrá unas raíces más fuertes, por todo lo que significa contar con gente que siente el escudo como propio desde siempre. Eso ayuda a crecer dentro del terreno de juego y también fuera, ya que la afición se ilusiona y se engancha más con esos futbolistas ejemplares en cuanto a implicación por origen y arraigo. Mosquera, Lucas, Álex y Domínguez son los referentes en los que ahora se fijan los canteranos del Deportivo, que sueñan con seguir sus pasos y llegar a triunfar algún día en el conjunto blanquiazul.

Brillante está siendo la temporada de Mosquera, auténtico timón del equipo en el centro del campo, aunque más espectacular incluso está siendo la de Lucas. Ya lleva once goles y ha marcado en las últimas seis jornadas de manera consecutiva. Su último tanto, en el Camp Nou, hizo que el Dépor creyera en poder rescatar un resultado positivo del estadio culé. La fe tuvo su recompensa final en el minuto 85, cuando Álex firmó el 2-2 definitivo para dar la campanada en el feudo del campeón. Sobre el de la Sagrada Familia, Mosquera solo tiene palabras de elogio por su aportación sobre el terreno de juego y también por su conducta ejemplar fuera, "intentando ayudar siempre" a sus compañeros también cuando no tenía minutos. "Está rindiendo a muy buen nivel y es un chaval que cuando no jugó nunca tuvo una mala cara y siempre intentó ayudar", indicó el pivote.

Golpe en la mesa ante el Eibar

Pese a la privilegiada posición del Deportivo, en puestos europeos gracias a sus 23 puntos, en el vestuario blanquiazul no se habla de otra cosa que no sea alcanzar cuanto antes el objetivo de la salvación. Cambiar de meta y aspirar a algo más que la permanencia sería un error a estas alturas, a juicio de los futbolistas. De hecho, Mosquera pone como ejemplo lo que le ocurrió el curso pasado al Eibar, próximo rival, para demostrar que en el fútbol todo es muy cambiante. "Hizo 27 puntos en la primera vuelta y descendió. No no podemos fiar. Tenemos que seguir así, no relajarnos y no caer en la desconcentración", recomendó el coruñés, que considera "muy importante" el choque del sábado. Ganar al conjunto armero serviría, en su opinión, para "dar un golpe encima de la mesa y un salto de calidad".