Otra jornada más sin perder, y ya van ocho. Es la lectura más positiva de un partido gris del Deportivo, de los pocos encuentros flojos que se le recuerdan esta temporada. Por encima de todo, siempre compite. Lo volvió a demostrar anoche en el Coliseum Alfonso Pérez, donde se mantuvo en pie gracias a las paradas de Germán Lux, sobre todo en la primera parte. Tras la reanudación el Getafe se fue desinflando y el Dépor vivió bastante más tranquilo, aunque siguió igual de plano en la fase ofensiva. En ataque se le vio incómodo, empezando por Lucas Pérez, demasiado solo. El coruñés se quedó sin el récord de ocho jornadas consecutivas marcando. También es humano, aunque a veces no lo parezca. Ahora pondrá su contador a cero para reencontrarse con el gol el domingo frente al Villarreal. Antes, esta misma noche, el Deportivo tomará las uvas en puestos europeos con 27 puntos. Solo ha perdido dos encuentros en 17 jornadas. Números brillantes que siguen invitando al optimismo y que convierten en anécdota el mal partido de anoche.

El conjunto de Víctor Sánchez del Amo no mereció más que un empate en los primeros 45 minutos, de los peores de la temporada. Y eso que Lucas Pérez tuvo en sus botas el 0-1 justo antes del intermedio, tras una contra lanzada con un pase largo de Mosquera. El pichichi blanquiazul corrió con el balón solo hacia Guaita, pero optó por el remate en vez de buscar la conexión con Luis Alberto o Fede Cartabia, que esperaban el pase en boca de gol. El remate de Lucas, con rosca, se fue fuera por poco. El gol hubiera sido un premio inmerecido para el Deportivo, que se mantuvo en pie gracias, sobre todo, a las paradas de Lux. Poroto fue el mejor de los coruñeses y sus intervenciones evitaron que el Getafe se pusiera por delante en el marcador. Los azulones, sin hacer nada del otro mundo, tuvieron el control, la posesión y también las oportunidades.

Menos de un minuto tardó Sarabia en conectar el primer disparo entre los tres palos. Un anticipo de lo que luego se le vino encima a Lux. La mano salvadora del argentino evitó que Vergini anotara de cabeza a la salida de un córner. No fue la única vez que el Deportivo sufrió a balón parado. Permitió demasiados remates y segundas jugadas, las suficientes como para que el Getafe encontrara el premio del gol. Dos disparos seguidos, primero de Sarabia y luego de Damián Suárez, volvieron a poner a prueba los reflejos de Poroto a la media hora de juego. Cargaba sin tregua el conjunto local ante un Dépor con muchos problemas para enlazar más de tres pases seguidos.

Lucas era una isla rodeada de defensas rivales. Apenas entró en juego, al igual que Fayçal y Luis Alberto, también bastante apagados. Algo más apareció Fede Cartabia, aunque casi siempre demasiado lejos de la portería contraria. El argentino culminó con un disparo desviado una de las escasas aproximaciones blanquiazules en toda la primera parte. Ese chut, más un zapatazo lejano de Luis Alberto, fueron las únicas llegadas del Deportivo hasta esa contra desaprovechada por Lucas que pudo cambiar todo el guión del partido. El coruñés perdonó ante Guaita en la última acción destacada de una primera mitad plagada de imprecisiones en la que el Dépor en ningún momento se acabó de sentir cómodo.

La esperanza para la reanudación era que al Getafe le entraran las prisas. Con 16 puntos, diez menos que el Deportivo, los azulones tenían la obligación de irse hacia arriba de forma descarada en busca de la victoria. Ellos eran los que estaban realmente necesitados. En ese escenario afrontó el Dépor el segundo acto, con el objetivo de seguir compitiendo hasta encontrar el momento justo para dejar herido de muerte al Getafe. Los azulones se fueron apagando con el paso de los minutos. Acusaron el cansancio y también la presión de tener que gasar como sea. Eso hizo que el equipo de Víctor viviera bastante más tranquilo. No sufrió tanto como en la primera parte para mantener su portería imbatida, aunque Lux también tuvo que hacer alguna que otra parada. Por ejemplo, en el minuto 62, tras un disparo bien dirigido de Víctor Rodríguez.

Los zarpazos del Deportivo en ataque apenas generaban peligro. Muchos pelotazos en largo, un recurso fácil para el que Lucas llevaba todas las de perder. Aun así el coruñés se dejó ver con algunos chispazos aislados, como el que culminó tras un saque de banda con el que Fayçal sorprendió a la zaga azulona. Lucas condujo hasta quedarse casi sin ángulo para un buen remate. Esta vez sí buscó algún compañero al que asistir, pero no lo encontró. El coruñés echó de menos algo más de compañía cerca del área, quizá otro delantero para ayudarle a incordiar a la defensa rival. Estuvo más solo que nunca, y el equipo lo notó. Por lo menos, el Dépor amarró un punto en un campo históricamente gafe. Suma y sigue hacia su objetivo de la permanencia con sus 27 puntazos, 13 por encima del descenso.