Víctor Sánchez del Amo apostó para la Copa por dos delanteros a la vez, Oriol Riera y Jonathan Rodríguez, ambos con mucha necesidad de marcar para ganar confianza después de una primera mitad de temporada sin suerte de cara el gol. Todavía no han anotado en Liga, mientras que en el torneo del KO el catalán inauguró su cuenta en la ida de la eliminatoria de dieciseisavos frente al Llagostera. Ayer por primera vez jugaron juntos de inicio. Los dos se dejaron ver mucho, Riera ganando casi todas las disputas aéreas y Jona arrancando con el balón desde lejos, pero les faltó un punto más de acierto para batir al meta Raúl. Acierto, y también una pizca más de suerte, porque en la segunda parte firmaron sendos disparos que se estrellaron contra el larguero. Primero fue Jonathan, en el minuto 48, quien acarició el gol con un lanzamiento lejano que se envenenó tras botar en el suelo. Raúl pifió en su intento de blocaje y el balón acabó dando en el travesaño. En el 90 fue Riera quien remató a la madera desviando un centro chut de Cardoso desde la izquierda.

Fueron las dos apariciones más brillantes de los dos delanteros, que por lo demás no pararon de trabajar para el equipo. Con mayor o menor fortuna, pero siempre con la clara intención de dejarse ver y hacer méritos para tratar de ganar protagonismo también en la Liga. Oriol Riera no solo fue eficaz bajando los pelotazos en largo sino que también supo retrasar su posición para oxigenar a sus compañeros aguantando la pelota de espaldas a portería para dar salida al juego. El uruguayo, con mucha movilidad, se dejó caer con frecuencia a la banda derecha para, desde allí, tratar de explotar su potencia para sorprender a la zaga del Mirandés. Pocas veces rompió la línea defensiva y, cuando lo hizo, no fue capaz ni de acabar bien las jugadas ni de conectar con sus compañeros.

De entre los menos habituales, destacó el central fabrilista Róber, que volvió a ofrecer un nivel alto. También el portero Manu realizó un par de buenas intervenciones. Muy entonado en la segunda parte se mostró Jonás, que apareció por dentro y por fuera para dar soluciones a sus compañeros. Mucha entrega para el equipo en un campo, Anduva, en el que era imprescindible una dosis importante de intensidad para que el Deportivo no se viera sorprendido por un rival tan batallador como el Mirandés. El próximo martes, en Riazor (20.30 horas), los que menos juegan en la Liga tendrán otra nueva oportunidad de disputar 90 minutos para seguir avanzando en la Copa.