Al Deportivo le faltó futbolísticamente de todo ayer en Riazor frente al Mirandés en la vuelta de los octavos de Copa, pero sobre todo le faltó intensidad y ganas para competir con un rival que llevó la pauta del partido en una primera parte para olvidar del equipo de Víctor Sánchez del Amo. No le quedó más remedio al técnico blanquiazul que desviar la mirada al banquillo para intentar la clasificación a cuartos de final después de un planteamiento inicial que no dio resultado.

El 4-3-3 que había ensayado, con ese trivote en el centro del campo formado por Mosquera, Domínguez y Jonás, no funcionó y Riazor se lo hizo notar en el descanso. La grada afeó el rendimiento en la primera mitad y al mismo tiempo censuró la estrategia frente a un rival que defendía de manera sencilla los balonazos desde la defensa que se convirtieron en el único argumento deportivista en la parcela ofensiva.

No parecía demasiado maduro el planteamiento escogido por el técnico, que suele estudiar todas y cada una de sus propuestas hasta el extremo para que no quede demasiado al azar ni a la improvisación, y eso se adivinó en la que algunos jugadores se movieron por el campo. Domínguez no dio sensación de claridad, instalado desde comienzos de la temporada en una melancolía que los aficionados no ayudan a mitigar, pero tampoco Jonás Gutiérrez.

El argentino supuso un cuerpo extraño en ese centro del campo triple: a veces ocupando el espacio de Mosquera e incluso chocándose con él sobre el césped y otras cayendo al costado de Fede Cartabia para conducir la pelota de manera atropellada.

Víctor trató de corregir en el descanso, aunque lo hizo a medias. Mantuvo la apuesta en el 4-3-3, pero se vio obligado a recurrir a Lucas Pérez cuando el Mirandés anotó el segundo gol. No dejaron sin embargo los burgaleses de jugar cómodos, de sentirse protagonistas ante un conjunto con la reputación de ser uno de los más equilibrados de Primera División, de ser incómodo como nadie para los contrarios y de limitar al máximo las opciones rivales. Ayer el Deportivo no fue nada de eso y firmó su actuación colectiva más desafortunada de la temporada.

Individualmente será al mismo tiempo un duro revés para jugadores que tenían en este torneo su escaparate y que saldrán del tropiezo tan trastabillados como lo hace el equipo de Víctor Sánchez del Amo tras tres derrotas seguidas.